“Vamos por todo” expresa, eufórico, el presidente de River que fue reelegido hace casi dos años. Y es que motivos no le faltan: “Estamos cerca de cerrar el trato con Ramón, y si no se da, buscaremos otro, pero lo que más me entusiasma es el equipo que se va a armar para el año que viene” agregó el mandamás millonario. “Yo siempre dije que confío en los proyectos a largo plazo, lo dije cuando asumí, y eso está grabado aunque algunos quieran dar vuelta la tortilla. Por eso creo que luego de estos años de maduración en lo institucional, cerrando el balance con superhabit por cuarto año consecutivo, podemos empezar a pensar en lo deportivo”. Aguilar está entusiasmado, habla en serio y apuesta todo a ganador: “Muchos se pensaron que cuando don Julio me nombró secretario de la FIFA para la conmebol me la iba a pasar todo el tiempo en Zurich, pero yo me debo a mi club, a los socios que me votaron, y a los demás también”.
Indignado con la renuncia de Passarella “Dejó el barco en medio de la tormenta, yo confiaba en él hasta diciembre del 2009, habría que desenterrar al hijo para ver si tiene la pilcha de River o era todo verso”, el controvertido dirigente no se calla nada. “Igual lo perdono, entiendo que hay cierta gente a la que le cuesta sobrellevar la presión de dirigir un grande, donde todos los días tenés que ganar a como dé lugar… los hinchas quieren ganar siempre, pero tienen que entender que a veces no se puede… no todo en la vida gira alrededor de la pelotita, sino preguntenle a la mamá de Alan Schenkler… pobre mujer, el calvario que está atravesando con un hijo preso y otro prófugo” Aun así, el hombre que lleva la batuta de uno de los más grandes del mundo no se achica: “El River que se viene va a ser una cosa de locos. Claro, vamos a tener que limitarnos con el presupuesto; no hay que olvidarse de la rampa para discapacitados y la cancha de bochas y el frontón que edificamos en estos últimos meses para los socios… pero creo que con este equipo, el año que viene, el hincha se va a llevar más de una sorpresa”
Y la verdad, a juzgar por la danza de nombres, el presidente parece estar en lo correcto. Con desparpajo y picardía, “el papada”, como le dicen sus amigos y también sus detractores, chicanea y elude dar respuestas concretas. Se sabe que en la lista de posibles incorporaciones figuran nombres conocidos por el hincha riverplatense, como el caso de Rubens Sambueza, Kilian Virviescas y -agarrense- Marcelo Salas. Sí. Parece que el goleador chileno estaría preparando las valijas desde Chile para su segundo regreso a La Banda. “No podemos hacer oídos sordos a las necesidades del hincha. La gente necesita ídolos, y Marcelo está pasando por un momento excepcional. Sino miren el desastre que hizo en el partido contra Uruguay, por las eliminatorias. Junto con el burrito pueden enseñarle mucho a los más jovenes. Se trata de jugadores que le han dado mucha gloria al club, que se metieron en la piel del hincha. Como presidente, uno tiene que saber qué quiere su gente, y no hacer oídos sordos al reclamo popular”. La lista también incluye nombres como Nicolas Pavlovich, Lucio Filomeno, Luis Tonelotto, Silvio “Tweety” Carrario, Gaston Casas, y los nombres siguen… Aguilar, viejo zorro, tira un “Y bue, viste, todos se mueren por jugar acá”.
Con respecto a los jugadores que actualmente ocupan la plantilla del club, Aguilar señala, con respecto a Fernando Belluschi, que “La frase más acertada de Daniel fue decir que Belluschi sale cuarenta palos verdes. La verdad, es un valuarte. Un fenómeno. Belluschi es a River lo que Messi o Ronaldinho son para el Barcelona, lo que Kaká es al Milan. Somos un club grande y podemos retenerlo por muchos años más. Es un privilegio tener tipos distintos como él, que marquen la diferencia”. También le tira flores a Lussenhoff: “El colorado es una fiera. Un monstro. Un mutante. Deja la vida por la camiseta y va a cada pelota como si fuera la última. Y a cada tobillo también, jejeje”. Aun así, tampoco se olvida de las inferiores: “Buonanotte es una promesa a futuro. Los especialistas dicen que el año que viene va a arañar el metro cuarenta y cinco, lo cual nos va a permitir venderlo a Rusia -son altos ahí, viste- y poder remodelar los quinchos”. Por último, para concluir, dice que River es “una gran vidriera”, y que el éxito económico se debe en parte a las inversiones que han sabido hacer en estos últimos años. “En el 2004 tuvimos un equipo de galácticos. Hoy tenemos a una figura internacional como Rosales. No es fácil, yo personalmente me quedo con tipos como René Lima y Ahumada, pero en el mercado hay que pisar fuerte”. Este año suena un tapado: “Y ojo que no es el coco Ameli, eh”. Los rumores de reconciliación en puerta (al parecer la mujer de Tuzzio no tuvo nada que ver, sino que los dos centrales eran pareja pero hubo un tercero en discordia que complicó todo) hacen prever la vuelta del coco, pero aun así, habrá más sorpresas. ¿Andrés D’Allesandro? El tiempo dirá. El mundo River es impredecible.