Aguantar, aguantar, todo es aguantar. El hincha, en parte gracias a la ausencia del protagonismo en el fútbol mismo de se equipo, ha tomado el rol principal.
Y siente que tiene derecho a todo, se atribuyen el derecho a hacer lo que quieran.
Asi quedo River, culpa de estos hinchas, que aguantan.
Aguantan que los dirigentes destruyan al club, desde la complicidad, o la actitud pasiva.
Aguantan equipos mediocres, en sintonía con dirigentes destructivos y corruptos.
Aguantan derrota tras derrota la perdida del prestigio que alguna vez tuvimos.
Aguantan todo, y no les importa pues al fin y al cabo ellos son ahora importantes y sienten que nadie puedes quitarles ese espacio mal ganado, a costas de un club derrumbado, humillado, destrozado por donde se lo mire.
Papelón tras papelón, el hincha de River ha aguantado todo, que le mientan, que se le rían en la cara, que lo engañen.
Faltaba la frutilla, que el descenso a la B, ya casi decretado con el resultado y un equipo que no sabe a qué juega, sea con un papelón. También va a tener una estrecha relación con la cultura del aguante que hoy en día representa a muchos “hinchas de River”
La última chance de ser protagonistas, en la A. Rompan el alambrado, acuerdense ahora de que los jugadores no están a la altura del club. Ya es tarde, esto nos tendría que haber preocupado mucho antes, muchísimo antes.
Tarde se acordaron de preocuparse por River, MUY TARDE. Por que? Porque tenemos aguante.
Y ahora lo único que podemos aguantarnos algunos es una angustia que nos come el pecho