Algunas frases que pintaban al Loco de cuerpo y alma:
-¿No te gusta el fútbol? -No me gusta jugar. Lo hago porque es muy competitivo y me entreno mucho. No como carne roja, no fumo, no tomo alcohol ni drogas. Nunca lo hice. Además, la poca plata que gano me ayuda. Mi posición económica es desastrosa
En 1995, según él mismo contó a los periodistas Walter Marini y Marcelo Massarino, se negó a ser sponsoreado por una gente había que por poner su marca en la camiseta de Lugano prometía 40 pesos por triunfo. El equipo de Dubois llevaba 3 victorias al hilo y la guita no aparecía. Suficiente para actuar.“Resulta que el primer partido que ganamos no nos pagaron, entonces decidí llevarme una cinta aisladora negra para taparme la publicidad de la camiseta. Pero justo en ese partido me la olvidé. Entonces, como había llovido, apenas salimos a la cancha hice como que me persignaba (todos los jugadores hacen eso, pero yo no creo en ninguna religión), agarré barro y me tapé la publicidad. La camiseta naranja quedó cubierta con barro. Me puteaban todos, hasta mis compañeros, no entendían nada, el sponsor se cagaba de risa de nosotros, ¿entendés? No nos pagaban, y yo con esa guita viajaba. Después en la semana, la comisión se juntó y me querían suspender, pero no lo hicieron”
“El presidente de Juventud Unida (Juan José Castro) nos ofreció plata para perder, para que ellos ganen y para que él entrara en una reelección de San Miguel. Rata inmunda, jugamos gratis e igual queremos ganar y nos ofrecen plata; igual, no la vamos a recibir… pero es un político, qué se puede esperar de él?”
“Una vez jugando para Midland enfrentábamos a Excursionistas en el Bajo Belgrano. En la segunda falta que hago el árbitro Juan Carlos Moreno me saca la segunda amarilla y cuando me saca la roja se la caen 500 pesos del bolsillo; me zambullí al suelo, agarré la guita y me fui corriendo. Me seguían todos: el árbitro, los jugadores, cuerpo técnico, se armó un quilombo que ni te cuento. Adentro de la manga, rodeado, le dije al juez: ‘Este es el premio que vos me sacas por echarme, hijo de puta’. Al final se lo terminé devolviendo porque sino me daban veinte fechas”.
También, en un ambiente tan hipócrita como el fútbol, reconoció fumar marihuana. Y dejó una frase que seguramente de llevarla todos a la práctica, cambiaría al fútbol: ¨No soy violento adentro de la cancha, yo soy defensor y sé que el delantero tiene que ir a laburar el lunes. Además, mañana al rival lo puedo tener de compañero¨.
UN FENOMENO, al cual lo dejaron de lado (se rompió los ligamentos y ni Agremiados -Marchi hijo de puta!!- ni Victoriano Arenas -club donde jugaba en ese momento- le quisieron pagar la operación) por ser sincero y diferenciarse de toda la mierda que es el fútbol argentino.
Gracias por todo Loco, y hasta siempre.