A 29 años de la guerra de Malvinas

Agrego algunas tapas de Clorin:

Aquel viernes 2 de abril del 82 me desperté como todos los días a las 8 para leer Goles mientras escuchaba Rapidísimo durante una hora para a partir de las 9 ponerme a estudiar o hacer las cosas de la escuela (iba a quinto grado).
Rapidisimo estaba distinto, a cada rato pasaban una marcha que nunca había escuchado y que por los siguientes dos meses y medio sería repetida incansablemente.
Desde mis diez años no entendía mucho, desperté a mi mamá y ell, incredul, trató de explicarme.
Cabe aclarar que el 2 de Abril no fue el inicio de la guerra sino el día de la recuperación de las islas.
A aquel inolvidable viernes soleado le siguieron 30 días de negociaciones diplomáticas, que sirvieron para mostrarnos quienes eran nuestros hermanos y quienes los traidores (todos lo sabemos, no vale la pena recordarlos ahora).
Estas fechas las recuerdo como las mas trascendentes de las que me tocó vivir. El pueblo estaba unido, desde cada lugar todos aportaban su granito de arena para lo que significaba una quimera.
Las radios que tenían prohibido pasar ciertas canciones tuvieron que descubrir el rock nacional al no poder pasar canciones en ingles. Asi fue como surgieron grupos como Virus, Los Abuelos, hasta Redondos, los Twist, Baglietto y explotaban los Charly, Negra Sosa y León Gieco en las radios.
El inicio de la guerra fué el 1 de Mayo, con el hundimiento del Belgrano fuera del área de combate, a partir de ahí vinieron los Kazansew, Corso Gómez, “Si quieren venir que vengan”, “Seguimos ganando”, etc.
Recuerdo la llegada del Papa, de haber ido a la estación Paso del Rey porque supuestamente iba a ir a Luján en tren, de mi abuelita tejiendo y tejiendo, de “las 24 horas por Malvinas” con Cacho Fontana y Pinky (injustamente señalados como complices de la dictadura) en un program que aún en la TV de hoy me resulta inimaginable.
Recuerdo el final anunciado, de Astiz rindiendose sin tirar ni un tiro, de Mario Benjamin Menendez firmando la rendición y de lo distinta que fue la Argentina en Junio del 82 respecto a tres meses antes.
La idea que tuvieron y que creyeron que serviría para congraciarse con el pueblo les salió para el orto (a ellos y a nosotros) pero al menos significó el definitivo resquebrajamiento de los militares y el inicio del camino que finalizó el 30 de Octubre del 83.

Las pelotas que tuvieron los chicos que fueron y se la bancaron fue increible, un suicidio total adonde los mandaron y sin embargo, hoy en dia no se les rinde homenaje como se debe, a pesar de formar parte del orgullo nacional.

Autocrítica de toda la sociedad (en la que me incluyo), que sólo nos acordamos de los ex combatientes los 2 de Abril.
Mañana seguiremos en la nuestra, y el año que viene que se cumplirán 30 años a lo mejor los homenajes serán mas grandes, pero el 3 de Abril del 2012 volveremos a olvidarlos y a seguir cada uno en la suya.

En los festejos del Bicentenario, los ex-combatientes estaban pidiendo firmas para recibir la pension que les corresponde por derecho. Firme y me quede hablando largo y tendido. Le estreche la mano a uno de ellos y se me cayo un lagrimon. Le dije: “Un honor conocer a un Heroe”… casi se pone a llorar conmigo.


Concuerdo 100%.

Para descomprimir un poco y traer un recuerdo futbolero en un Velez-San Martin de Tucumán que se jugó por esos días en el autotrol del Amalfitani informaeon (erróneamente…) que los ingleses retiraban sus tropas de las Islas Georgias. Juan Carlos Torales, delatero tucumano, les mostró el cartel a los otros jugadores y el partido se detuvo unos minutos porque empezaron a saludarse.

Brillante… no sabia esa eh!
Voy a buscar info, gracias papa.

concha de tu madre galtieri borracho

Como no tengo palabras para describir o pensar lo que fue esa guerra de mierda, comparto un texto de García Marquez sobre la guerra.

Ojala que el borracho hijo de re mil putas que mando a matar a tantos pibes lo pague eternamente.

Las Malvinas, un año después
Por Gabriel García Márquez

Un soldado argentino que regresaba de las Islas Malvinas al término de la guerra llamó a su madre por teléfono desde el Regimiento I de Palermo en Buenos Aires y le pidió autorización para llevar a casa a un compañero mutilado cuya familia vivía en otro lugar. Se trataba —según dijo— de un recluta de 19 años que había perdido una pierna y un brazo en la guerra, y que además estaba ciego. La madre, feliz del retorno de su hijo con vida, contestó horrorizada que no sería capaz de soportar la visión del mutilado, y se negó a aceptarlo en su casa. Entonces el hijo cortó la comunicación y se pegó un tiro: el supuesto compañero era él mismo, que se había valido de aquella patraña para averiguar cuál sería el estado de ánimo de su madre al verlo llegar despedazado.
Esta es apenas una más de la muchas historias terribles que durante estos últimos doce meses han circulado como rumores en la Argentina, que no han sido publicadas en la prensa porque la censura militar lo ha impedido, y que andan por el mundo entero en cartas privadas recibidas por los exiliados. Hace algún tiempo conocí en México una de esas cartas, y no había tenido corazón para reproducir algunas de sus informaciones terroríficas. Sin embargo, revistas inglesas y norteamericanas celebraron este dos de abril el primer aniversario de la aplastante victoria británica, y me parece injusto que en la misma ocasión no se oiga una voz indignada de la América Latina que muestre algunos de los aspectos inhumanos e irritantes del otro lado de la medalla: la derrota argentina. La historia del joven inválido que se suicidó ante la idea de ser repudiado por su madre, es apenas un episodio del drama oculto de aquella guerra absurda.
Ahora se sabe que numerosos reclutas de 19 años que fueron enviados contra su voluntad y sin entrenamiento a enfrentarse con los profesionales ingleses en las Malvinas, llevaban zapatos de tenis y muy escasa protección contra el frío, que en algunos momentos era de 30 grados bajo cero. A muchos tuvieron que arrancarles la piel gangrenada junto con los zapatos y 92 tuvieron que ser castrados por congelamiento de los testículos, después de que fueron obligados a permanecer sentados en las trincheras. Sólo en el sitio de Santa Lucía, 500 muchachos se quedaron ciegos por falta de anteojos protectores contra el deslumbramiento de la nieve.
Con motivo de la visita del Papa a la Argentina, los ingleses devolvieron mil prisioneros. Cincuenta de ellos tuvieron que ser operados de las desgarraduras anales que les causaron las violaciones de los ingleses que los capturaron en la localidad de Darwin. La totalidad debió ser internada en hospitales especiales de rehabilitación, para que sus padres no se enteraran del estado en que llegaron: su peso promedio era de 40 ó 50 kilos, muchos padecían de anemia, otros tenían brazos y piernas cuyo único remedio era la amputación, y un grupo se quedó interno con trastornos psíquicos graves.
“Los chicos eran drogados por los oficiales antes de mandarlos al combate”, dice una de las cartas de un testigo. “Los drogaban primero a través del chocolate, y luego con inyecciones, para que no sintieran hambre y se mantuvieran lo más despiertos posible”. Con todo, el frío a que fueron sometidos era tan intenso que muchos murieron dormidos. Tal vez fueron los más afortunados porque otros murieron de hambre tratando de extraer la pasta de carne que se petrificaba dentro de las latas. En este sentido, mucho es lo que se sabe sobre la barbarie de la logística alimenticia que los militares argentinos practicaron en las Malvinas. Las prioridades estaban invertidas: los soldados de primera línea apenas si alcanzaban a recibir unas sardinas cristalizadas por el hielo, los de la línea media recibían una ración mejor, y en cambio los de la retaguardia tenían a veces la posibilidad de comer caliente.
Frente a condiciones tan deplorables e inhumanas, el enemigo inglés disponía de toda clase de recursos modernos para la guerra en el círculo polar. Mientras las armas de los argentinos se estropeaban por el frío, los ingleses llevaban un fusil tan sofisticado que podía alcanzar un blanco móvil a 200 metros de distancia, y disponían de una mira infrarroja de la más alta precisión. Tenían además trajes térmicos y algunos usaban chalecos antibalas que debieron ocasionarles trastornos mentales a los pobres reclutas argentinos, pues los veían caer fulminados por el impacto de una ráfaga de metralla, y poco después los veían levantarse sanos y salvos y listos para proseguir el combate. Las tropas inglesas estaban una semana en el frente y luego una semana a bordo del “Canberra”, donde se les concedía un descanso verdadero con toda clase de diversiones urbanas en uno de los parajes más remotos y desolados de la Tierra.
Sin embargo, en medio de tanto despliegue técnico, el recuerdo más terrible que conservan los sobrevivientes argentinos es el salvajismo del batallón de “gurkhas”, los legendarios y feroces decapitadores nepaleses que precedieron las tropas inglesas en la batalla de Puerto Argentino. “Avanzaban gritando y degollando”, ha escrito un testigo de aquella carnicería despiadada. “La velocidad con que decapitaban a nuestros pobres chicos con sus cimitarras de asesinos era de uno cada siete segundos. Por una rara costumbre, la cabeza cortada la sostenían por los pelos y le cortaban las orejas”. Los “gurkhas” afrontaban al enemigo con una determinación tan ciega que de 700 que desembarcaron sólo sobrevivieron setenta. “Estas bestias estaban tan cebadas que una vez terminada la batalla de Puerto Argentino, siguieron matando a los propios ingleses hasta que éstos tuvieron que esposar a los últimos para someterlos”.
Hace un año, como la inmensa mayoría de los latinoamericanos, expresé mi solidaridad con Argentina en sus propósitos de recuperación de las Islas Malvinas, pero fui muy explícito en el sentido de que esa solidaridad no podía entenderse como un olvido de la barbarie de sus gobernantes. Muchos argentinos e inclusive algunos amigos personales, no entendieron bien esta distinción. Confío, sin embargo, en que el recuerdo de los hechos inconcebibles de aquella guerra chapucera nos ayude a entendernos mejor. Por eso me ha parecido que no era superfluo evocarlos en este aniversario sin gloria. Como nunca me parecerá superfluo preguntar otra vez y mil veces más —junto a las madres de la Plaza de Mayo— dónde están los ocho mil, los diez mil, los quince mil desaparecidos de la década anterior

Lastima la musica pero esta muy bueno, se puede apreciar a la altura que volaban y los huevos de acero que tenian. Hay un par de escenas reales con el audio original

//youtu.be/KUzR0dGXy4s

Será imposible, porque el 2 de Abril es el 2 de Abril siempre, pero me gustaría que tengamos en claro que la guerra empieza el 1 de Mayo.
Si bien el desembarco en Puerto Argentino provocó las primeras bajas (Capitán de Corvetta Pedro Giacchino es recordado como el primer caído en combate) hasta ese día del hundimiento del General Belgrano fuera de la zona de combate sólo hubo negociaciones diplomáticas, intentos de evitar la guerra, traiciones, acuerdos, tensa calma, vigilia, pueblo unido.
El 2 de Abril es una cosa, el inicio de la guerra otra, pero bueh toda la vida el 2 de Abril será el día a recordar y homenajear todo lo sucedido en el 82.

Militares hijos de re mil puta y la concha de su madre

//youtu.be/bpt8k0YqSh0

//youtu.be/XJJnoRwF9ow

La Guerra de las Malvinas

Guerra patria que por un rato unio a los argentinos pisadores y a los argentinos pisados,culmina con la victoria del ejercito colonialista de Gran Bretaña.
No se han hecho ni un tajito los generales y coroneles que habian prometido derramar hasta la ultima gota de sangre.Quienes declararon la guerra no estuvieron alli ni de visita.Para que la bandera argentina flameara en estos hielos,causa justa en manos injustas,los altos mandos enviaron al matadero a los muchachitos enganchados con el servicio militar obligatorio,que mas murieron de frio que de bala.
[b]No les tiembla el pulso:con mano segura firman la rendicion los violadores de mujeres atadas,los verdugos de obreros desarmados.

[/b]Eduardo Galeano

Por suerte, no tengo idea de lo que es una guerra ni sufrí en vida las crueldades de esto. Toda una generación marcada por desastres, que merecen respeto y memoria. Y un territorio que recuperaremos.

Mis respetos a todos los que tuviero la desgracia de ir a una guerra donde sabian que morian.
Los que organizaron estos merecen lo peor, la concha bien de su madre.

//youtu.be/cwprEhBykyI

Bombas a Londres - Los Violadores

Algunas veces yo quisiera perder, cierta sensibilidad
La última fiesta, yo la recordaré
Porque muchos no volvieron de allá.

Fantasmas y dudas en un lugar del sur
Hay fantasmas en el cielo

Cartas a Londres o Bombas a Londres!
Cartas a Londres o Bombas a Londres!

Si estamos lejos, o muy cerca, yo no lo sé
La solución, debe ser la verdad
Sólo que nadie la puede encontrar

Latidos de muerte en un lugar del sur
Hay fantasmas… en el cielo!

Cartas a Londres o Bombas a Londres!
Cartas a Londres o Bombas a Londres!
Londes, Londres, London Town!

Sombras siniestras sobre el cielo azul
Ruido de muerte sobre el mar del sur
Nubes oscuras sobre el cielo azul
Ruido de muerte y soledad

Fantasmas y dudas en un lugar del sur
Hay fantasmas, Listen to me now !!!

Cartas a Londres o Bombas a Londres!
Cartas a Londres o Bombas a Londres!
Cartas a Londres o Bombas a Londres!
Here’s to you, London…

Estoy viendo estos videos sobre malvinas. Son 10, me parecen interesantes y los queria compartir con ustedes.

Que hijos de puta loco… Q.E.P.D. los caídos allá.

Mandaron a morir argentinos, con el fin de tapar la etapa mas oscura de la historia argentina. Galitieri ni tumba te mereces hdrp.