Pero me chupa un huevo los clasicos. Prefiero mil veces ganar un campeonato antes que un clasico. Ramon siempre salio ganando campeontos y perdieron los clasicos.
Como decia Aimar aunque no lo banco en nada: “prefiero ganar campeonatos, antes que partidos.”
Nunca dije lo contrario. Mi respuesta era en contraposición al pibe que dijo que en esa época no se declaraba como ahora…Me río de janeiro, justo con la hormiga Díaz y el pelado, los jetones número uno.
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Noooo, al contrario, acordate cuando apostaba con Macri y tenía que garpar siempre por la nefasta década del 90 abajo en los clásicos.
Tiempo después aprendió, bajó el perfil en los clásicos y hubieron algunas buenas victorias como la del 99 en el monumental y la del 02 en el inodoro…[/i]
Dijiste eso. Osea marcas como buenas victorias solo contra Boca… RAMON GANABA CAMPEONATOS. ALGO QUE YA NOS OLVIDAMOS DE LO QUE ES DAR UNA VUELTA.
Bajame las mayúsculas y seguí bien el hilo de la conversación si querés intervenir en la charla ajena:
Pero que ganaba todo… menos humo y mas resultados, que bien vendría ahora…
Esto fué lo que puso el forista. Yo interpreté lo del humo como que el plantel tenía bajo perfil y ganaba todo cuando en la tele lo veíamos a la bruja Berti jetoneando contra Latorre en el programa mediático del gordo Niembro. Lo tenías a la hormiga Díaz calentando los clásicos y de yapa, Ramón haciendo apuestas contra Macri que las continuó hasta cuando fué deté de los cuervos. Eso fué todo. Un simple comentario apoyándose sobre lo que dijo el forista sobre lo del humo. Nadie estaba juzgando ni al pelado, ni los clásicos ni los campeonatos…
Increíble que se lo haya puteado a Labruna, mirá lo que era la hinchada antes y mirá lo que es ahora, Angelito se muere de un síncope si ve en lo que transformaron el club en que puso tanto esfuerzo para erigir como EL MEJOR.
6 de julio de 1980, cancha de Vélez. Labruna siempre fue hostigado e insultado por la platea de River. Pero por la popular también. En el Metro 80, por no poner al uruguayo Carrasco contra Vélez, fue silbado e insultado en masa por toda la hinchada de River. Un momento tremendo en el que Labruna hasta le cointestó con gestos en el campo de juego y con declaraciones lapidarias en los vestuarios.
Fuente: revista El Gráfico número 3170 correspondiente al 8 de julio de 1980.