NUESTRO ÚNICO GUÍA Y NUESTRA ÚNICA BANDERA
Hoy tenemos un motivo para festejar. Porque no podemos dejar de conmemorar, cada 28 de septiembre, que exista una luz que ilumina nuestro camino y que nos guíe a la distancia, como un faro perdido. Ese faro tiene nombre y apellido: Ángel Amadeo Labruna, quien cumpliría este 28 de septiembre, 89 años.
Angelito, vivió sus primeros años cerca de la vieja cancha de Alvear y Tagle; creció jugando al fútbol en la calle hasta que en el año 1928, su padre, viendo que su hijo no sería finalmente, de profesión relojero al igual que él, lo asoció a River Plate. Desde allí y como el socio número 1.358 del club, se convirtió en el más grande de todos, pero también en el mejor de nosotros, como lo hemos dicho desde siempre.
Fue el más grande por lo que ya sabemos: porque ganó como jugador 9 torneos y como técnico 6, porque dio dos vueltas olímpicas como jugador en la cancha de ellos, porque marcó 292 goles en el fútbol argentino y 16 de esos goles fueron a ellos jugando para River. Porque firmó 21 contratos con el club como jugador y 10 como director técnico sin ni siquiera mirarlos, porque fue parte del primer tricampeonato del club y director técnico del segundo, además de serlo en 1975 para cortar la larga mala racha de casi 18 años. Porque jugó y propuso el fútbol que a los hinchas nos gusta y logró que el nombre de River Plate se propague por toda América y el mundo, generando admiración e idolatría.
Para nosotros, además de ser el más grande, Ángel fue, sin dudas, EL MEJOR DE NOSOTROS. Porque amaba a River antes que a nada y lo demostraba a cada paso; porque fue desde cadete hasta jugador de básquet y de ping pong en el club, porque era de una honestidad y una ética absoluta, porque entraba a la cancha de ellos con la nariz tapada, viviendo y respirando por River. Labruna era un genio del fútbol y un apasionado de su trabajo, pero para don Ángel el fútbol y River eran sinónimos, no podía separar su profesión de sus sentimientos, en épocas en que ambos caminan, usualmente, por senderos distintos. En tiempos en los que el negocio y el afán de lucro parecieran dominarlo todo, Labruna mostró que es posible conjugar el éxito profesional y deportivo con la ética y con la pasión, uniendo lo que más nos gusta, que es el fútbol, con lo que más amamos, que es River Plate.
Por eso, en el año 2003 y desde la Subcomisión del Hincha, se propuso y obtuvo que la Comisión Directiva del club declare, cada 28 de septiembre, el Día Internacional del Hincha de River. Para que en cada rincón de nuestro país y del mundo entero recordemos que tenemos un Ángel que nos guía y que nos recuerda, minuto a minuto, que es necesario olvidar todo tipo de ambiciones personales para reencontrarnos con la senda grandiosa de nuestro club. Que es necesario dejar, así como en el verde césped cada gota de sudor, todo nuestro esfuerzo para honrar esa historia gloriosa de la cual Ángel Labruna ha escrito la página más importante. Historia que se honra no con discursos o declamaciones, sino siguiendo su ejemplo todos los días, que es la forma verdadera de honrar su legado, para que nos acompañe todos los días y cada día.
En él y al igual que millones de hinchas, nos vemos reflejados. Que esta fecha de homenaje a los hinchas del más grande nos sirva para reforzar, día a día, nuestro compromiso de amor con River Plate.
¡FELIZ DÍA!
Ilustración: El Ángel Terrestre - Jorge De Los Ríos
Agrupación Caravana Monumental - Club Atlético River Plate
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