Lo lograste.Conseguiste destruir a alguien que se despertó con una sonrisa, con la esperanza renovada de un nuevo día. Haz destruido el espíritu navideño de un alma noble, aquella que aún creía en la bondad, en los gestos sencillos de amor y generosidad que caracterizan esta época del año. Con tus palabras llenas de veneno, has oscurecido la luz que esa persona llevaba dentro. Ya no queda la chispa de esperanza que antes la iluminaba; la pureza de su alegría se ha disuelto en la amargura que has sembrado en su corazón.