VEGA: 7: La cancha de Argentinos suele engañar a la vista en algunas jugadas. Es muy chica, por ende, un remate desde afuera del área se transforma en algo mucho más peligroso que lo habitual, no tanto por la distancia, sino por la sorpresa. Tanto en las pelotas detenidas como en el resto del juego, el arquero debe estar más atento que en otros estadios. Vega lo estuvo y, a pesar de algún rebote, registró dos tapadas excelentes, sobre todo el cabezazo de Scotti, porque fue en un momento crucial.
CABRAL: 5,50: Tuvo una actuación correcta. Le bajo medio punto por el pase comprometido que le dio a Vega en la etapa inicial. Igualmente, considero que esa jugada nace de una mala lectura del juego de Abelairas, lo que provoca una catarata de errores individuales. Sacó mucho de cabeza.
ALMEYDA: 5: Almeyda cayó simpático en la gente a partir de un excelente rendimiento, pero no se debe asociar a una actuación individual con un resultado positivo, como creo que hace Clarín hoy. Matías cometió varios errores conceptuales en el partido: en muchas jugadas, se paraba 15 metros por detrás de Sánchez y Cabral, lo que, en una cancha reducida, era una distancia inmensa que permitía que una diagonal acertada de los hombres de Argentinos pudiera transformarse en un mano a mano. Afortunadamente, River supo cortar los circuitos en el medio y, el error que remarco, apenas tuvo lugar en una jugada mal anulada a Hauche. No le adjudico responsabilidad en el penal, pero sí en la jugada que deriva en el remate cruzado que saca Vega.
SÁNCHEZ: 6,50: Más allá de alguna patadita, el mejor de una defensa que no pasó demasiados sobresaltos. Estuvo mucho menos bartolero que otras veces, Se cansó de anticipar al punta que fuera por su sector. Quizás, las dimensiones del terreno maquillaron su falta de velocidad.
FERRARI: 6,50: Muy buen partido de Ferrari. En ataque, en vez de ir, apareció, y eso es lo que vale en el fobal: la sorpresa. Correcto en la marca e importante en un par de cierres.
DOMINGO: 7: Muy buen partido de Domingo. Entendió a la perfección cuando pegar el culo entre los centrales y cuando acompañar a Barrado para cortar el circuito Mercier-Ortigoza. Neutralizó a Raymonda. Así como contra Boca, leyó bien las situaciones para pasar al ataque (es el jugador que aparece por derecha en el gol de Buonanotte). Siempre es importante que un volante corte y siga la jugada.
BARRADO: 7,50: Gran nivel, sobre todo en el primer tiempo. Cumplió a la perfección el rol de doble cinco adelantado: darle una mano a Domingo y ser el primer nexo con los atacantes. Algo muy importante: si bien esa primera gambeta, larga y con cambio de ritmo, está en su genética, entendió que en una cancha tan chica se convierte en una daga. De esa manera, fue el gestor de la mayoría de los contragolpes de River y hasta pudo sorprender con algún remate de media distancia. Para mi, la figura, junto a Buonanotte. Jugó mucho tiempo de regalo sin amarilla y, en el último cuarto de hora, tuvo algunos problemas de manejo y generó dos o tres tiros libres a favor de Argentinos. Por eso, lo ubico una centésima por debajo del Enano.
ABELAIRAS: 6: Correcto partido. Cumplió una función mayoritariamente defensiva. No hizo algunos cambios de frente que pedían las jugadas, pero siempre manejó la pelota con criterio. No tuvo incovenientes con el volante que se volcara por su sector.
ORTEGA: 5,50: Si bien desperdició (creo que por deuda física), dos situaciones clarísimas, en el primer tiempo también fue el asistente en el gol de Buonanotte y el creador en espacio reducido de la maniobra que deriva en el tiro en el palo de Ferrari. En el segundo, tuvo más malas que buenas, pero mostró predisposición para colaborar en el retroceso y generó una situación de gol tras pelearle una pelota perdida a los centrales de Argentinos, para luego abastecer a Ferrari, que remató por arriba del travesaño. Creo que estuvo un cuarto de hora de más en cancha.
BUONANOTTE: 7,50. Algunos le reclaman su individualismo. Tienen razón. Sin embargo, Buonanotte es el jugador que, por regularidad, provoca más sensación de peligro de gol cuando agarra la pelota cerca del área rival. El tipo crea expectativas, y eso es porque nunca se esconde y encara siempre, algo muy importante en una estructura que viene de golpe en golpe. La jugada del gol es de una inteligencia exquisita, primero jugando sin pelota la pared falsa, y luego definiendo cruzado. Antes, había tenido una de derecha, le había robado tres pelotas a Mercier y dos a Fede Domínguez y había participado del circuito creativo. Se sintió mucho mejor con Mauro Díaz que con Fabbiani. En el complemento alternó buenas (como el slalom de derecha al centro con remate que ataja Torrico) y malas. Igualmente, no lo hubiera sacado. Es un tipo capaz de fabricarse una chance de gol.
FABBIANI: 4,50. Mientras estuvo en cancha, pasó inadvertido. Arrancó demasiado lejos del arco. Su magra condición física le sigue facturando a su potencial. Su discurso le cobra intereses.
MAURO DÍAZ: 6. Más allá de alguna decisión desacertada para cerrar un par de contras, cumplió una interesante tarea. Se acopló rápidamente al circuito creativo, entendió cuando gambetear y cuando pasar, e intervino muchas veces en el proceso de recuperación y retroceso para achicar líneas. Insisto con un pedido: tiene que patear más al arco y pisar el área contraria con mayor frecuencia. Bien en el gol de Rosales.
ROSALES: 6,50: No estuvo condenado a jugar en 5 metros sobre la banda. Eso, y una línea de 3 con un rival jugado en ataque, lo favorecieron. El gol le dio confianza. Acertó en la mayoría de sus intervenciones.
GALMARINI: - .
ASTRADA: Me gustó mucho el planteo. Me agrada la movilidad y la libertad que tiene el equipo de tres cuartos en adelante, así como el sentido táctico que le transmite a algunos jugadores. También saludo el aprovechamiento de algunas características en favor del equipo (saber qué hace bien y qué hace mal Ferrari, por caso). Está apostando a reducir el margen de error; algo lógico, pero también un capítulo que suele ser olvidado por los DT. El equipo está mejor en lo defensivo, pese a que el encuentro que terminó con el arco en cero fue el de peor rendimiento en la materia.
No me gustó que reemplazara a Buonanotte, tanto por una cuestión nominal como del momento del partido. Interpreto que Ortega debió haber salido antes. No me gusta que no haya un 9 natural en el banco. No entendí el troquelado que significó el ingreso de Galmarini. Creí que Patito iba a jugar al lado de Domingo para adelantar a Barrado, quien estaba al borde de la segunda amarilla. Sin embargo, se recostó sobre la izquierda, pero, al no sentir la posición, se cerraba y dejaba a Oberman mano a mano con Abelairas.
Me parece arriesgado hablar de evoluciones constantes, de mística o de recuperaciones individuales por un ciclo de tres partidos. Digo esto porque, escuchando y leyendo, advertí un clima de alta euforia.
La urgencia, tanto dentro como fuera de la cancha, y los enamoramientos momentáneos (Fabbiani) y regalías (Rojas, Rosales), fueron cosas que no le hicieron bien a River. No creo que sea saludable indultar a jugadores regularmente deficitarios a cambio de un buen final del torneo. Sería tropezar con una piedra que se conoce de memoria en el Monumental. Me parece que lo más lógico es ir partido a partido, sumando puntos que alejen a River de los problemas de promedio. Si esto significa entrar a la Copa, que sea una yapa, pero no el objetivo.
Abrazos.-