Percances Sexuales

También deberían de borrar los mensajes referidos a ella, no debe ser muy lindo saber que tú ex contó cosas de tu intimidad en un foro, es lógico que este enojada…

2 Me gusta

Basta sang, no te la vas a levantar

12 Me gusta

Tiene unas ganas el gordito Sang de que Anabella se ponga la cinturonga y le de masa…

14 Me gusta

No nececito, okk?? Ya dije, sufro la maldición del hombre alto, sin importar que, siempre voy a tener a una petisa (1,50 para abajo) detrás mío, lo malo es que me gustan las altas…

3 Me gusta

Basta gordo, sos el único que tiene esa fantasía, deja de proyectar tus homosexualidades en los demás…

6 Me gusta

Yo si
Ok?

pepe-argento-dardo

9 Me gusta

Que onda, pensé que Anabella ya había soltado. No sabía que seguía registrandose y participando del floro.

Voy a estar mas atento a este tema que nunca entro (?

2 Me gusta

Cantidad de difamacion ok?

1 me gusta

Acabo de llegar a casa. Una noche de ensueño.
Como todos sabemos, es navidad. Se habían hecho las 00h y yo estaba medio triste porque la pasé solo, sin familia ni amigos con quien brindar. Estaba por acostarme a dormir, pero se me ocurrió ver un poco las redes. Entonces me metí a instagram y fui mirando las historias de las personas que sigo. Muchas jovencitas y mujeres lindas, debo decir. Pero hubo una que me cautivó. 53 años, no tan flaca, excelentes pechos (de esos que entran perfectos en una mano semi cerrada), un culo que me pareció una locura, vestida de rojo y blanco. Una auténtica madura. Mamá Noel, pensé. Primero le puse corazocito… pero al rato, después de toquetearme mirándola, fui por más. “A usted la pedí para Navidad, y no la veo en ningún lugar de mi casa”. Ella rió con una risa larga: “Jajajaja”. Luego, agregó: “Capaz la cartita no le llegó a Papá Noel, pero creeme que si le hubiera llegado, me tendrías ahí.” Hmm… -pensaba-. Sos muy, muy linda, le dije, y le pedí disculpas por mi atrevimiento. No, por favor -respondió- es todo un halago que un bebé como vos me diga esas cosas…
Hablamos por largo rato, unos veinte minutos. Ya cuando me iba a despedir, puesto que no quería molestar demasiado, ella me dice: ¿No salís? Le respondo que no, y ela me dice que tampoco sale. “Ah, una joda tremenda la nuestra”, digo. Ella se ríe. Y de la nada me invita a su casa. Por supuesto que acepto, con cierta vergüenza. “Ahora ya nos vamos de acá y pasamos a buscarte”.
Me quedó en la cabeza el abandono de la primera persona del singular. ¿Qué fue eso de “nos vamos” y “pasamos a…”?
Pí-pí. Tocan bocina y salgo. Me abren la puerta de atrás. Entro y encuentro a mi madurita de conductora y a una teen en el asiento de acompañante. Hmm, hoy es mi día de suerte, pensé. Llegamos a la casa de la madurita y, al entrar a la habitación, como si supiera mi pensamiento, me dice: hoy es tu día de suerte. Y me presentó a Sofía, su hija de 19 años recién cumplidos.
-Hacía rato que queríamos experimentar un trío, pero no encontrábamos al hombre indicado. Hasta que te vimos…
A mí por poco ya se me caían las babas. Entonces Sofía me tiró a la cama, se sentó encima mío y empezó a besarme. Le saqué la remerita musculosa y luego la mini de jean. Un culito divino, redondito, pequeño… De repente irrumpió la madurita, que por cierto se llama Claudia. Se sentó al lado e hizo un chiste como que la estábamos dejando de lado. Entonces Sofía se levantó y empezó a besarse con su madre, que de a poco fue acercando su mano hacia mi pene para empezar a frotarlo suavemente; sentí que mi miembro había llegado a su techo máximo de 14cm clavados. No aguanté más y me acomodé para que me saquen el pantalón. Entonces pasó lo que tenía que pasar… las dos caritas mirándome mientras todo mi ser vibraba y volaba de pasión. Comenzaron a pasarme la lengua y a decirme cosas como “te gusta?”, “nos encanta tu pija”, “estás muy rico”. Entonces me incorporé y las aparté, puse en cuatro a Claudia y empecé a fornicarla por el culo. Y atención, porque aquí viene el percance sexual. De repente, en la agitada noche del cuarto silencioso, se escuchó el sonido de un gas. Sofía sonrió; Claudia, que estaba un poco ebria, se avergonzó. Entonces la saco y en la puntita me encuentro con un pedacito de mantecol carbonizado. Claudia se agarró la cara, no sabía dónde esconderse… Entonces le digo que no pasa nada, y cuando intento darme vuelta para irme a limpiar al baño, Sofía me frena, abre su boca y… ya saben. La miramos algo horrorizados, y ella, con una sonrisa pícara, nos dice: ¿qué tiene de malo? Amo el mantecol.
Todos nos reímos. Luego Claudia se lavó la cola, yo el pito y Sofía la boca. Olvidamos el percance y seguimos con nuestra noche… la cual acaba de terminar hace media hora. Una locura, un sueño hecho realidad.
Quedamos en vernos en año nuevo. Pero con la condición de no comer mantecol luego de la cena…

11 Me gusta

5 Me gusta

Creo que Abella se va a ofender conmigo

5 Me gusta

6 Me gusta

Venía hablando hacía tiempo por whatsapp con una chica de 27 años que conocí en tinder. Todo marchaba a la perfección, no faltaban las risas. Ella vivía bastante cerca, a unas veinticuatro cuadras de mi departamento en el centro comercial. Hace unas tres semanas estábamos hablando lo más bien y de repente sentí que el chat se estaba poniendo cachondo, la temperatura se elevaba. “Me gustaría conocerte en persona”, me dijo. Le respondí que a mí también me gustaría, y rápidamente ella agregó “Esta noche”.
Quedamos para salir a cenar. La pasé a buscar a las nueve de la noche y mientras la esperaba en el coche me envió un mensaje para que entrara a su casa, que todavía tenía que vestirse. Apenas abrió la puerta quedé loco, estaba fatal. Me recibió con el toallón abrazándole el cuerpo, y a mí como que se me aceleró el corazón y los zumbidos del mismo hicieron eco en la parte más íntima de mi cuerpo.
-Pasá, Juan, que ya termino.
Pasé. Me dio un beso y caminó hacia la habitación. Me quedé parado, aunque ella me había invitado a tomar asiento. El reloj marcaba las nueve y veinticinco cuando se apareció lookeada con un vestidito corto de color rosado que era una locura, mientras que sus labios pintados de rojo furioso resaltaban su sensualidad.
-¿Qué te parece?
-Estás increíble. ¿Puede ser una vueltita?
Se acercó, la agarré de una mano y le hice dar una vueltita. Ahí nomás le pegué una arrimada y ya mis manos abandonaron la timidez inicial para dar rienda suelta a singulares caricias. Primero la tomé de la cadera para luego recorrer sus piernas. Ella estaba tímida, como que evitaba que la acaricie más allá. Empecé a besar su cuello, sus hombros; comenzaba a olvidarme de la cena. Se dio vuelta con extrema rapidez, nos besamos. “Quiero hacerte el amor”, le dije. “Hay un problema”, me respondió.

-Juan, hay un problema. Me daba mucha vergüenza decírtelo.
-¿Sos virgen? Restale importancia, puedo enseñarte.
-No, Juan. Quizá no parezca, pero… ay, qué vergüenza…
-Decilo, Mariela. Sin timidez…
-Soy una chica trans.
-¿En serio?
-En serio.
-Bueno, no parecías… qué… qué confusión…
-Ay, perdoname… Tendría que haberlo dejado claro. Perdón, perdón.
-Ya está… Sos muy linda igual, se te ve muy femenina.
-Gracias, Juan. Pero te cuento que…
-¿Qué?
-Soy activa.
-Con eso ya no podemos hacer nada, Mariela. Porque en esta cita existe la única posibilidad de que yo sea activo. Disculpame, pero…
-Está bien, no pasa nada. Quedate tranquilo, salgamos a cenar como amigos.
-¡Genial! Me gusta hacer amigos.

Fuimos a un barcito cerca del río y nos comimos un superpancho con papitas y una Coca-Cola.
La pasamos genial. Ella decidió pagar todo.
Cuando estacioné en su casa, apenas abrió la puerta del coche y se quedó mirándome.
-Perdón por el percance…
-No hay problema, Mariela, fue una linda noche de amistad.
-De todos modos… ¿Querés pasar? Una chupadita de pija no se le niega a nadie, ¿sabés?
-Uff, lo que la debés chupar con esos labios…
-Dicen que soy la mejor.
-Y después nos tomamos un café.
-Dale, cortado con leche de mípalo.
-¡Mariela!
-Ja, ja. Es solamente un chiste, Juan. Pasá…

Jamás un hombre recibió una mamada tan increíble.

17 Me gusta

Basta gretel.

14 Me gusta

Igual pensé que la historia iba a terminar con que se lo detonaba la traba a él, siendo activa “Mariela” jajajaja no llegó a tanto la inspiración e imaginación!

7 Me gusta

Una vez , en mis años mozos, estaba en buen puerto con una chica, pero no habia lugar privado para ejecutar el acto.
Era dia de semana aprox 7 a.m.
Cuestion que terminamos en el cordon de la vereda que estaba protegida visualmente por una obra en construccion
La chica muy hacendosa procede a hacerme una felacion
En mi estado de ebriedad se demoro bastante la cuestion
El punto es que al terminar empiezo a escuchar aplausos cercanos
Resulta que habia un grupo de obreros de la construcción observando
La verdad para esa epoca me subio el ego
Hoy en dia diria que era para onlyfans y lucrar pero bue

7 Me gusta

tuWattpad

3 Me gusta

@Manuk

2 Me gusta

Estaba hablando con una amiga que me manda esto:
De no creer :open_mouth:

Venía hablando hacía tiempo por whatsapp con un gordito de 27 años que conocí en tinder. Todo marchaba a la perfección, no faltaban las risas. El vivía bastante cerca, a unas veinticuatro cuadras de mi departamento en el centro comercial. Hace unas tres semanas estábamos hablando lo más bien y de repente sentí que el chat se estaba poniendo cachondo, la temperatura se elevaba. “Me gustaría conocerte en persona”, le dije. Me respondió que a mí también me gustaría, y rápidamente agregué “Esta noche”.
Quedamos para salir a cenar. Me pasó a buscar a las nueve de la noche y mientras el me esperaba en el coche le envié un mensaje para que entrara a mi casa, que todavía tenía que vestirme. Apenas abrió la puerta quedó loco, yo estaba fatal. Lo recibí con el toallón abrazándole el cuerpo, apoyandole todo el salchichón en la entrepierna y a él como que se me aceleró el corazón y los zumbidos del mismo hicieron eco en la parte más íntima de mi cuerpo.
-Pasá, Juan, que ya termino.
Pasó. Le dio un beso y caminé hacia la habitación. Se quedó parado, aunque le había invitado a tomar asiento. El reloj marcaba las nueve y veinticinco cuando aparecí lookeada con un vestidito corto de color rosado que era una locura, mientras que mis labios pintados de rojo furioso resaltaban mi sensualidad.
-¿Qué te parece?
-Estás increíble. ¿Puede ser una vueltita?
Se acercó, ma agarré de una mano y me hizo dar una vueltita mientras mi pedazo giraba como un trompo. Ahí nomás me pegué una arrimada y ya sus manos abandonaron la timidez inicial para dar rienda suelta a singulares caricias. Primero me tomó de la cadera para luego recorrer sus piernas. Yo estaba tímida, como que evitaba que me acaricie más allá. Empezo a besarme el cuello, sus hombros; se olvidó de la cena. Me di vuelta con extrema rapidez, nos besamos. “Quiero hacerte el amor”, me dijo. “Hay un problema”, respondí.

-Juan, hay un problema. Me daba mucha vergüenza decírtelo.
-¿Sos virgen? Restale importancia, puedo enseñarte.
-No, Juan. Quizá no parezca, pero… ay, qué vergüenza…
-Decilo, Mariela. Sin timidez…
-Soy una chica trans, me cuelca el chorizo Paladini de entre las piernas.
-¿En serio? Se sonrío.
-En serio.
-Bueno, no parecías… que golazo, como el de Quintero en Madrid !
-Ay, perdoname… Tendría que haberlo dejado claro. Perdón, perdón.
-Ya está… Sos muy linda igual, se te ve muy femenina.
-Gracias, Juan yo se que te tengo loco. Pero te cuento que…
-¿Qué?
-Soy activa.
-Estas de re suerte, Mariela. Porque en esta cita existe la única posibilidad de que yo sea el pasivo aunque todavia no me he abierto de gambas, como que me da miedo… Disculpame, pero…
-Está bien, no pasa nada. Quedate tranquilo, salgamos a cenar como amigos.
-¡Genial! Me gusta hacer amigos mas vergones que yo.

Fuimos a un barcito cerca del río y nos comimos un superpancho con papitas y una Coca-Cola. Yo lo veia como mordia la salchicha y empecé a idear un plan para hacerlo caer en mi trampa y hacerle bien la colacha.
La pasamos genial. Yo pague por todo.
Cuando estacionó en mi casa, apenas abri la puerta del coche y lo quedé mirando.
-Perdón por el percance…
-No hay problema, Mariela, fue una linda noche de amistad.
-De todos modos… ¿Querés pasar? Una chupadita de pija no se le niega a nadie, ¿sabés? La tengo al re palo, me quede dura de verte comerte todo el panchito mmm que rico..
-Uff, y no sabes lo que pueden hacer también estos labios…
-Pero mas bien loquito.
-Y después nos tomamos un café.
-Dale, cortado con leche de mípalo.
-¡Mariela!
-Ja, ja. Es solamente un chiste, Juan. Pasá que te espera le lechita tibia.

Jamás un hombre dió una mamada tan increíble.

8 Me gusta