Del Facebook del Tano:
Carta abierta de Hernán “Tano” Santarsiero
A quien quiera leer esto,
Me comí una sanción del Club Atlético River Plate. Así, de una. Después de 25 años rompiéndome el alma relatando cada gol, cada pelota dividida, cada lágrima de alegría y bronca… me bajan el pulgar. Por decir lo que pienso. Por no tranzar.
No sé, la verdad, esto viene de arriba, no tengo pruebas pero tampoco dudas. Hay gente que se hace la que labura por River pero en realidad labura por el sobre. Periodismo ensobrado, les dicen… yo les digo traidores.
Y les aviso, a esos mismos “periodistas” que se llenan los bolsillos mientras matan la pasión: no se duerman tan tranquilos. Todo lo que sube baja, y la lengua, cuando se suelta, no se controla. Capaz un día se me da por contar todo, con nombres y apellidos. Y ahí sí, agarrate Catalina.
Me quieren hacer quedar como el loco, como el que se le soltó la cadena. Y puede ser, no te voy a mentir, a veces no doy más. A veces me quedo mirando la pared pensando si no es hora de colgar los botines y chau, que se arreglen solos. O peor, que alguien pague, de una vez, lo que tiene que pagar.
Pero después me baja algo, no sé si es Dios, si es el Beto Alonso en forma de energía, o el ángel Gabriel que me sopla en la nuca. Yo sé que no estoy solo.
Y ojo, no amenazo, pero tampoco soy boludo. Si siguen jodiendo, alguno va a terminar hablando de más. Porque lo que sé, lo que vi… no se borra tan fácil.
A mí no me compra nadie. No me calla nadie. River no es de ustedes, River es del hincha. Y el hincha me banca.
Y no me olvido de vos, Cozza. Ni de los periodistas partidarios que te chupan las medias para que les tiren dos mangos y un protocolo. Ustedes piensan que están del lado del poder, pero el poder cambia, muchachos. Y cuando cambie, más de uno va a tener que mirar por encima del hombro. La vida da vueltas, y a veces vuelve con interés. Acuérdense de esto que les digo: el que juega sucio con la verdad, termina manchado. Y lo manchado, tarde o temprano, se limpia… de una forma o de otra. En mí barrio, las cosas no se solucionan con carta documento, ni con abogados, ni con sanciones, en mí barrio se resuelven con las manos y, de no alcanzar, con pólvora.
El que tenga oídos, que escuche. El que no, que rece.
Hernán “Tano” Santarsiero
Relator. Sufridor. Laburador. Riverplatense hasta los huesos.