Hezbollah y los atentados en Buenos Aires
El 17 de marzo de 1992 estalló la Embajada de Israel. El 18 de julio de 1994 voló la AMIA. Ambos hechos fueron adjudicados por la Justicia argentina a atentados terroristas del fundamentalismo islámico, originados en Irán y ejecutados por Hezbollah, aunque ambos lo nieguen. Estas afirmaciones son tan conocidas como reiteradas, al punto que pocos han de saber cuáles son las evidencias o suposiciones que las cimientan. Es por ello que a continuación presentamos un relevamiento de las principales resoluciones emitidas por los jueces actuantes, a efectos de que tomen conocimiento público.
Muchas son las dudas que genera la falta de contundencia en las pruebas, originadas fundamentalmente en informes de inteligencia difícilmente comprobables, declaraciones de testigos más o menos dudosos y/o interesados, y conjeturas con cierta o relativa base de convicción.
Atentado a la Embajada de Israel
De las resoluciones de la Suprema Corte de Justicia de la Nación argentina, de fechas 10 de mayo, 2 de septiembre y 23 de diciembre de 1999, y del entonces juez Juan José Galeano, a cargo de la ‘causa AMIA’, del 5 de marzo de 2003, surge que:
• Una radio de Beirut adjudicó el atentado a la Jihad Islámica, identificado como brazo armado de Hezbollah (3/92).
• Solicitada de la Jihad Islámica reclamando la autoría, en represalia por la muerte del imán Abbas Musawi, entonces secretario general del Hezbollah, y su familia, el 17 de febrero de 1992. (Diario An-Nahar, 19/3/92).
• Comunicado y video de la Jihad Islámica en la televisión libanesa. “En el nombre de Dios, por la sangre derramada de nuestro mártir, Abu Yasser (NdR: la Secretaría de Inteligencia argentina lo identificó como uno de los alias de Musawi) (…) y para confirmar el primer comunicado (…). La opera¬ción del mártir (Niño Hussain) es un regalo para los mártires y los creyentes. (…) Estalló El Fuerte Jaibar (NdR: acontecimiento bélico protagonizado por Mahoma, según el Corán; se referiría a la Embajada de Israel) argentino, y lo dejó destruido. (…) La guerra está abierta hasta que no quede ningún judío sobre la tierra. (…) Israel es el mal en sí mismo, que tiene que desaparecer del mundo. (…) Organización Jihad Islámica. Marzo 1992, Mes de Rama¬dam.” El video muestra el frente de la Embajada y se habría confeccionado a partir de dos o tres fotos (21/3/92).
• La camioneta Ford F-100 fue adquirida con billetes de cien dólares, cinco de los cuales tenían escrituras utilizadas en el Líbano para identificarlos como auténticos.
• Tras la detención del líder de Hezbollah Mustapha Dirán por parte de Israel, el 28 de mayo de 1994, que habría motivado el atentado a la AMIA, el sheik Fadlallah, líder espiritual de Hezbollah, declaró: “los combatientes musulmanes han probado, luego del asesinato de Abbas Mussaui, que sus manos pueden llegar a la Argentina” (cable 010217/94 de la embajada argentina en el Líbano, 28/5/94) y “su mano (la de Israel) es larga, pero la mano de los mujahidin es más larga y ha llegado a la Argentina” (Diario Al-Hayat, 30/5/94).
• Orden de captura de Imad Fayiz Mughniyah, considerado uno de los miembros más importantes de Hezbollah y jefe de la Jihad Islámica. En 1986 integró el Consejo Consultivo -Majlis al-Shura al-Qarar- de Hezbollah, como encargado del Servicio de Seguridad (1987) y jefe del Servicio de Seguridad Exterior (1989). Era el líder del Aparato de Seguridad Exterior en 1992 y 1994.
• Samuel Salman El Reda. Colombiano, hijo de libaneses, referente de Hezbollah en la Triple Frontera, sospechoso de haber participado en ambos atentados. Sindicado por la SIDE como el jefe del grupo operativo que llevó a cabo el de la Embajada. Claudia Navarrete Caro narró que, a principios de 1990, El Reda estuvo en la Argentina por un corto tiempo. Su esposo, Mohammad Javadi-Nia, declaró conocer a un libanés de nombre Salman, al cual vio en Buenos Aires en dos oportunidades: en la mezquita de San Nicolás y en la casa de los suegros de El Reda, en 1991 ó 1992. El testigo “A”, un iraní opuesto a la política de actuar violentamente en terceros países, relató que lo conoció en Buenos Aires en 1992, que se había casado con una argentina de ascendencia árabe (Silvina Saín), con la cual acudía a la mezquita At-Tauhid. El Reda se habría instalado en Foz do Iguazú seis meses después del atentado. Tiene orden de captura.
Atentado a la AMIA
De acuerdo a las resoluciones del entonces juez Juan José Galeano, del 5 de marzo y 16 de mayo de 2003, y declaraciones efectuadas en el juicio oral, entre 2001 y 2004:
• El 21 de mayo de 1994, un comando israelí secuestró al dirigente de Hezbollah Mustapha Dirani, en la región de Bekaa. Tras ello, dirigentes de Hezbollah juraron vengarse.
• El atentado fue reivindicado por Ansar Allah (“Partisanos de Dios”), nombre de un grupo integrista islámico presuntamente vinculado a Hezbollah. Según la SIDE, en 1994 había dos facciones de Hezbollah que podrían haber utilizado ese nombre: el grupo palestino de Jamel Souleyman o el grupo del sheik Sobhi Tufayli, ex secretario general de Hezbollah. Según el cable 010355/94 (25/7/94) de la embajada argentina en el Líbano, Ansar Allah se trataría de una corriente interna de Hezbollah liderada por Tufayli, quien la crea a principios de 1994 en oposición a Hassan Nasrallah. No se habría podido determinar si en el atentado actuó en forma independiente o respondiendo a directrices de Hezbollah. Juan Faraldo, embajador argentino en el Líbano de 1990 a 1995, indicó que un grupo disidente de Hezbollah podría haber utilizado ese nombre. Sin embargo, no existiría información que avalase la existencia de conflictos internos en Hezbollah. De hecho, el ministro de Defensa libanés, Mohsen Dalloul, sostuvo que no existía Ansar Allah y que Tufayli era miembro de Hezbollah (cable 010380/94, 31/7/94).
• El embajador argentino en Kuwait, Antonio Isso, citó un artículo del diario árabe Al-Watan que analiza la eventual responsabilidad de Hezbollah, basado en su lógica de declaraciones y amenazas y su enfrentamiento con Israel. El embajador agregó que las conclusiones en Israel y los medios enemigos fueron que el atentado contra la Embajada de Israel no había tenido el efecto deseado, por lo cual esa segunda operación produjo un shock sin precedentes y un sentimiento de impotencia ante la posibilidad de que pudiera repetirse otra vez (cable 010021/94, 19/7/94).
• Sami Musalaam, jefe de gabinete de Kaddoumi y asesor de Arafat en la OLP, le refirió al embajador argentino en Túnez, Marcelo Huergo, que -de acuerdo a la información que Arafat manejaba- el hecho había sido perpetrado por Hezbollah (cable Nº 010184/94, 19/7/94). No puede perderse de vista la enemistad existente entre Hezbollah y la OLP a esa fecha.
• Abolghasem Mesbahi, ex jefe de la Diplomacia no Oficial con el Mundo Occidental del Ministerio de Información de Irán, declaró que Ahad, comandante del Estado Mayor General del Ejército de Hezbollah, tuvo a su cargo el control y verificación de la ejecución del atentado. Ahad no es su nombre o apellido, sino una palabra. Es un libanés que ingresó a la Argentina, cinco o seis días antes del atentado y se retiró dos o tres días después, con un pasaporte griego con nombre falso.
• Mesbahi también dijo que “fue un ataque suicida concretado por un libanés”. Al respecto, la SIDE lo identificó como Ibrahim Hussein Berro, ligado a Hezbollah. Berro y Saad ingresaron a la Triple Frontera procedentes del Líbano. Berro se alojó en la casa de los hermanos Tormos, quienes habían sido enviados a Paraguay por instrucciones de un jeque que es hermano de ellos. Luego, Berro, Saad y los Tormos se trasladaron a la Argentina, habiendo participado en la planificación del atentado. Miguel Alfredo “Tarik Ibn” Barcia declaró que, antes del atentado, “se alojó en la mezquita (de Cañuelas) una persona, la cual -según comentarios del (sheik Abdallah Madani)- era un ex combatiente de Hezbollah”. Ella “refirió que era uno de diez hermanos, de los cuales nueve eran ‘shahid’, mártires por la causa de Dios. Que a esta persona Allah no lo había querido recibir en su seno, encontrándose desconsolado debido a que tuvo la oportunidad de convertirse en un ‘shahid’ y no lo había logrado”.
• Imad Fayiz Moughnieh. Según la SIDE, se trasladó al Líbano una semana antes del atentado y pudo haber participado de su planificación. En la actualidad residiría en Irán. Tiene orden de captura.
• Mohsen Rabbani, ex imán de la mezquita At-Tauhid hasta que se convirtió en agregado cultural de la Embajada de Irán, meses antes del atentado. Tiene orden de captura. La SIDE informó que, a su llegada al país, estableció comunicaciones con la mezquita shiíta de Foz do Iguazú y la oficina del líder religioso de Hezbollah, sheik Fadlallah, en su cuartel general en el Líbano. Rabbani realizó actividades con miembros de Hezbollah en Brasil y Paraguay y mantuvo conexiones con elementos asentados en Chile, Colombia, Uruguay, etc. Según la SIDE, debió rendir cuentas internamente por el ingreso a la Argentina del miembro de Hezbollah Nidal Bazoun y su hospedaje en la mezquita At-Tauhid. Rabbani tendría dos hermanos, uno de ellos religioso, con un cargo en el gobierno iraní y vínculos estrechos con la jefatura de Hezbollah. Iamanian Khosrow, ex funcionario administrativo de la Embajada de Irán, refirió que escuchó, en varias ceremonias, a Rabbani incitar a la gente a “exportar” la Revolución Islámica por medio del terrorismo contra Estados Unidos y los judíos, y que en 1990, diferentes personas le manifestaron que Rabbani decía: “Todos somos Hezbollah”. Ya en el juicio oral, Mesbahi declaró que “Rabbani era el único residente que estaba al tanto del atentado. Era el líder de Hezbollah en la Argentina. El es parte de la ‘línea dura’ y quería probarlo participando de un acto terrorista. Proveyó la camioneta, el lugar para esconderla, la posibilidad de armar la bomba e información logística, geográfica y de seguridad sobre la zona de la AMIA”.
• Samuel Salman El Reda. Según la SIDE, residió en Foz do Iguazú y Ciudad del Este. Los registros de sus llamadas telefónicas desde Foz do Iguazú habrían permitido ratificar su vinculación con Hezbollah, como los de octubre-noviembre de 1993 y enero-junio de 1994, sobre todo a Assad Ahmad Barakat, recaudador de fondos para Hezbollah en la Triple Frontera. Algunos de los contactos de El Reda en Argentina eran Rabbani y la familia Sain. El 26 de noviembre de 1992 pagó 20.000 dólares de fianza por su hermano, José Salman El Reda, detenido en Rosario cuando intentaba cambiar 5.000 dólares falsos y hoy prófugo. Los domicilios real y comercial de Foz do Iguazú aportados por José confirman los que la SIDE tenía de Samuel. Según el testigo “A”, Samuel participó en acciones bélicas de Hezbollah en el sur del Líbano, y durante 1993/94 se instaló en Foz do Iguazú, desde donde brindó el apoyo necesario para la realización del atentado. Su labor habría consistido en coordinar las “células dormidas” y dar la orden para el cumplimiento de la “misión”. La SIDE señala que El Reda estuvo en Argentina en enero y junio de 1994, y una semana antes del atentado, domiciliándose en la casa de los Sain. Si bien viajaba esporádicamente a la Argentina con su esposa (Silvina Sain), luego del crimen se radicó en el Líbano con su familia.
• Farouk Abdul Omairi. Según el testigo “A” era una persona importante en la mezquita de Foz do Iguazú, que actuaba como representante de Hezbollah y coordinador de los libaneses residentes en la zona. En la Argentina tenía contactos con el embajador y el cónsul de Irán y gente de la mezquita, como Rabbani. Según Khosrow, estuvo en la Argentina a fines de 1991.
• Zouhair Mohamad Hassan Saleh. Según la SIDE sería activista de Hezbollah. Su esposa, Claudia Assad, cuñada de Abdul Karim Paz Bullrich, ex sheik de la mezquita At-Tauhid, se radicó, en 1992, en un campamento de Hezbollah en el valle de Bekaa.
• El titular de la empresa de volquetes “Santa Rita”, utilizada en la obra de la AMIA, Nassib Haddad, nació en Aynata, El Líbano, al igual que Fadlallah, uno de los fundadores de Hezbollah, de quien sería pariente.
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