Desarmando el verso de las inversiones

El Gobierno festejó que la oferta en el mercado financiero haya sido muy superior a la colocación de 16.500 millones de dólares de deuda que finalmente realizó, la mayor para un país emergente en muchos años. Pagó a los fondos buitre y utilizó el resto para afrontar gastos corrientes. El programa, como dijo tiempo atrás el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay, es endeudarse para no hacer un ajuste fiscal todavía más brutal. ¿En qué mundo financiero se reinserta la Argentina y qué sucedió en la región en estos años en materia de deuda? ¿Cómo se van a comportar los capitales financieros con la nueva niña bonita del mercado y qué riesgos corre la economía nacional? Para dar respuesta a esos interrogantes, Cash entrevistó a José Gabriel Palma, doctor en Economía de la Universidad de Oxford y doctor en Ciencia Política de la Universidad de Sussex. Palma es actualmente profesor de la Facultad de Economía de la Universidad de Cambridge y de la Universidad de Santiago de Chile. “Hay un peligro de irse por la vía del endeudamiento y creo que este gobierno va a hacer precisamente eso pues la tentación es muy grande, es un esquema insostenible en el mediano plazo a menos que esos recursos se inviertan, lo cual es poco probable”, analiza Palma.

¿Qué características tiene el mercado financiero global al que se reinserta la Argentina?
–Hay dos aspectos a destacar: exceso de liquidez y falta de activos financieros sólidos, como por ejemplo acciones de compañías de buena calidad o bonos públicos de países con fortaleza económica. Es decir, hay escasez de activos con valor intrínseco y no ficticio. Esa es la razón por la cual los commodities se hicieron tan atractivos desde 2002 en adelante, y en especial después de la crisis de 2008, ya que por un lado China aseguraba un crecimiento de la demanda y por otro se trataba al menos de bienes tangibles, porque una barra de cobre tiene un valor intrínseco, a diferencia de un derivado que puede no valer nada mañana.

¿Por qué hay escasez de activos financieros sólidos?
–En parte, porque la inversión en los países desarrollados está en niveles muy bajos, especialmente desde 2008. Pero además el exceso de liquidez primero fue a la periferia europea y una vez que esos países no daban más, se volcaron hacia los emergentes, como América latina y Asia. Es decir, las opciones de colocación de deuda de países se acotaron.

¿Y a qué responde el exceso de liquidez?
–Viene de varias fuentes. La primera es el incremento de la desigualdad en los países desarrollados. Si la distribución del ingreso hoy en EEUU fuera la del `80 cuando fue elegido Ronald Reagan, el 1 por ciento más rico de la población ganaría unos 3 a 4 billones de dólares (millón de millón) menos por año. Dos tercios o tres cuartas partes de eso se va a los mercados financieros, porque es imposible consumir a ese nivel. A la vez, muchos países del mundo han adoptado la política de aumentar sus reservas internacionales, con el caso más contundente de China. Esas reservas también se reciclan en los mercados financieros. También opera la política de expansión monetaria de la Reserva Federal de los Estados Unidos, del Banco Central Europeo y del japonés, que han aumentado la liquidez internacional en más de 10 billones de dólares. Además, las empresas de los países desarrollados han revertido una relación histórica en donde la inversión siempre superaba a su ahorro. Sin embargo, las empresas ahora ganan tanto e invierten tan poco que su saldo sectorial se dio vuelta, ahorran más de lo que invierten y buena parte de ese excedente llega a los mercados financieros. Esa liquidez la usan para comprar sus propias acciones, dar dividendos monumentales a los accionistas, pagar salarios astronómicos a ejecutivos o comprarse unas empresas a otras a precios artificialmente altos. Cualquier cosa, menos inversión productiva.

[b]En un contexto financiero global marcado por el exceso de liquidez y pocas opciones de activos financieros sólidos, ¿qué pasó con el endeudamiento de los países emergentes?

[/b] –Los mercados financieros están apremiados por encontrar nuevos activos donde “estacionar” su liquidez. Una tesis mía de hace muchos años es que los países emergentes somos el mercado de última instancia de los mercados financieros. Cada vez que tienen exceso de liquidez y no saben qué hacer con ella, “redescubren” a los países emergentes. Esta vez fueron primero a la periferia europea y una vez que todas las burbujas posibles allí estaban agotadas se pasaron a los emergentes. En los 70 fue exactamente lo mismo, cuando los bancos no sabían qué hacer con su liquidez y empezaron a prestarle irresponsablemente a la región, que derivó en la crisis de la deuda en los 80.

[b]¿Qué características tomó el proceso de endeudamiento de los países emergentes?

[/b] –Según cálculos del BIS, unos 7 billones de dólares de los 10 billones de la política de expansión monetaria de la OECD vinieron a los países emergentes en vez de estimular o recuperar el crecimiento de las economías desarrolladas. La mayor parte de lo que vino lo hizo a través de los bonos corporativos, es decir, endeudamiento de las empresas. En Asia, esos recursos en gran medida se invirtieron para ampliar la capacidad productiva. Pero lo que vino a América latina se utilizó para cualquier cosa menos para inversión. Pareciera que hoy en día ganar plata haciendo socialmente útil es sinónimo de falta de imaginación. Entonces ese dinero se usó para financiar la fuga de capitales, pagar dividendos a los accionistas o compra unas empresas a otras, sueldos exorbitantes a los ejecutivos. Y lo poco que fue a inversión fue a extraer commodities, pero casi nada a su procesamiento. En Brasil la deuda externa del sector privado creció 30 puntos desde 2008 y en Chile, 35 puntos. El incremento de la deuda de las firmas chilenas es el tercero más alto del mundo, detrás de China y Turquía, pero casi nada de eso fue a inversión productiva sino a comprar empresas en otros países de la región o a pagar dividendos. Al mismo tiempo, la inversión chilena está por el suelo. El grado de endeudamiento en moneda extranjera de la región, particularmente del sector privado, hizo que las devaluaciones que han tenido lugar hayan golpeado muy fuerte.

En aquel contexto global y este escenario regional se reinserta la Argentina a las finanzas.
–Argentina es el país emergente de significación con menor deuda como porcentaje del PIB, sólo el 35 por ciento. Hay muy pocos países en el mundo en donde desde 2008 el porcentaje de deuda cayó. En Argentina ese ratio bajó en 10 puntos porcentuales. No sólo el Estado tiene un nivel bajo de deuda sino también la deuda corporativa en Argentina en relación al PIB es un cuarto de la brasilera y un décimo de la chilena, mientras que la deuda de los hogares es un quinto de la de Brasil, un octavo de la chilena y un veinteavo de la de Estados Unidos. El gobierno argentino reclama por la herencia que recibió del anterior pero no dice que parte de esa herencia fue recibir una de las economías con más potencial de crecimiento de la deuda externa como porcentaje del PIB del mundo.

¿En qué sentido Argentina representa un potencial de activos financieros de valor intrínseco y no ficticio?
–La solidez argentina es sólo relativa y tiene que ver con los niveles de deuda tan bajos. Eso significa que la Argentina para los mercados es uno de los clientes más interesantes en todo el mundo emergente. No es que la economía Argentina sea tan interesante en sí, pero como tiene tan poca deuda, pasa a ser interesante en términos relativos. Argentina entra con muy poca deuda en un mercado desesperado de nuevos clientes con un mínimo de solidez relativa.

¿Qué evolución tendrá el proceso de endeudamiento del país?
–El de Mauricio Macri es un gobierno frágil, pues no controla al parlamento. Y habrá mucho descontento popular por algunas de sus medidas. Creo que tendrá una enorme tentación en endeudarse, porque le va a ser muy fácil. Es decir, financiar el incremento del gasto con la deuda externa. Peor aún, la tasa que pagó de 7,1 por ciento es altísima. Argentina no solo entra con poca deuda sino que parece dispuesta a pagar tasas muy superiores a los demás. Hay un peligro de irse por esa vía y creo que este gobierno va a hacer precisamente eso pues la tentación es muy grande, es un esquema insostenible en el mediano plazo a menos que esos recursos se inviertan, lo cual es poco probable.

¿A través de qué mecanismo la deuda externa estimula la economía local?
–Si el crédito se hace fácil probablemente haya un boom inmobiliario y un incremento del consumo de los hogares y del gasto público financiado con préstamos externos. El cuento de siempre. Es un camino fácil, lleno de cantos de sirenas, van a golpear la puerta para ofrecer dinero. Pero una política de esa naturaleza tiene un efecto expansivo mientras pueda seguir subiendo la deuda. Muy pronto sucede que hay que pedir prestado para pagar la deuda, de hecho el Gobierno ya lo tuvo que hacer para pagar a los fondos buitre. Es un camino fácil en el corto plazo pero acumula fragilidades financieras que lo hacen insostenible en el largo plazo.

El Gobierno dice que con el acceso a los mercados va a subir la inversión y el empleo.
–Creo que la deuda va a generar muy poco en cuanto a mejora de la capacidad productiva. Dudo que las corporaciones estén esperando el acceso a los fondos para aumentar la inversión. El nivel de inversión en América latina es tan bajo que en Brasil y México, las dos economías grandes de la región, el nivel de inversión por trabajador es un 30 por ciento menor en términos reales del que tenían ambos en el año 1980, eso incluso antes de la actual crisis en Brasil. La región en general está un 10 por ciento debajo de 1980, mientras que Argentina está en la misma línea que en ese momento. La experiencia histórica nos muestra que en América latina la deuda externa se utilizó casi para cualquier cosa menos inversión, fuera de lo extractivo, commodities y algo en servicios. Argentina va a ser por un tiempo uno de los países más atractivos para los mercados financieros. Si los nuevos dólares que llegan se usan para procesar materias primas, infraestructura, telecomunicaciones, educación y salud puede ser algo beneficioso. Si se usan para cualquier otra cosa, como consumo y especulación financiera y para inversión, será historia conocida. La esperanza de que Argentina se endeude dentro de lo que sería un modelo asiático es bajísima, y que se endeude como el resto de América latina es altísima.

Otro argumento de Macri es que el acceso al mercado va a incrementar la inversión de las empresas extranjeras (IED).
–La IED ingresa a América latina hace realmente muy poco en términos productivos y se lleva cantidades siderales de utilidades. La balanza de pagos de la región sólo en el período 2002-2014 registró una salida de un billón de dólares como repatriación de utilidades de la IED. De lo que ingresó, lo poco útil fue a extraer materia prima y se llevó un billón para afuera. Incluso seguramente se llevó mucho más, porque hay diversos mecanismos de repatriación que las cuentas nacionales no captan. Otro dato ilustrativo es que desde la negociación de los bonos Brady en 1989 entraron 2 billones de dólares como IED a la región y la inversión está totalmente estancada desde entonces en alrededor de un 20 por ciento del PIB o menos. Si la IED fuese realmente inversión eso no sería posible.

El Gobierno festejó que la oferta en el mercado financiero haya sido muy superior a la colocación de 16.500 millones de dólares de deuda que finalmente realizó, la mayor para un país emergente en muchos años. Pagó a los fondos buitre y utilizó el resto para afrontar gastos corrientes. El programa, como dijo tiempo atrás el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay, es endeudarse para no hacer un ajuste fiscal todavía más brutal. ¿En qué mundo financiero se reinserta la Argentina y qué sucedió en la región en estos años en materia de deuda? ¿Cómo se van a comportar los capitales financieros con la nueva niña bonita del mercado y qué riesgos corre la economía nacional? Para dar respuesta a esos interrogantes, Cash entrevistó a José Gabriel Palma, doctor en Economía de la Universidad de Oxford y doctor en Ciencia Política de la Universidad de Sussex. Palma es actualmente profesor de la Facultad de Economía de la Universidad de Cambridge y de la Universidad de Santiago de Chile. “Hay un peligro de irse por la vía del endeudamiento y creo que este gobierno va a hacer precisamente eso pues la tentación es muy grande, es un esquema insostenible en el mediano plazo a menos que esos recursos se inviertan, lo cual es poco probable”, analiza Palma.

¿Qué características tiene el mercado financiero global al que se reinserta la Argentina?
–Hay dos aspectos a destacar: exceso de liquidez y falta de activos financieros sólidos, como por ejemplo acciones de compañías de buena calidad o bonos públicos de países con fortaleza económica. Es decir, hay escasez de activos con valor intrínseco y no ficticio. Esa es la razón por la cual los commodities se hicieron tan atractivos desde 2002 en adelante, y en especial después de la crisis de 2008, ya que por un lado China aseguraba un crecimiento de la demanda y por otro se trataba al menos de bienes tangibles, porque una barra de cobre tiene un valor intrínseco, a diferencia de un derivado que puede no valer nada mañana.

¿Por qué hay escasez de activos financieros sólidos?
–En parte, porque la inversión en los países desarrollados está en niveles muy bajos, especialmente desde 2008. Pero además el exceso de liquidez primero fue a la periferia europea y una vez que esos países no daban más, se volcaron hacia los emergentes, como América latina y Asia. Es decir, las opciones de colocación de deuda de países se acotaron.

¿Y a qué responde el exceso de liquidez?
–Viene de varias fuentes. La primera es el incremento de la desigualdad en los países desarrollados. Si la distribución del ingreso hoy en EEUU fuera la del `80 cuando fue elegido Ronald Reagan, el 1 por ciento más rico de la población ganaría unos 3 a 4 billones de dólares (millón de millón) menos por año. Dos tercios o tres cuartas partes de eso se va a los mercados financieros, porque es imposible consumir a ese nivel. A la vez, muchos países del mundo han adoptado la política de aumentar sus reservas internacionales, con el caso más contundente de China. Esas reservas también se reciclan en los mercados financieros. También opera la política de expansión monetaria de la Reserva Federal de los Estados Unidos, del Banco Central Europeo y del japonés, que han aumentado la liquidez internacional en más de 10 billones de dólares. Además, las empresas de los países desarrollados han revertido una relación histórica en donde la inversión siempre superaba a su ahorro. Sin embargo, las empresas ahora ganan tanto e invierten tan poco que su saldo sectorial se dio vuelta, ahorran más de lo que invierten y buena parte de ese excedente llega a los mercados financieros. Esa liquidez la usan para comprar sus propias acciones, dar dividendos monumentales a los accionistas, pagar salarios astronómicos a ejecutivos o comprarse unas empresas a otras a precios artificialmente altos. Cualquier cosa, menos inversión productiva.

[b]En un contexto financiero global marcado por el exceso de liquidez y pocas opciones de activos financieros sólidos, ¿qué pasó con el endeudamiento de los países emergentes?

[/b] –Los mercados financieros están apremiados por encontrar nuevos activos donde “estacionar” su liquidez. Una tesis mía de hace muchos años es que los países emergentes somos el mercado de última instancia de los mercados financieros. Cada vez que tienen exceso de liquidez y no saben qué hacer con ella, “redescubren” a los países emergentes. Esta vez fueron primero a la periferia europea y una vez que todas las burbujas posibles allí estaban agotadas se pasaron a los emergentes. En los 70 fue exactamente lo mismo, cuando los bancos no sabían qué hacer con su liquidez y empezaron a prestarle irresponsablemente a la región, que derivó en la crisis de la deuda en los 80.

[b]¿Qué características tomó el proceso de endeudamiento de los países emergentes?

[/b] –Según cálculos del BIS, unos 7 billones de dólares de los 10 billones de la política de expansión monetaria de la OECD vinieron a los países emergentes en vez de estimular o recuperar el crecimiento de las economías desarrolladas. La mayor parte de lo que vino lo hizo a través de los bonos corporativos, es decir, endeudamiento de las empresas. En Asia, esos recursos en gran medida se invirtieron para ampliar la capacidad productiva. Pero lo que vino a América latina se utilizó para cualquier cosa menos para inversión. Pareciera que hoy en día ganar plata haciendo socialmente útil es sinónimo de falta de imaginación. Entonces ese dinero se usó para financiar la fuga de capitales, pagar dividendos a los accionistas o compra unas empresas a otras, sueldos exorbitantes a los ejecutivos. Y lo poco que fue a inversión fue a extraer commodities, pero casi nada a su procesamiento. En Brasil la deuda externa del sector privado creció 30 puntos desde 2008 y en Chile, 35 puntos. El incremento de la deuda de las firmas chilenas es el tercero más alto del mundo, detrás de China y Turquía, pero casi nada de eso fue a inversión productiva sino a comprar empresas en otros países de la región o a pagar dividendos. Al mismo tiempo, la inversión chilena está por el suelo. El grado de endeudamiento en moneda extranjera de la región, particularmente del sector privado, hizo que las devaluaciones que han tenido lugar hayan golpeado muy fuerte.

En aquel contexto global y este escenario regional se reinserta la Argentina a las finanzas.
–Argentina es el país emergente de significación con menor deuda como porcentaje del PIB, sólo el 35 por ciento. Hay muy pocos países en el mundo en donde desde 2008 el porcentaje de deuda cayó. En Argentina ese ratio bajó en 10 puntos porcentuales. No sólo el Estado tiene un nivel bajo de deuda sino también la deuda corporativa en Argentina en relación al PIB es un cuarto de la brasilera y un décimo de la chilena, mientras que la deuda de los hogares es un quinto de la de Brasil, un octavo de la chilena y un veinteavo de la de Estados Unidos. El gobierno argentino reclama por la herencia que recibió del anterior pero no dice que parte de esa herencia fue recibir una de las economías con más potencial de crecimiento de la deuda externa como porcentaje del PIB del mundo.

¿En qué sentido Argentina representa un potencial de activos financieros de valor intrínseco y no ficticio?
–La solidez argentina es sólo relativa y tiene que ver con los niveles de deuda tan bajos. Eso significa que la Argentina para los mercados es uno de los clientes más interesantes en todo el mundo emergente. No es que la economía Argentina sea tan interesante en sí, pero como tiene tan poca deuda, pasa a ser interesante en términos relativos. Argentina entra con muy poca deuda en un mercado desesperado de nuevos clientes con un mínimo de solidez relativa.

¿Qué evolución tendrá el proceso de endeudamiento del país?
–El de Mauricio Macri es un gobierno frágil, pues no controla al parlamento. Y habrá mucho descontento popular por algunas de sus medidas. Creo que tendrá una enorme tentación en endeudarse, porque le va a ser muy fácil. Es decir, financiar el incremento del gasto con la deuda externa. Peor aún, la tasa que pagó de 7,1 por ciento es altísima. Argentina no solo entra con poca deuda sino que parece dispuesta a pagar tasas muy superiores a los demás. Hay un peligro de irse por esa vía y creo que este gobierno va a hacer precisamente eso pues la tentación es muy grande, es un esquema insostenible en el mediano plazo a menos que esos recursos se inviertan, lo cual es poco probable.

¿A través de qué mecanismo la deuda externa estimula la economía local?
–Si el crédito se hace fácil probablemente haya un boom inmobiliario y un incremento del consumo de los hogares y del gasto público financiado con préstamos externos. El cuento de siempre. Es un camino fácil, lleno de cantos de sirenas, van a golpear la puerta para ofrecer dinero. Pero una política de esa naturaleza tiene un efecto expansivo mientras pueda seguir subiendo la deuda. Muy pronto sucede que hay que pedir prestado para pagar la deuda, de hecho el Gobierno ya lo tuvo que hacer para pagar a los fondos buitre. Es un camino fácil en el corto plazo pero acumula fragilidades financieras que lo hacen insostenible en el largo plazo.

El Gobierno dice que con el acceso a los mercados va a subir la inversión y el empleo.
–Creo que la deuda va a generar muy poco en cuanto a mejora de la capacidad productiva. Dudo que las corporaciones estén esperando el acceso a los fondos para aumentar la inversión. El nivel de inversión en América latina es tan bajo que en Brasil y México, las dos economías grandes de la región, el nivel de inversión por trabajador es un 30 por ciento menor en términos reales del que tenían ambos en el año 1980, eso incluso antes de la actual crisis en Brasil. La región en general está un 10 por ciento debajo de 1980, mientras que Argentina está en la misma línea que en ese momento. La experiencia histórica nos muestra que en América latina la deuda externa se utilizó casi para cualquier cosa menos inversión, fuera de lo extractivo, commodities y algo en servicios. Argentina va a ser por un tiempo uno de los países más atractivos para los mercados financieros. Si los nuevos dólares que llegan se usan para procesar materias primas, infraestructura, telecomunicaciones, educación y salud puede ser algo beneficioso. Si se usan para cualquier otra cosa, como consumo y especulación financiera y para inversión, será historia conocida. La esperanza de que Argentina se endeude dentro de lo que sería un modelo asiático es bajísima, y que se endeude como el resto de América latina es altísima.

Otro argumento de Macri es que el acceso al mercado va a incrementar la inversión de las empresas extranjeras (IED).
–La IED ingresa a América latina hace realmente muy poco en términos productivos y se lleva cantidades siderales de utilidades. La balanza de pagos de la región sólo en el período 2002-2014 registró una salida de un billón de dólares como repatriación de utilidades de la IED. De lo que ingresó, lo poco útil fue a extraer materia prima y se llevó un billón para afuera. Incluso seguramente se llevó mucho más, porque hay diversos mecanismos de repatriación que las cuentas nacionales no captan. Otro dato ilustrativo es que desde la negociación de los bonos Brady en 1989 entraron 2 billones de dólares como IED a la región y la inversión está totalmente estancada desde entonces en alrededor de un 20 por ciento del PIB o menos. Si la IED fuese realmente inversión eso no sería posible.

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Pagina 12 o El Destape Web es como Clarín o La Nación. Tómalo con pinzas.

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"Para dar respuesta a esos interrogantes, Cash entrevistó a José Gabriel Palma, doctor en Economía de la Universidad de Oxford y doctor en Ciencia Política de la Universidad de Sussex. Palma es actualmente profesor de la Facultad de Economía de la Universidad de Cambridge y de la Universidad de Santiago de Chile. "

La idea del thread es generar una discusión, no acusar a las fuentes de operar a favor o en contra.

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Exacto, hay que analizar el contenido. y ver quien dice tales cosas

Reconozco que el título fija una posición sobre el tema, pero bueno, si quieren lo cambio.

Esta perfecto el titulo

página 12 :lol:

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kilvax :lol:

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luigi coló y market estan esperando la “lluvia inversiones”…despues viene otro que salio del frasco de pikles como franrp que le vendieron el mismo verso…

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Lamentablemente vamos hacia el mismo lugar de siempre, se van a fumar la guita que pidieron en gasto corriente, especuladores por doquier, fuga de capitales, gente más pobre.
El modelo macrista, un modelo que beneficia al capital extranjero y a los millonarios de siempre, esos que tienen la torta en paraisos fiscales.

Igual es el precio que hay que pagar para volver a “formar parte del mundo” y recibir a mr president en nuestro país bananero. Salve Paul Singer.

---------- Mensaje unificado a las 13:22 ---------- El mensaje anterior habia sido a las 13:21 ----------

¿no está en el campo la lluvia de inversiones? me enteré que anduvieron comprando algunos tractores…

los paises que progesan tienen una burguesia industrial nacional y gente con ganas de laburar.

Aca eso no existe…somos igual que jamaica o ecuador un pais bananero.

---------- Mensaje unificado a las 17:25 ---------- El mensaje anterior habia sido a las 17:24 ----------

la inversion en mangueras con pico de 2 1/2 pulgada es la inversion de esos hijos de puta…

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También se comenta que están invirtiendo en inmueble por Palermo para producir más guita de arriba sin necesidad de emplear gente. Esa es la clase empresarial que habita por nuestros lares, busca la manera de maximizar sus ganancias y llevarse toda la guita sin invertir un puto pes.

Sobre el campo y el efecto derrame:

Las graves dificultades que atraviesa la economía argentina por el intento de empezar a ordenar los desequilibrios macro que se heredaron de la gestión kirchnerista, parecieran no encontrar un final a pesar de los esfuerzos del Gobierno.

Sin embargo, una de las principales apuestas del macrismo cuando asumió fue reactivar al sector agropecuario con medidas como la eliminación de las retenciones y la quita de los permisos de exportación (ROEs) confiando en el efecto derrame que genera el campo en el interior del país.

Y aquí sí se puede hablar de un cambio notable. Los datos son contundentes: Según un informe del Ministerio de Agroindustria, las exportaciones de cereales, oleaginosas y subproductos crecieron un 68% en el primer trimestre de 2016 respecto al mismo período del año anterior.

En enero/marzo de este año se exportaron 19.969.376 toneladas versus 11.914.762 toneladas en 2015. “Esto es resultado de la quita de las retenciones, la apertura de las barreras que impedían exportar y la unificación del tipo de cambio”, remarcó Presidencia mediante un comunicado.

De esta manera, en lo que va del año los productos que lograron una mayor inserción en los principales mercados del mundo fueron el aceite de soja (89%), el aceite de girasol (80%), la harina de soja (73%), el trigo (105%), y el maíz (84%).

Además, en la Casa Rosada celebran que desde que asumió Macri se pudieron volver a colocar productos agropecuarios en mercados que se habían perdido como Alemania, México, China, Cuba, Egipto, Francia, Gran Bretaña, Canadá y Holanda.

El caso más emblemático,es el del trigo dado que por el cierre de las exportaciones que dispuso el gobierno de Cristina, la Argentina desapareció del mercado internacional.“Se exportaron más de 3 millones de toneladas a Egipto, Marruecos, Indonesia, y Vietnam, que estaban cerrados”, celebró el Ministerio de Agroindustria.

Por otro lado, en el primer trimestre de este año también se registraron fuertes aumentos en las exportaciones de otros derivados de origen vegetal, como el tabaco (+94%), forrajes y balanceados (+4,8%), jarabe (+86%) y hortalizas frescas (+45%).

Mientras que en el caso de las harinas se exportó un 71% más que el año pasado, al incorporarse el mercado alemán y se incrementó un 635% lo enviado a Turquía, un 506% a Francia y un 418% a Arabia Saudita.

Además, un dato importante para las provincias productoras de maní -Córdoba principalmente- es que las exportaciones de este producto a Sudáfrica aumentaron en enero/marzo un 287% y un 923% a Argelia en igual periodo.

Efecto Derrame

En este contexto, surge un debate inevitable: ¿A partir de cuándo el conjunto de la sociedad comenzará a notar el efecto de las medidas tomadas para el campo?

“Es indudable que el crecimiento del agro se sentirá en todo el país”, respondió a La Política Online el consultor Enrique Erize.
[b]
“Habrá que esperar al menos este año hasta que las ganancias que produzca el campo se trasladen al resto de la economía”, indicó Erize. “En las actuales condiciones la cadena agropecuaria es capaz de generar miles de puestos de trabajo de manera directa e indirecta”, agregó.

También es importante recordar que la reactivación del agro parte desde una vara muy baja en función de las condiciones en que dejó el sector Cristina. Un dato sirve de ejemplo: en 2015 se vendieron en el mercado argentino 1117 sembradoras, una cifra 66% inferior respecto a la de 2002 (en plena crisis). O sea, es probable que los impactantes números de la recuperación tengan bastante de “efecto rebote” y una vez que se estabilicen el crecimiento sea más moderado.

Sin embargo por ahora todo es optimismo en el sector. No solo las empresas de maquinaria agrícola están entusiasmadas con la reactivación del campo, sino también las firmas dedicadas a la venta de insumos, silobolsas, combustibles y alimentos balanceados, entre otros sectores que operan en el interior[/b].

El director de RIA Consultores, Javier Preciado Patiño, explicó que “es evidente el mayor estímulo que ha encontrado la cadena agrícola para comercializar no solo la producción del presente ciclo sino un stock que quedaba de las campañas pasadas”.

“Resultan notables las 11 millones de toneladas pedidas y autorizadas para exportar maíz durante el primer mes del año, luego de los cambios en la política comercial”, agregó.

http://www.lapoliticaonline.com/nota/97505-cuando-impactara-en-el-resto-de-la-economia-el-nuevo-boom-exportador-del-campo/

El problema es si ese derrame provocará más inversión en la manufactura de insumos locales o si impulsará la importación. De todas maneras, respecto al campo estamos hablando siempre de inversiones minúsculas al lado de la inversión que va a hacer el Estado en logística y transporte para que el sector privado coloque esa producción a precios más competitivos. Incluso expandiendo la frontera agrícola, dudo que las inversiones privadas en el sector superen los 2000 millones de dólares que insumirá el plan Belgrano, por ejemplo. O lo que se supone que el Estado invierta en obras hidricas para el sector.

Cuando se termine el verso de las inversiones ya van a tener la guita afuera, como siempre, y las cuevas estarán vacías.

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Lanchas pueden llegar a comprar

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El Gobierno quiere llevar el mercado de capitales argentinos a un volumen de entre u$s 100.000 a 150.000 millones en los próximos cuatro años. Esto es, triplicar los algo más de u$s 50.000 que se negocian hoy, y que, en relación con la media histórica de los últimos 30 años, implica el menor nivel histórico de participación de los ahorristas. Para esto, y por iniciativa del ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat Gay, y el secretario de Finanzas, Luis Caputo, formaron cuadros públicos y privados con una especie de “selección”, según la frase de uno de los integrantes del gabinete económico. La cabeza será Caputo, y por el Gobierno intervendrán el subsecretario de Finanzas Santiago Bausilli; el asesor legal en Finanzas, Eugenio Bruno; el jefe de Gabinete en Finanzas, Pablo Quirno; y el titular de la CNV, Marcos Ayerra. Por el sector privado, el exsecretario de Finanzas Miguel Kiguel coordinará una especie de “Fundación Pensar” de especialistas privados y locales del sistema financiero, que tendrán la obligación de aportar ideas para el mediano y largo plazo.

La idea de concentrar fuerzas en este capítulo surgió luego de comprobar un dato preocupante: en la exitosa colocación de deuda por u$s 65.000 millones de oferta para pagarles a los fondos buitre y Holdouts (de la que se tomaron u$s 16.500 millones), menos de 10% de los compradores de los cuatro bonos Globales vinieron de la Argentina. Incluso gran parte de los participantes que surgieron del mercado local, fueron los mismos bancos internacionales para colocar parte de los dólares en sus carteras en estos títulos públicos. En otras palabras, y según la fuente, “la colocación de deuda más importante de la historia argentina, prácticamente no tuvo argentinos”. El dato fue notado incluso por varios de los agentes colocadores, que se sorprendieron el porqué de la falta de interés por las entidades y particulares locales de participar en semejante operación. Para el Ministerio de Hacienda la explicación es simple: el mercado de capitales argentino expulsa cualquier tipo de interesado.

Razones hay, y los hombres que comandan el tándem Prat Gay-Caputo las entienden. Entre la cultura financiera cortoplacista argentina, las consecuencias “malditas” de las políticas económicas de los últimos 40 años en los bolsillos de los locales y la imagen de “timba sofisticada” que tiene la Bolsa de Comercio porteña; la posibilidad que haya popularidad en el mercado de capitales local es hoy difícil. Si además se tiene en cuenta los niveles de inflación actuales y acumulados, hoy por hoy las posibilidades de generar interés en el ahorrista medio local (el público que hace grande cualquier mercado en el mundo) son utópicas.

Para el corto plazo ya hay reformas básicas en camino (ver nota en pág. 7). Lo más profundo son las ideas sobre las que se piensa trabajar, y que implican una reforma más que profunda en el mercado de capitales local. Entre otras cuestiones, se buscará fomentar el sistema de Unidad de Vivienda (UVIs), el esquema que lanzó el Banco Central hace un mes y que aún no tiene el vuelo esperado. Desde Hacienda confían en que cuando la inflación esté controlada y haya un indicador propio y creíble del alza de precios (no antes de septiembre), los UVI pueden relanzarse y convertirse en una buena opción de ahorro en pesos para el mercado local. Obviamente falta, pero la idea es que para cuando eso suceda, el instrumento esté lo suficientemente aceitado como para captar los pesos de la clase media.

Para más adelante se evaluará también la posibilidad de implementar en el país sistemas de Pensiones Privadas como sistemas voluntarios y complementarios a la jubilación tradicional. Se aclara que no se habla de un regreso de las Administradoras de Fondos de Pensión (AFJP), sino en la posibilidad de fomentar instrumentos vinculados al ahorro en el mercado de capitales para el mediano y largo plazo, con eventuales beneficios impositivos. Se trabajará además en la redacción de un nuevo proyecto de modificación de la ley de mercado de capitales que fue sancionada durante el kirchnerismo.

Creo firmemente en el trickle down. Veo como ocurre y ha ocurrido delante de mis ojos en muchos paises y regiones. Y funciona. El rico es mas rico cuando el pobre es menos pobre y viceversa, o sea, este es menos pobre si el rico se enriquece.

En Argentina nunca termino de funcionar, mas que nada y contrario a lo que se cree, por culpa del rico, que en ocasiones pregona esta teoria con las palabras, pero en el fondo no cree ni confia en ella y por ende no la respalda con los hechos. Quizas por falta de interes o confianza en el mercado local

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Mirá como de a poco se va kirchnerizando riversito … vos también sos bienvenido!

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