Golpe cívico-militar en Honduras.

Nuevamente los sectores más reaccionarios de nuestro continente demuestran su verdadera vocación democrática. La apoyarán siempre y cuando ésta no interfiera con sus negociados ni con sus privilegios. Ahora se manifiestan en Honduras.

Manuel Zelaya asumió en Enero del 2006, y está lejos de pertenecer a la izquierda. Un liberal que como plataforma de campaña prometía descentralizar la toma de decisiones, mayor poder a las comunas, transparencia en la gestión pública…Nada muy revolucionario que digamos. El Domingo pasado planeaba llevar adelante una consulta popular para modificar la Constitución para, entre otras cosas, habilitar su reelección. Dicha consulta no pudo llevarse a cabo porque esa madrugada lo sacaron encañonado de su casa y lo sacaron del país. Finalmente, los golpistas difundieron una carta de ranuncia falsificada y ya tenían el control del país.

Pero ésta no parece ser el final de la historia, ya que la comunidad Interncaional en su conjunto ha repudiado el golpe, y además hay países que están ayudando a Zelaya a retornar a la Presidencia (impulsados principalmente por los miembros del ALBA), donde el pueblo Hondureño lo había depositado.

Finalmente les dejo una nota de Atilio Borón que nos ayuda a entender un poco más lo que está pasando

Con la indeleble marca de la CIA

La historia se repite, y muy probablemente concluya de la misma manera. El golpe de Estado en Honduras es una reedición del que se perpetrara en abril de 2002 en Venezuela y del que fuera abortado ante la fulminante reacción de varios gobiernos de la región en Bolivia el año pasado. Un presidente violentamente secuestrado en horas de la madrugada por militares encapuchados, siguiendo al pie de la letra lo indicado por el Manual de Operaciones de la CIA y la Escuela de las Américas para los escuadrones de la muerte; una carta de renuncia apócrifa que se dio a conocer con el propósito de engañar y desmovilizar a la población y que fue de inmediato retransmitida a todo el mundo por la CNN sin antes confirmar la veracidad de la noticia; la reacción del pueblo que consciente de la maniobra sale a la calle a detener los tanques y los vehículos del ejército a mano limpia y a exigir el retorno de Zelaya a la presidencia; el corte de la energía eléctrica para impedir el funcionamiento de la radio y la televisión y sembrar la confusión y el desánimo. Como en Venezuela, no bien encarcelaron a Hugo Chávez, los golpistas instalaron un nuevo presidente: Pedro Francisco Carmona, a quien la inventiva popular lo rebautizó como “el efímero”. Quien desempeña su rol en Honduras es el presidente del Congreso unicameral de ese país, Roberto Micheletti, quien juró ayer como mandatario provisional y sólo un milagro le impediría correr la misma suerte que su predecesor venezolano.
Lo ocurrido en Honduras pone de manifiesto la resistencia que provoca en las estructuras tradicionales de poder cualquier tentativa de profundizar la vida democrática. Bastó que el presidente Zelaya decidiera llamar a una consulta popular –apoyada con la firma de más de 400.000 ciudadanos– sobre una futura convocatoria a una Asamblea Constitucional para que los distintos dispositivos institucionales del Estado se movilizaran para impedirlo, desmintiendo de ese modo su supuesto carácter democrático: el Congreso ordenó la destitución del presidente y un fallo de la Corte Suprema convalidó el golpe de Estado. Fue nada menos que este tribunal quien emitió la orden de secuestro y expulsión del país del presidente, prohijando como lo hizo a lo largo de toda la semana la conducta sediciosa de las Fuerzas Armadas.
Zelaya no ha renunciado ni ha solicitado asilo político en Costa Rica. Fue secuestrado y expatriado, y el pueblo ha salido a la calle a defender a su gobierno. Las declaraciones que logran salir de Honduras son clarísimas en ese sentido, especialmente la del líder mundial de Vía Campesina, Rafael Alegría. Los gobiernos de la región han repudiado al golpismo y en el mismo sentido se ha manifestado Barack Obama al decir que Zelaya “es el único presidente de Honduras que reconozco y quiero dejarlo muy claro”. La OEA se expresó en los mismos términos y desde la Argentina la presidenta Cristina Fernández declaró: “Vamos a impulsar una reunión de Unasur, aunque Honduras no forma parte de ese organismo, y vamos a exigir a la OEA el respeto de la institucionalidad y la reposición de Zelaya, además garantías para su vida, su integridad física y la de su familia, porque eso es fundamental, porque es un acto de respeto a la democracia y a todos los ciudadanos”.
La brutalidad de todo el operativo lleva la marca indeleble de la CIA y la Escuela de las Américas: desde el secuestro del presidente, enviado en pijama a Costa Rica, y el insólito secuestro y la golpiza propinada a tres embajadores de países amigos: Nicaragua, Cuba y Venezuela, que se habían acercado hasta la residencia de la ministra de Relaciones Exteriores de Honduras, Patricia Rodas, para expresarle la solidaridad de sus países, pasando por el ostentoso despliegue de fuerza hecho por los militares en las principales ciudades del país con el claro propósito de aterrorizar a la población. A última hora de la tarde impusieron el toque de queda y existe una estricta censura de prensa, pese a lo cual no se conoce declaración alguna de la Sociedad Interamericana de Prensa (siempre tan atenta ante la situación de los medios en Venezuela, Bolivia y Ecuador) condenando este atentado contra la libertad de prensa.
No está demás recordar que las Fuerzas Armadas de Honduras fueron completamente reestructuradas y “reeducadas” durante los años ’80, cuando el embajador de EE.UU. en Honduras era nada menos que John Negroponte, cuya carrera “diplomática” lo llevó a cubrir destinos tan distintos como Vietnam, Honduras, México, Irak para, posteriormente, hacerse cargo del superorganismo de inteligencia llamado Consejo Nacional de Inteligencia de su país. Desde Tegucigalpa monitoreó personalmente las operaciones terroristas realizadas contra el gobierno sandinista y promovió la creación del escuadrón de la muerte mejor conocido como el Batallón 316 que secuestró, torturó y asesinó a centenares de personas dentro de Honduras, mientras en sus informes a Washington negaba que hubiera violaciones de los derechos humanos en ese país. En su momento, el senador estadounidense John Kerry demostró que el Departamento de Estado había pagado 800 mil dólares a cuatro compañías de aviones de carga pertenecientes a grandes narcos colombianos para que transportasen armas para los grupos que Negroponte organizaba y apoyaba en Honduras. Estos pilotos testificaron bajo juramento confirmando las declaraciones de Kerry.
La propia prensa estadounidense informó que Negroponte estuvo ligado al tráfico de armas y de drogas entre 1981 a 1985 con el objeto de armar a los escuadrones de la muerte, pero nada interrumpió su carrera. Esas fuerzas armadas son las que depusieron a Zelaya. Pero la correlación de fuerzas en el plano interno e internacional es tan desfavorable que la derrota de los golpistas es sólo cuestión de (muy poco) tiempo.

Página/12 :: El mundo :: Con la indeleble marca de la CIA

Nuevamente los sectores más reaccionarios de nuestro continente demuestran su verdadera vocación democrática. La apoyarán siempre y cuando ésta no interfiera con sus negociados ni con sus privilegios. Ahora se manifiestan en Honduras.

Manuel Zelaya asumió en Enero del 2006, y está lejos de pertenecer a la izquierda. Un liberal que como plataforma de campaña prometía descentralizar la toma de decisiones, mayor poder a las comunas, transparencia en la gestión pública…Nada muy revolucionario que digamos. El Domingo pasado planeaba llevar adelante una consulta popular para modificar la Constitución para, entre otras cosas, habilitar su reelección. Dicha consulta no pudo llevarse a cabo porque esa madrugada lo sacaron encañonado de su casa y lo sacaron del país. Finalmente, los golpistas difundieron una carta de ranuncia falsificada y ya tenían el control del país.

Pero ésta no parece ser el final de la historia, ya que la comunidad Interncaional en su conjunto ha repudiado el golpe, y además hay países que están ayudando a Zelaya a retornar a la Presidencia (impulsados principalmente por los miembros del ALBA), donde el pueblo Hondureño lo había depositado.

Finalmente les dejo una nota de Atilio Borón que nos ayuda a entender un poco más lo que está pasando

Con la indeleble marca de la CIA

La historia se repite, y muy probablemente concluya de la misma manera. El golpe de Estado en Honduras es una reedición del que se perpetrara en abril de 2002 en Venezuela y del que fuera abortado ante la fulminante reacción de varios gobiernos de la región en Bolivia el año pasado. Un presidente violentamente secuestrado en horas de la madrugada por militares encapuchados, siguiendo al pie de la letra lo indicado por el Manual de Operaciones de la CIA y la Escuela de las Américas para los escuadrones de la muerte; una carta de renuncia apócrifa que se dio a conocer con el propósito de engañar y desmovilizar a la población y que fue de inmediato retransmitida a todo el mundo por la CNN sin antes confirmar la veracidad de la noticia; la reacción del pueblo que consciente de la maniobra sale a la calle a detener los tanques y los vehículos del ejército a mano limpia y a exigir el retorno de Zelaya a la presidencia; el corte de la energía eléctrica para impedir el funcionamiento de la radio y la televisión y sembrar la confusión y el desánimo. Como en Venezuela, no bien encarcelaron a Hugo Chávez, los golpistas instalaron un nuevo presidente: Pedro Francisco Carmona, a quien la inventiva popular lo rebautizó como “el efímero”. Quien desempeña su rol en Honduras es el presidente del Congreso unicameral de ese país, Roberto Micheletti, quien juró ayer como mandatario provisional y sólo un milagro le impediría correr la misma suerte que su predecesor venezolano.
Lo ocurrido en Honduras pone de manifiesto la resistencia que provoca en las estructuras tradicionales de poder cualquier tentativa de profundizar la vida democrática. Bastó que el presidente Zelaya decidiera llamar a una consulta popular –apoyada con la firma de más de 400.000 ciudadanos– sobre una futura convocatoria a una Asamblea Constitucional para que los distintos dispositivos institucionales del Estado se movilizaran para impedirlo, desmintiendo de ese modo su supuesto carácter democrático: el Congreso ordenó la destitución del presidente y un fallo de la Corte Suprema convalidó el golpe de Estado. Fue nada menos que este tribunal quien emitió la orden de secuestro y expulsión del país del presidente, prohijando como lo hizo a lo largo de toda la semana la conducta sediciosa de las Fuerzas Armadas.
Zelaya no ha renunciado ni ha solicitado asilo político en Costa Rica. Fue secuestrado y expatriado, y el pueblo ha salido a la calle a defender a su gobierno. Las declaraciones que logran salir de Honduras son clarísimas en ese sentido, especialmente la del líder mundial de Vía Campesina, Rafael Alegría. Los gobiernos de la región han repudiado al golpismo y en el mismo sentido se ha manifestado Barack Obama al decir que Zelaya “es el único presidente de Honduras que reconozco y quiero dejarlo muy claro”. La OEA se expresó en los mismos términos y desde la Argentina la presidenta Cristina Fernández declaró: “Vamos a impulsar una reunión de Unasur, aunque Honduras no forma parte de ese organismo, y vamos a exigir a la OEA el respeto de la institucionalidad y la reposición de Zelaya, además garantías para su vida, su integridad física y la de su familia, porque eso es fundamental, porque es un acto de respeto a la democracia y a todos los ciudadanos”.
La brutalidad de todo el operativo lleva la marca indeleble de la CIA y la Escuela de las Américas: desde el secuestro del presidente, enviado en pijama a Costa Rica, y el insólito secuestro y la golpiza propinada a tres embajadores de países amigos: Nicaragua, Cuba y Venezuela, que se habían acercado hasta la residencia de la ministra de Relaciones Exteriores de Honduras, Patricia Rodas, para expresarle la solidaridad de sus países, pasando por el ostentoso despliegue de fuerza hecho por los militares en las principales ciudades del país con el claro propósito de aterrorizar a la población. A última hora de la tarde impusieron el toque de queda y existe una estricta censura de prensa, pese a lo cual no se conoce declaración alguna de la Sociedad Interamericana de Prensa (siempre tan atenta ante la situación de los medios en Venezuela, Bolivia y Ecuador) condenando este atentado contra la libertad de prensa.
No está demás recordar que las Fuerzas Armadas de Honduras fueron completamente reestructuradas y “reeducadas” durante los años ’80, cuando el embajador de EE.UU. en Honduras era nada menos que John Negroponte, cuya carrera “diplomática” lo llevó a cubrir destinos tan distintos como Vietnam, Honduras, México, Irak para, posteriormente, hacerse cargo del superorganismo de inteligencia llamado Consejo Nacional de Inteligencia de su país. Desde Tegucigalpa monitoreó personalmente las operaciones terroristas realizadas contra el gobierno sandinista y promovió la creación del escuadrón de la muerte mejor conocido como el Batallón 316 que secuestró, torturó y asesinó a centenares de personas dentro de Honduras, mientras en sus informes a Washington negaba que hubiera violaciones de los derechos humanos en ese país. En su momento, el senador estadounidense John Kerry demostró que el Departamento de Estado había pagado 800 mil dólares a cuatro compañías de aviones de carga pertenecientes a grandes narcos colombianos para que transportasen armas para los grupos que Negroponte organizaba y apoyaba en Honduras. Estos pilotos testificaron bajo juramento confirmando las declaraciones de Kerry.
La propia prensa estadounidense informó que Negroponte estuvo ligado al tráfico de armas y de drogas entre 1981 a 1985 con el objeto de armar a los escuadrones de la muerte, pero nada interrumpió su carrera. Esas fuerzas armadas son las que depusieron a Zelaya. Pero la correlación de fuerzas en el plano interno e internacional es tan desfavorable que la derrota de los golpistas es sólo cuestión de (muy poco) tiempo.

Página/12 :: El mundo :: Con la indeleble marca de la CIA

es muy triste esto…

La verdad me sorprende que una democracia ya consolidada, como la de un paìs de Amèrica, venga un golpe de Estado. Con esto quiero decir que los polìticos que se llenan la boca hablando de “democracia”, “derechos humanos”, etc, no son la salvaciòn de nada, en fìn, pienso que nosotros mismos somos nuestra salvaciòn como sociedad, y con lo del año pasado(tema del campo) y otras irregularidades vamos mas para atràs que para adelante. Ojalà me equivoque.

Obama se está arrepintiendo.

del tema honduras no tengo idea, pero me imagino que no detras de cada golpe de estado estan los yankees.

Es bastante confusa la situacion.

Lo que es claro, es que a la tendencia setentista de los golpes militares en sudamerica la ha reemplazado la tendencia a querer eternizarse en el poder de los gobiernos elegidos democraticamente. Y esto casi sin distincion de ideologias. Fujimori, Chavez, Menehem, Salinas de Gortari, Bucaram…

Tipos que llegan a la presidencia y lo primero que hacen es buscar vericuetos legales para cambiar la constitucion y extender sus mandatos, si es posible indefinidamente.

¿A ninguno de los “cráneos” que imaginaron este golpe se le ocurrió que las repercusiones que iba a tener serían totalmente negativas y hasta contraproducentes para sus propios objetivos? ¿Qué chances tiene ahora de ganar una elección un político favorable a este golpe?

increible como llego a ser presidente sin ningun titulo universitario zelaya

:confused:

Esto mismo deberia suceder en Venezuela, para poder sacar a la gorda chavex :roll:

y seria una linda movida de los gobiernos populistas, chavez ya salto diciendo que si al embajador venezolano lo trataban como lo trataron al cubano, venezuela intervendria militarmente…

Es la cruda realidad, honduras es el pais mas pobre de toda sudamerica por eso paso lo que paso:confused:

No recuerdo a la selecciòn Argentina jugando contra Honduras en las Eliminatorias Sudamericanas.
Centroamèrica quisiste decir(aùn asì dudo que sea el mas pobre).

Y…si ignorás olímpicamente la Política de los EEUU para con América Látina desde el inicio de la Guerra Fría, puede ser que “no te imagines” que fogonean, incentivan, financian, y hasta prestan armas y efectivos militares para intervenciones.

Quien mejor definió esa Política Exterior fué el mismísimo Presidente Delano Roosevelt en funciones, quien luego de recibir a Somoza escuchó el reproche de periodistas amigos y respondío; “Sí, es un hijo de puta. Pero es nuestro hijo de puta”.

Por suerte un monton de paises reaccionaron rapido cortando acciones comerciales y demas.
Espero que se siga asi y aumente la presion.

Me " ilusiona " un poco que los paises restantes de latino y centro america, los mas fuertes y consolidados politicamente hablando de anti-imperialismo y lucha contra el capitalismo (dejando de lado puntualmente las condiciones y aspiraciones de cada Politico, muchas de las cuales no comparto), vale decir Ecuador, Argentina, Bolivia, Venezuela, Guatemala… estan repudiando el golpe.
Es tremendo lo que esta pasando, muy fuerte, muy muy heavy, muchisimo mas de lo que se debe leer en los diarios. Teniendo en cuenta que el Presidente quiere volver, y los milicos van a tomar severas represalias. Periodistas secuestrados? Estado de sitio inminente? Toque de queda? Secuestro del presidente… " traidor a la patria " lo llaman los milicos. Este capitulo ya lo vimos… no?
Vos decis esto de los yanquis… y se me va esa poca ilusion, porque es muy cierto (conste que Obama supo decir que es una locura lo que esta pasando).

estas hablando de la guerra fria…no te parece que pasó un tiempito desde eso?
como te decia mucho del tema honduras no se, pero con seguridad que ni yo ni vos podemos afirmar quien estuvo detras de estos sucesos.
siempre deteste la politica exterior yankee, pero ya cansa esta paranoia.
mas aun si consideras a quien le viene biene este suceso, a los yankees? donde ya salio el negro obama a repudiar el golpe, o a los populistas que por fin tienen oportunidad de decir:“yankees cerdos capitalistas imperialistas”? con un chavez que poniendo de vuelta al poder a zelaya, tendria un pais mas bajo su poder.

PD:the clash una de las mejores bandas…

No te mereces ni que te contesten esto pero entra nada más para decirte que sos un pedazo de boludo muy grande.

saludos

Creo que no conozco demasiado el tema, ni seguramente nadie en Argentina, para juzgar tanto como se esta juzgando hoy en día desde aca. Mi única opinión es que creo que ninguno de los dos lados tiene razón. Zelaya quería eternizarse en el poder, y modificar la constitución: “La Constitución hondureña es muy celosa y muy particular, pues establece claramente que buscar la reelección presidencial es un delito grave. El artículo 42, en su inciso 5, señala que incitar, promover o apoyar el continuismo y la reelección del Presidente de la República es causa suficiente para perder la ciudadanía. El artículo 239 es el más claro de todos, cuando señala que el ciudadano que haya desempeñado la titularidad del Poder Ejecutivo no podrá ser presidente. Quien quebrante esta disposición o proponga su reforma, así como aquellos que lo apoyen, cesarán de inmediato en sus cargos y quedarán inhabilitados por 10 años para el ejercicio de toda función pública. El hecho de que Zelaya impulse una reforma, un llamado a una Constituyente, con el objetivo claro de buscar la reelección presidencial, entra en conflicto con este articulado de la Constitución. No lo digo yo, lo dijo la Corte Suprema de Justicia de Honduras, que declaró ilegal la consulta que pretendía Zelaya.”.
No se si hace falta señalar los errores que se producen por el otro lado…

es mucho mas profundo