Tipo que te cachetee la colita un Christian Grey…
Les gusta toda la onda sado…??
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http://www.lavoz.com.ar/ciudadanos/mujeres-sexualidad-sadomasoquismo-y-violencia
¿Qué opinan las mujeres sobre el sadomasoquismo, la sumisión y el sometimiento consentido en una relación íntima? ¿Lo aceptan, lo toleran o lo rechazan? ¿Cuál es el límite entre el placer y la violencia? Aunque no hay respuestas concluyentes sobre el tema, un muestreo realizado entre 127 mujeres de 20 a 45 años sobre algunos factores que hicieron popular la novela sadomasoquista Cincuenta sombras de Gre y podrían marcar una tendencia.
La muestra realizada por docentes de la cátedra de Psicología de los Medios de Comunicación de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba (Enrique Virdó, Liliana Contreras y Judith Yurman) revela, entre otras cosas, que casi la mitad de las encuestadas asegura que aceptaría una relación de sumisión similar a la que plantea el protagonista de la historia. Además, la gran mayoría aprueba las prácticas sádicas de Grey ya que, dicen, son un condimento de la sexualidad y el placer.
El trabajo no es una investigación rigurosa sino sólo un relevamiento de información con una muestra accidental y los resultados son sólo aplicables a los encuestados.
Cincuenta sombras de Grey , de E.L. James, narra la intensa y fogosa relación entre un multimillonario de 27 años, Christian Grey, y una ingenua estudiante universitaria, Anastasia Steele. Abunda el sexo explícito y las fantasías eróticas.
Para quienes no conocen la historia, Anastasia, tras perder su virginidad, firma un contrato con Grey por el cual le da el control completo de su vida. Eso incluye la satisfacción plena de sus deseos sexuales, que giran alrededor del sadomasoquismo y los castigos corporales.
El relevamiento revela que el 50,4 por ciento de las encuestadas considera tolerable la violencia física de Grey sobre Anastasia, ya que esta la consiente. El 39,4 por ciento, por el contrario, se muestra en desacuerdo. No obstante, el 53,5 por ciento considera ofensivo para las mujeres el aislamiento, sometimiento y acoso a la protagonista, aun cuando lo admite.
Casi la mitad de las encuestadas (48 por ciento) asegura que no se identifican con la protagonista ni reaccionaría como ella. Sin embargo, tres de cada diez sí lo hacen (33 por ciento).
El 55,8 por ciento de las mujeres respondió que le agrada el rol de sumisa, ya que tiene un carácter erótico.
“La gran mayoría aprueba las prácticas sádicas de Grey ya que son un condimento de la sexualidad y el placer, pero no tienen en cuenta que éstas no son consensuadas: Grey previene a la protagonista que él determinará el momento de los encuentros sexuales y sólo él definirá qué hará con ella”, plantea Virdó.
Derechos y consensos
Para Mariana Dapuez, psicóloga especialista en psicología educacional, magíster en género y en políticas públicas en Salud, hay que tener en cuenta si estos hechos de sometimiento y sumisión ocurren entre adultos, personas que pueden decidir con voluntad sobre su vida y tienen capacidad de elección.
Por otro lado, opina, es importante preguntarse qué se entiende por violencia en la legislación Argentina.
Según la ley 26.485 (año 2009), se entiende por violencia contra las mujeres “toda conducta, acción u omisión, que de manera directa o indirecta, tanto en el ámbito público como en el privado, basada en una relación desigual de poder, afecte su vida, libertad, dignidad, integridad física, psicológica, sexual, económica o patrimonial, como así también su seguridad”.
En este sentido, Dapuez considera que en una relación de intimidad entre dos adultos, mientras no haya vulneración de derechos y todo está consensuado, la pareja puede jugar con su erotismo, según sus deseos.
“El erotismo se define como el amor sensual, aquel que deleita los sentidos y los satisface, capacidad para sentir deseo, excitación y placer. Abarca caricias o las fantasías y la imaginación que evocan internamente aquellos recuerdos o imágenes que desencadenan la excitación sexual”, sostiene.
E insiste en que se supone que no hay dificultad en un encuentro de intimidad de una pareja de adultos donde se alternen juegos de sumisión/dominación consensuados.
“Deberíamos preocuparnos si, en cambio, se utilizan acciones u omisiones que denigran o afectan la integridad de alguno de ellos”, plantea.
En otras palabras, las prácticas en la intimidad son válidas en la medida que no vulneren los derechos de las personas. “El límite está en la cuestión de vulneración de derechos, no en la necesidad de pensar una única sexualidad ‘normal’, como era lo históricamente pautado desde un enfoque moralista”, sostiene la especialista.
Según la Organización Mundial de la Salud, “la sexualidad es un proceso esencialmente humano, que se expresa en forma de pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, actividades, prácticas, roles y relaciones. La sexualidad es el resultado de la interacción de factores biológicos, psicológicos, socioeconómicos, culturales, éticos y religiosos espirituales”.
Y agrega: “La sexualidad se practica y se expresa en todo lo que somos, sentimos, pensamos y hacemos”.
Liliana Rainero, del Programa de Género de la UNC, quien no vio la película ni leyó el libro en cuestión, indica que la encuesta no permite sacar conclusiones ciertas.