Hace tiempo que no leía un artículo escrito con tanto odio.

Entérense: empezó la revolución - lanacion.com

           [b]Carlos Reymundo Roberts[/b] | [Ver perfil](http://www.lanacion.com.ar/diario-de-hoy/opinion/columnistas-perfil/7442)
           [IMG]http://www.lanacion.com.ar/_ui/desktop/imgs/columnistas/f_7442.jpg[/IMG]De no creer[b]Entérense: empezó la revolución[/b]

             [b]Carlos M. Reymundo Roberts

LA NACION[/b]

           Sábado 16 de abril de 2011 | [b]Publicado en edición impresa[/b]
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           Más de uno se está haciendo el distraído, más de uno no  lo quiere ver, más de uno lo niega. Pues que se enteren todos: la  revolución, nuestra revolución, ha empezado.
           ¿Qué se creían, que éste era apenas un peronismo  progre? ¿Que era una pose para la gilada? ¿Que todo era de la boquita  para afuera? Ahora lo saben: se acabaron las medias tintas, las  apariencias, se acabó la buena letra. Ahora empezamos a ser lo que  siempre quisimos ser: revolucionarios.
           ¿Que nos sacamos la careta? Yo no lo pondría en esos  términos. No es careta, sino sentido de la oportunidad. Lectura de los  tiempos históricos. Imagínense si blanqueábamos en 2003 que queríamos  copar la conducción de las empresas y ponerlas a nuestro servicio, como  estamos haciendo ahora. ¡Durábamos una semana! Imagínense si revelábamos  que nuestro paraíso se parece mucho más a Venezuela que a Estados  Unidos o Europa. O que íbamos a pisarles la cabeza a los diarios que no  pensaran como nosotros.
           Definitivamente, el país no estaba maduro. La sociedad  no estaba preparada para un mensaje de cambio radical y definitivo. Yo  mismo, sin ir más lejos, me hubiese escandalizado, porque mi cabeza,  como la de Amado Boudou, como la de Ricardo Echegaray, como la de tantos  otros buenos liberales, todavía leía la realidad con los preconceptos y  categorías de la democracia burguesa.
           Todo hay que decirlo: no sé, incluso, si el propio  Néstor, mártir de nuestra causa, creía en aquellos tiempos que el cambio  iba a llegar tan lejos. Y mucho menos si lo deseaba. Creo que hasta él  -o El, como dice la señora- se hubiese sorprendido por la dinámica de  una transformación que está poniendo todo patas para arriba.
           Ahora sí. Ahora es el momento. Los planetas se han  alineado. No hay oposición, y la poca que hay se autodestruye o -se me  hace agua la boca al decirlo- nos admira y envidia. Muchos radicales y  socialistas no pueden creerlo. Pusilánimes, rechazan nuestras formas  pero no consiguen ocultar que les encanta casi todo lo que hacemos:  nuestras políticas activas, nuestro estatismo, que nos plantemos ante  los medios, que sometamos al capital.
           Sí, ésta es la hora. Los empresarios nos tienen terror.  La gente está ocupadísima comprando su felicidad en 120 cuotas. Los  militares fueron desmilitarizados, primero por la historia y después por  la Garré. Los estudiantes, tan inconformistas en otros tiempos, ahora  no sé, quizás estén estudiando o, más probable, estudiándose. A los  periodistas les hemos ganado la batalla cultural. Y los intelectuales  están con nosotros, y los que no están con nosotros dicen cosas que la  gente no escucha porque está entretenida comprando la felicidad en 120  cuotas.
           Sí, ésta es la hora. La señora no ha dicho si va a ser  candidata y ya la vemos en el segundo mandato y reformando la  Constitución para buscar el tercero. El camino ha quedado libre y nos  animamos a todo. Entérense: odiamos a Vargas Llosa y lo mandamos  censurar, y amamos a Chávez y lo mandamos premiar por su aporte a la  comunicación democrática. Entérense: vamos a controlar todo lo que se  compre y se venda en el país. Entérense: tenemos planes para socializar  la educación y la cultura, la producción, el comercio, la información,  la banca.
           Ya lo dijo uno de nuestros prohombres, al que no  identifico porque, de puro humilde, no quiere que trascienda: ¿qué es  eso de que un "papelito" (el título de propiedad) les da derecho a los  señores del campo a tener semejante renta? La cosecha, explicó ese  funcionario, que reporta directamente a Olivos, es tierra, sol y lluvia,  y todo eso es de Dios y no de unos señores. Y a Dios debe volver.
           Ya lo dijeron, muy convencidos, los de TNT (Tontos pero  no Tanto), otra agrupación que nos aporta gente e ideas: es la hora de  un stalinismo de rostro humano.
           Claro que es la hora. Allá vamos. Allá van nuestros  legionarios. En la primera fila están La Cámpora y ex montoneros de  traje, corbata y billetera, pero también están, armas en mano,  dispuestos al sacrificio, soldados de la talla revolucionaria de Hugo  Moyano, Cristóbal López y Lázaro Báez. Luis D'Elía nos promete  fundamentalistas iraníes; Chávez, sus milicias estudiantiles; Moreno, la  barra brava del Indec; Bossio, el respaldo de acciones de las más  grandes empresas; Aníbal Fernández, una división de twitteros; la Garré,  los 1400 policías que dejaron de custodiar hospitales y escuelas;  Héctor Timerman, las armas secretas que le secuestró al avión militar  norteamericano, y Boudou, la imagen amable que toda revolución  democrática necesita.
           Entérense, señores. Ya nada es lo que era. Hasta  podríamos darle por fin el gusto a José Pablo Feinmann, que propuso  sacar de la bandera el sol (el sol "de la guerra", "de la muerte") y  reemplazarlo por el pañuelo blanco de las Madres y las Abuelas. Pensemos  a lo grande. Enterremos el pasado. Alumbremos el futuro. Digámosles al  país y al mundo, de una vez por todas, a qué hemos venido.

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LA NACION[/b]

           Sábado 16 de abril de 2011 | [b]Publicado en edición impresa[/b]
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           Más de uno se está haciendo el distraído, más de uno no  lo quiere ver, más de uno lo niega. Pues que se enteren todos: la  revolución, nuestra revolución, ha empezado.
           ¿Qué se creían, que éste era apenas un peronismo  progre? ¿Que era una pose para la gilada? ¿Que todo era de la boquita  para afuera? Ahora lo saben: se acabaron las medias tintas, las  apariencias, se acabó la buena letra. Ahora empezamos a ser lo que  siempre quisimos ser: revolucionarios.
           ¿Que nos sacamos la careta? Yo no lo pondría en esos  términos. No es careta, sino sentido de la oportunidad. Lectura de los  tiempos históricos. Imagínense si blanqueábamos en 2003 que queríamos  copar la conducción de las empresas y ponerlas a nuestro servicio, como  estamos haciendo ahora. ¡Durábamos una semana! Imagínense si revelábamos  que nuestro paraíso se parece mucho más a Venezuela que a Estados  Unidos o Europa. O que íbamos a pisarles la cabeza a los diarios que no  pensaran como nosotros.
           Definitivamente, el país no estaba maduro. La sociedad  no estaba preparada para un mensaje de cambio radical y definitivo. Yo  mismo, sin ir más lejos, me hubiese escandalizado, porque mi cabeza,  como la de Amado Boudou, como la de Ricardo Echegaray, como la de tantos  otros buenos liberales, todavía leía la realidad con los preconceptos y  categorías de la democracia burguesa.
           Todo hay que decirlo: no sé, incluso, si el propio  Néstor, mártir de nuestra causa, creía en aquellos tiempos que el cambio  iba a llegar tan lejos. Y mucho menos si lo deseaba. Creo que hasta él  -o El, como dice la señora- se hubiese sorprendido por la dinámica de  una transformación que está poniendo todo patas para arriba.
           Ahora sí. Ahora es el momento. Los planetas se han  alineado. No hay oposición, y la poca que hay se autodestruye o -se me  hace agua la boca al decirlo- nos admira y envidia. Muchos radicales y  socialistas no pueden creerlo. Pusilánimes, rechazan nuestras formas  pero no consiguen ocultar que les encanta casi todo lo que hacemos:  nuestras políticas activas, nuestro estatismo, que nos plantemos ante  los medios, que sometamos al capital.
           Sí, ésta es la hora. Los empresarios nos tienen terror.  La gente está ocupadísima comprando su felicidad en 120 cuotas. Los  militares fueron desmilitarizados, primero por la historia y después por  la Garré. Los estudiantes, tan inconformistas en otros tiempos, ahora  no sé, quizás estén estudiando o, más probable, estudiándose. A los  periodistas les hemos ganado la batalla cultural. Y los intelectuales  están con nosotros, y los que no están con nosotros dicen cosas que la  gente no escucha porque está entretenida comprando la felicidad en 120  cuotas.
           Sí, ésta es la hora. La señora no ha dicho si va a ser  candidata y ya la vemos en el segundo mandato y reformando la  Constitución para buscar el tercero. El camino ha quedado libre y nos  animamos a todo. Entérense: odiamos a Vargas Llosa y lo mandamos  censurar, y amamos a Chávez y lo mandamos premiar por su aporte a la  comunicación democrática. Entérense: vamos a controlar todo lo que se  compre y se venda en el país. Entérense: tenemos planes para socializar  la educación y la cultura, la producción, el comercio, la información,  la banca.
           Ya lo dijo uno de nuestros prohombres, al que no  identifico porque, de puro humilde, no quiere que trascienda: ¿qué es  eso de que un "papelito" (el título de propiedad) les da derecho a los  señores del campo a tener semejante renta? La cosecha, explicó ese  funcionario, que reporta directamente a Olivos, es tierra, sol y lluvia,  y todo eso es de Dios y no de unos señores. Y a Dios debe volver.
           Ya lo dijeron, muy convencidos, los de TNT (Tontos pero  no Tanto), otra agrupación que nos aporta gente e ideas: es la hora de  un stalinismo de rostro humano.
           Claro que es la hora. Allá vamos. Allá van nuestros  legionarios. En la primera fila están La Cámpora y ex montoneros de  traje, corbata y billetera, pero también están, armas en mano,  dispuestos al sacrificio, soldados de la talla revolucionaria de Hugo  Moyano, Cristóbal López y Lázaro Báez. Luis D'Elía nos promete  fundamentalistas iraníes; Chávez, sus milicias estudiantiles; Moreno, la  barra brava del Indec; Bossio, el respaldo de acciones de las más  grandes empresas; Aníbal Fernández, una división de twitteros; la Garré,  los 1400 policías que dejaron de custodiar hospitales y escuelas;  Héctor Timerman, las armas secretas que le secuestró al avión militar  norteamericano, y Boudou, la imagen amable que toda revolución  democrática necesita.
           Entérense, señores. Ya nada es lo que era. Hasta  podríamos darle por fin el gusto a José Pablo Feinmann, que propuso  sacar de la bandera el sol (el sol "de la guerra", "de la muerte") y  reemplazarlo por el pañuelo blanco de las Madres y las Abuelas. Pensemos  a lo grande. Enterremos el pasado. Alumbremos el futuro. Digámosles al  país y al mundo, de una vez por todas, a qué hemos venido.

Brindo por la libertad de fumar faso en la redacción de La nación. Era hora, men. Salud fumones conservas!!

Están desesperados en La Nación, queda poco para Octubre y no saben que hacer…

Jajajaja wtffffffffffffffffffffffffffffff

Preguntar si están nerviosos, es poco ya :smiley:

Carlos Reymundo Roberts… Osea, Carlos, Reymundo… Roberts. En fin…

Qué patéticos. ¿Les preocupará su parte mal habida de Papel prensa?

biazrro… y mas bizarro es por que un gobierno como este jamas tomará medidas realmente revolucionarias como para ser considerado de izquierda como ser impuesto a la ganancia extraordinaria, al latifundio improductivo, a la renta financiera, nacionalizacion y estatizacion de los hidrocarburos y demas recursos naturales etc… nah nada de eso va a pasar por que muchos de sus principales figuras seria afectados por medidas de ese tipo… este gobierno mas alla de algunas medidas "progres"con cierto olor a demagogia es bien capitalista… capitalismo de y para los amigos eso si pero capitalismo al fin

Excelente, lo postearon en página 12?

“Se quieren quedar con las empresas”…¡Que nabo!

[b]No quería abrir un tema nuevo así que lo pego acá.

Del hijo de Tato, siempre me hacen reír sus columnas. Muy buena esta:
[/b]
Organicensén, viejo!

17/04/11
PorAlejandro Borensztein. ARQUITECTO Y PRODUCTOR DE TV

¿Alguien cree que un tipo que va colgado del Ferrocarril Roca, a laburar como un perro por un sueldo devorado a mordiscones por la inflación, está ansioso por saber si el candidato del PRO va a ser Rodríguez Larreta o Michetti ? Obviamente no. Ese tipo sólo piensa en sobrevivir hasta que el modelo superador kirchnerista, con su famosa redistribución de la riqueza, venga a rescatarlo (aguantá, aguantá que ya viene).Sin embargo, hay otro sector de la sociedad, gorilas ellos , que están preocupados por la indefinición electoral y la confusión política.

Veamos lo que pasa en Capital. ¿Saben cuántos candidatos hay para Jefe de Gobierno? Anoten: Larreta, Filmus, Castrilli, Ibarra, Michetti, Tomada, Boudou, Telerman, Heller, Giudici, Lozano, Roy Cortina, Fatala, Lubertino, Cabandié, Ocaña, Redrado, López Murphy, Estenssoro, y… el rabino Bergman!! A estos falta sumarles los ecologistas, los de las izquierdas locas y, seguramente, al mismísimo Pino. Más de 25 candidatos. Si entre todos estos no encontrás uno que te guste, matate . La mayoría está al cohete porque sólo 3 tienen chances: el que venga por el PRO, Filmus y Pino (si se decide). Los demás se pueden ahorrar los afiches, los trajes, las corbatas y gastarse la mosca en un Club Med , donde la van a pasar mucho mejor y no van a tener que salir a reconocer el triunfo de nadie.

Para presidente, ocurre algo parecido. Hay una sola candidata firme (que todavía ni siquiera confirmó que vaya a serlo) y después un batallón de tipos, cada uno de ellos convencido por su propio ego , de ser el elegido para derrotar al kirchnerismo. Hoy por hoy, la Compañera Jefa tiene alrededor del 40%, y el resto está repartido, al menos, entre 5 candidatos: Macri, Duhalde, Alfonsín, Lilita y Pino. Calculando los votos en blanco y otras yerbas menores, te da menos del 10% para cada uno.
Un mamarracho . En las democracias serias, la cosa es 53% a 47%, o 43%-39%-18%. Algo lógico. En cambio lo nuestro es impresentable . Imagínese, si a usted le toca sentarse a la mesa del G-20 con los franceses y los americanos, y de pronto aparece, por ejemplo, el representante de Canadá y le pregunta: “Che flaco, ¿cómo salieron las elecciones en Argentina?” “Ganó Cristina con el 45% de los votos”. “¿Y el segundo?” “Sacó el 8%” . Un papelón. Nos echan en el acto.

Por eso, la única solución es armar coaliciones. Si la oposición forma una alianza con un solo candidato, como propuso el Compañero Mauri, van a perder por goleada.
¿Acaso alguien cree que un votante de Pino votaría por Duhalde, o un peronista de Rodríguez Saá lo haría por Lilita? Ni loco. Esta idea sólo se le pudo ocurrir a un tipo que sabe de fútbol y de minas , pero a la hora de hablar de política, cree que “Alianza” es una de las tetonas de Berlusconi, y “Fascio” un marcador de punta italiano.

En principio, deberían armar una coalición de centroderecha, otra de centroizquierda y un acuerdo de gobernabilidad, con un garante. ¿Quién sería el garante? Muy fácil: si el pueblo argentino se levantara todas las mañana y, antes de ir a laburar, pasara por el cuarto oscuro para tener que elegir entre la Jefa y Duhalde, ganaría la Jefa de lunes a viernes . “ Gordi, despertate, desayuná y andá a votar por Cristina ”. Hoy, de 1.000 elecciones, ella le gana las 1.000. Sin embargo, Duhalde posiblemente sea el único político argentino que le puede decir a la sociedad: “Voten tranquilos a Pino, a Macri, o a Alfonsín, que lo vamos a cuidar” . Sólo un experto en armar bolonqui, te puede garantizar que no haya bolonqui . Esa es la llave de la oposición para desbaratar aquello de “ Sólo los kirchneristas podemos gobernar ”.

Veamos las coaliciones. La de derecha debería tener la menor cantidad posible de fachos porque, para fachistas, me quedo con los que tiene el kirchnerismo, que son un montón , pero ya los conocemos a todos (además, son unos boludos redivertidos).

Equipo 1
: Macri de presidente acompañado por Solá o Das Neves. De Narváez en Provincia, Duhalde garante y custodio de la banda, Larreta o Michetti en la Ciudad, Del Sel en Santa Fe, y el General en el cielo pegándose un tiro en las pelotas . Si quieren sumar otro famoso pueden traer a Michael Bublé que, para putear por la inseguridad, está a punto caramelo.

Por su parte, la coalición de centroizquierda debería esconder un poco a sus figuras más radicalizadas. A Pino, lo queremos todos, pero seamos honestos: ¿Se lo imaginan en la Rosada? “Presidente Pino, ¿qué opina de la autonomía del Banco Central?” “¡¡Opino que las empresas mineras son todas unas hijas de puta!!” . Y tiene razón, pero así no va a ganar nunca.

Equipo 2
: Binner de presidente (sí, así como lo lee), con Alfonsín o Sanz de vice. Se suponía que era al revés, pero este es el sacrificio que posiblemente deba hacer la UCR para lograr una coalición amplia que también incluya a Solanas y a Carrió. Completan: Pino en la Ciudad, Margarita en la Provincia, Juez en Córdoba y Lilita como guía espiritual e intelectual y garante de la banda. Parece rebuscado, pero no tienen muchas más opciones que ésta.

Finalmente la Jefa
, que ya tiene su equipo aceitado: Filmus en Capital, Rossi en Santa Fe, y el Compañero Lancha en Buenos Aires, con las colectoras de Sabbatella y Massa pinchándole el gomón . Faltaría elegir el vice. Caramba, Cobos se bajó y está libre. ¡¡Nooo!! es un chiste. Aunque me juego que, en el fondo, p refieren un Cobos conocido que un Moyano por conocer .

Planteado así, tenemos un escenario de tercios: la Jefa cerca del 40% y los otros dos, más cerca del 30%. Suena más civilizado . Después, agarrate en el balotage.
Si usted es kirchnerista y este análisis lo pone nervioso, tranqui. No es tan grave. Si se portan bien, bajan el copete, esconden a D’Elía y a Moreno, apagan la falange propagandística oficial y le dan la medicación apropiada a Timerman , ganan caminando. El problemita de la inflación, el déficit con subsidios a los ricos, y la embestida sindical , hasta octubre, aguanta.

Y si usted es anti-K, vea el lado positivo: si gana Cristina, se va a tener que hacer cargo de la pesada herencia que le va a dejar el gobierno actual. Además, si la oposición va a perder, por lo menos que sea con dignidad.

Tranquilos. Están todos muy nerviosos. Hay que tomarlo con calma. Por suerte, hoy todo esto es comedia.

Menos para el pobre tipo que viene colgado del Roca
.

Organicensén, viejo!

Muy bueno!

Imagínese, si a usted le toca sentarse a la mesa del G-20 con los franceses y los americanos, y de pronto aparece, por ejemplo, el representante de Canadá y le pregunta: “Che flaco, ¿cómo salieron las elecciones en Argentina?” “Ganó Cristina con el 45% de los votos”. “¿Y el segundo?” “Sacó el 8%” . Un papelón. Nos echan en el acto. :lol:

El talento no es hereditario, definitivamente.

Ya iban a saltar los K como locas :mrgreen::mrgreen:

Respecto a la primer nota del thread, que le afloje a la merca.

Esta tiene tanto o mas odio:

La estupidez argentina - lanacion.com

La estupidez argentina
Jorge Fernandez Diaz
LA NACION

Mis amigos se dividen, casi a partes iguales, entre adoradores y adoratrices del kirchnerismo y abominadores activos del Gobierno. Pedirles a los primeros que hagan alguna autocrítica y a los segundos que reconozcan ciertos méritos es como juntar agua con un colador o jugar a la ruleta rusa. La otra noche, con ánimo masoquista, pregunté en una rueda de antikirchneristas (algunos famosos) si eran capaces de mencionarme una medida política que les resultara elogiable. Una sola. Una por cabeza. No era una prueba tan difícil para un grupo de personas tan lúcidas. Sin embargo, para mi asombro no surgía una sola medida limpia e incuestionable que no fuera la conformación de una nueva y creíble Corte Suprema de Justicia.
Les dije que, más allá de ese lugar común, no era serio pensar que un gobierno exitoso careciera de alguna cualidad. Y para ayudarlos, les fui punteando algunos temas de los que se ufana el oficialismo. Por cada reivindicación, había un pero. El crecimiento no está denunciando un acertado manejo de la economía sino simplemente una deriva del viento de cola. El impulso del consumo no es sino la evidencia de que la inflación terminará explotando. La asignación universal por hijo es una decisión demagógica y sesgada que deja a muchos afuera y que acentúa el clientelismo. La fuerte inversión en investigación científica, en universidades, en cultura y en la industria del cine y la televisión resulta marketinera, discrecional y deja una vez más en evidencia la infinita hinchazón del gasto público. La política de derechos humanos les parece una mera venganza judicial y una estrategia de seducción a los progresistas. Los últimos señalamientos sobre corrupción policial, la negativa lisa y llana a castigar a los delincuentes.
En café de kirchneristas, previsiblemente el relato se invierte, y cuando yo los acuso de usar la ley de medios para neutralizar o directamente acallar voces, cuando les pido que repudien públicamente los actos de corrupción y de hostigamiento, cuando les imploro que no sean cómplices de la burocracia sindical, cuando les critico que acepten asociarse con lo peor de la política, cuando les señalo que se llenan la boca con su lucha contra las corporaciones y están abrazados a la corporación más poderosa de la Argentina (el aparato peronista), cuando les reclamo que piensen seriamente si no están perdiendo oportunidades económicas extraordinarias apegados a un modelo feudal de estatismo provinciano. Cuando les hago todos estos planteos recibo únicamente el cariñoso mote de “gorila”, con que yo a veces los he obsequiado a ellos en mi juventud. Puesto que ahora -para mi gran sorpresa- todos son peronistas, aunque algunos hacen la salvedad de que el kirchnerismo es la etapa superior del peronismo.
En ese contexto bélico cunde, naturalmente, una cierta deshonestidad intelectual que permite hacer políticas de prontuario con doble estándar: escrachar con el archivo a los enemigos que tienen una mancha real o ficticia, y perdonar a los amigos que están llenos de lamparones. Acusar con el adjetivo “neoliberal” a los rivales y esconder que está lleno de neoliberales arrepentidos el proyecto nacional y popular. En el campamento de los antikirchneristas ocurren injusticias similares: todo militante del oficialismo lo es porque recibe dinero del Estado, cualquier decisión gubernamental significa el Apocalipsis y todo crítico del Gobierno es bienvenido, aunque se trate de un dirigente de la derecha autoritaria o de un delirante ultraizquierdista.
El modelo estratégico que Néstor Kirchner llevó a cabo se articula con la reformulación teórica del populismo que hicieron algunos intelectuales modernos. Según esas flamantes teorías, hay que cortar a la sociedad en dos. Y hacerlo profundamente para que de un lado quede la patria y del otro sus presuntos enemigos. Lo curioso es que después de tantos insultos y divisiones, hay mucha gente entusiasmada y con ganas de combatirse, lastimarse y despreciarse en ambas veredas. Una guerra gozosa que llevan adelante, siempre con las mejores intenciones, argentinos enrolados en posiciones irreconciliables. Una guerra santa. Y como dice el refrán español: en la guerra no hay misas. Es decir, no hay tregua para la reflexión.
Quienes no aceptamos los blancos y negros, y nos parece que anatematizar al Gobierno y a la oposición sin tomar lo mejor de unos y otros, insulta verdaderamente la inteligencia. Quienes aceptando las fisuras tratamos incluso de coser algunas partes para que la herida expuesta entre los dos países no sea tan maniqueísta ni irreductible. Quienes no queremos que triunfe la lógica patria-antipatria y resistimos la idea de que para terminar con el canibalismo no hay que comerse al caníbal. Quienes, en fin, queremos que nos dejen pensar, nos hemos convertido en peligrosos enemigos del Estado y también de sus místicos antagonistas. Tibios que vomitará Dios. Idiotas útiles del poder o de la oposición, según convenga a ambos lados de la estupidez humana. Que es tan argentina.

odio hacia quien tiene esta?

La nota es una expresión constante y sonante de su título.