Gente les dejó la opinión que escribí sobre el momento de River. Quiero ver quien de ustedes está de acuerdo y quien no.
Saludos
¿Le alcanzará con el corazón? | Rock And Ball
River vive una temporada especial. Cada vez que juega de local sus hinchas terminan revoleando banderas y remeras soñando con el título número 34. Cada vez que juega de visitante, sus hinchas terminan agarrando la calculadora y haciendo cuentas. Así es la pelea por el descenso, ni más ni menos.
Cualquier equipo de los que están peleando por no descender firmaría con las dos manos estos 13 puntos que ostenta River sobre 21 posibles. Pero River es River y por eso debe ir por el campeonato. Ahora bien, ¿tiene con qué?
Si hay algo que no se le puede reprochar a esta versión de River es entrega, corazón, sudor y sacrificio. Con Matías Almeyda como bandera, River pelea cada centímetro cuadrado de césped y deja la vida en cada pelota. El tema pasa por lo que hace cuando la tiene.
Ver a River de local se asemeja a ir al coliseo Romano en plena época del imperio. Los hinchas pueblan las tribunas esperando ver sangre y sudor y ver como River hunde la lanza en sus rivales. Pocos de los 40 mil que asisten fecha a fecha al Monumental se fijan en el cómo. Lo cierto es que River comienza a mostrar un orden, pero no un volumen de juego.
Ante Arsenal el equipo ganó y jugó bien, regularmente en los ’90. No tuvo gran volumen de juego, pero controló las alternativas del partido y, cuando no, tuvo a Carrizo y a sus defensores, gladiadores, bah.
El tema es que River parece armado para jugar así: bancar el cero a morir y embocar en una contra o en alguna genialidad aislada. El Tiki-tiki brilla por su ausencia y, no es casualidad, que cuando arrancó 0-1, perdió. River está armando para solidificar la victoria, de atrás hacia delante, cuando debe poner el fútbol para darlo vuelta se complica. Actitud jamás le falta, pero el fútbol, con volumen, con argumentos, no es algo que abunde.
Así se le hará casi imposible pelear por salir campeón. El tema, el gran tema, es si así, con corazón, sacrificio, lucha, entrega y tesón le alcanzará, también, para salvarse del descenso. Por más sacrificio que pone en la cancha, si Funes erra goles, si Ferrero manda a las nubes un gol servido, si Ballón le pega para arriba y no para abajo, por más corazón que le ponga, los puntos en la tabla seguirán sin aparecer.
Ahora se viene Quilmes. En otro domingo que se supone digno del coliseo Romano. Otra vez habrá 40 mil hinchas ansiando por ver sangre rival en el suelo del Monumental y River deberá poner algo más que corazón para ganar otro partido de seis puntos.