Planeta Redondo
La selección peor tratada de la historia
05/08/10 - 10:37
Nadie en Corea del Norte pudo ver a su selección durante el Mundial porque no hubo televisación para el país. Tras la dura eliminación, los jugadores fueron tratados del peor de los modos. Algo que, aunque parezca increíble, también les había pasado a los héroes del 66 que eliminaron a Italia.
PorWaldemar Iglesias
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ESE EQUIPO. Corea del Norte volvió a la Copa del Mundo en el primer Mundial de Africa. Le fue muy mal: no sumó puntos.
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ESA GOLEADA. Portugal venció 7-0 a Corea del Norte en el primera ronda de Sudáfrica 2010. Fue la máxima goleada del última Mundial.
AQUEL IMPOSIBLE. En 1966, Corea del Norte eliminó a Italia del Mundial. Un documental de la BBC lo evocó 36 años después. (YouTube)
El fútbol, tantas veces espacio mágico dentro y fuera del campo de juego, resulta en muchas ocasiones espejo de miserias y de abusos. El Mundial, su principal escenario, aparece con su grandilocuencia para mostrarlo. La breve historia de Corea del Norte en la Copa del Mundo también habla de un país en el que los rigores y los atropellos son una cuestión cotidiana.
En Sudáfrica 2010, el seleccionado finalizó último, tras perder en sus tres encuentros (1-2 ante Brasil; 0-7 contra Portugal; y 0-3 frente a Costa de Marfil). La consecuencia la mostró el mundo de los medios: para los jugadores, seis horas paraditos siendo insultados delante del Palacio de la Cultura Popular de Pyongyang; para el entrenador Kim Jong-Hun, además, trabajos forzados. El diario surcoreano Chosun Ilbo informó que el técnico fue enviado a cumplir con el escarmiento a una obra en construcción.
Señala el periodista Martín Alvarez, del diario El País, de Madrid, sobre el “delito” adjudicado a los futbolistas: “Traicionar la confianza del Querido Líder (título propagandístico del jefe del estado coreano Kim Jong-il) tras una deshonrosa participación en Sudáfrica. Sólo se han salvado del castigo Jong Tae-se, la estrella del equipo que lloró en el primer encuentro mientras sonaba el himno nacional, y An Yong-hak, quien viajó directamente a Japón”.
Territorio de misterios y de represiones, Corea del Norte fue el único país de los 32 participantes de la Copa del Mundo que no pudo exhibir la competición en vivo. Las negociaciones con sus vecinos del sur sobre los derechos de transmisión sufrieron un traspié a principios de este año, cuando las tensiones entre las dos Coreas -que están en conflicto desde que finalizó una tregua armada hace casi 60 años- subieron a su nivel más alto tras el hundimiento de un barco de guerra de Corea del Sur. Luego el canal SBS de Seúl, que tiene los derechos exclusivos sobre la totalidad de la península coreana, afirmó en un reporte que Corea del Norte mostró el partido frente a Brasil sin el consentimiento de la compañía SBS Broadcasting.
No se trata, tampoco, de un país muy ameno para los turistas. Al entrar, es alta la posibilidad de perderse en su territorio de 120.540 kilómetros cuadrados porque no está permitido usar el GPS. Tampoco los teléfonos celulares traídos por extranjeros. Y las computadoras portátiles sólo se pueden llevar en el caso de que no incluyan dispositivos de comunicación por radio o inalámbricos. Hay más: obtener información complemantaria sobre el país es muy difícil ya que casi no hay dependencias diplomáticas norcoreanas en el extranjero.
Hubo días más felices para el seleccionado que nació puertas adentro de tales fronteras. Tiempos gloriosos: hace poco más de cuatro décadas, en el Mundial que organizó Inglaterra, Corea del Norte fue la impresionante revelación al pasar a los cuartos de final. El día imposible sucedió el 19 de julio: en el Ayresome Park, de Middlesbrough, Corea del Norte construyó uno de los más grandes asombros de la historia del fútbol. El equipo misterioso y sin chances, con una importante cantidad de amateurs, venció 1-0 a la siempre intimidante Italia, compuesta por cracks como Facchetti, Mazzola y Rivera. “La caída del imperio romano no fue nada comparado con lo sucedido en este Mundial”, tituló al día siguiente un diario británico. “Como eran todos iguales y no les distinguíamos, jugaron 11 distintos en cada tiempo”, cuentan que se quejaron los italianos en la intimidad. Un tal Pak Doo-ik, a quien apodaron desde entonces El Dentista (por el dolor de muelas que le provocó a un país entero), fue el autor del único gol de un partido irrepetible que permitió la continuidad del seleccionado asiático y el adiós de los europeos.
En “El partido de sus vidas”, un documental de la BBC respecto de ese acontecimiento dirigido en 2002 por el cineasta británico Dan Gordon, aparece Pak Doo-ik, el superhéroe coreano. Allí cuenta ese gol que significó la mejor campaña de un equipo asiático en la historia de los Mundiales hasta la irrupción -36 años después- de la hermana Corea del Sur, pero en este caso como local.
Aunque parezca increíble, también en aquella oportunidad el seleccionado norcoreano encontró desprecio al regresar a su territorio. Los futbolistas, dueños de aquel asombro universal, fueron obligados a realizar trabajo forzado. Los acusaban de lo que los gobernantes entendían como un vicio burgués: haber festejado demasiado. Los abusos ya habían nacido. Y ellos, jugadores sin olvido en la vida de las Copas del Mundo, eran sus víctimas.
Diganle a Rosales y cia que vuelvan, de que se quejan los jugadores aca?:twisted:.
Hablando en serio, una locura…