Enzo, a 25 años de su primera vez

22:04 | RIVER: ENZO FRANCESCOLI

“El primer ‘ohhhhh’ me quedó grabado por mucho tiempo”

A 25 años de su debut, el Príncipe recuerda el día que se puso por primer vez la camiseta del Millonario. JORGE LOPEZ | jorgelopez@ole.com.ar

Nunca imaginé llegar a lo que he llegado en River, fue increíble…".

Hace 25 años, Enzo Francescoli comenzaba a escribir su historia como Príncipe del Monumental. Desde Europa, sentado frente a su computadora poco después de participar en un amistoso organizado por Zidane, uno de los próceres de los hinchas de River recordó con Olé el inicio de la etapa más gloriosa de su carrera: su debut con la camiseta de River, el 24 de abril de 1983…

–Enzo, ¿qué te acordás del día de tu debut?

–Lo que más recuerdo es la ansiedad y los nervios de enfrentar al Monumental con toda su
gente. Realmente estaba muy muy nervioso. Tenía sólo 21 años y la expectativa que se había creado era muy grande. Y yo venía de Wanderers, un hermoso pero pequeño club comparado con lo que es River…

–¿Qué pensaste cuando estabas en el vestuario?

–Cuando entré, pensé que de ese vestuario, si podía, no me iba a ir jamás. Era un gran desafío, estaba en unos de los mejores equipos del mundo y debía hacer todo para quedarme.

–Cuando te dieron la camiseta, ¿era más pesada de lo que pensabas?

–Era muy linda y en seguida pensé: “¡Qué suerte tenés de estar acá y ponerte esta camiseta que hasta la semana pasada mirabas por TV desde Uruguay!”. Esto lo comenté con Alberto Bica. Increíble, él me dijo: “Acá la vas a romper”. Yo miraba todo. Me llamaba la atención el orden que había en el vestuario…

–Cuando saliste del túnel y viste tanta gente, ¿qué pasó por tu cabeza?

–En el túnel, lo que más recuerdo es el aliento de mis compañeros. Me decían que me iban a respaldar y que pensara que estaba en la cancha de Wanderers, algo que no era nada fácil.

–¿Cuál es la jugada que más recordás?

–La primera, sobre un costado. Yo me había dicho que en el momento en que pudiera, debía encarar al rival y tratar de hacer algo diferente para tomar confianza. Así que cuando pasé entre un par de jugadores y amagué con tirar el centro, uno siguió de largo. Y escuché el “ohhhhhhhh”, que es algo que me quedó grabado por mucho tiempo. También me acuerdo de que me anularon un gol. ¡Yo ya lo había gritado! Me quería morir, estaba en otro mundo, con la adrenalina al máximo.

–¿Quién fue el que más te aconsejó?

–Me aconsejaron todos, pero Alberto Bica siempre estuvo a mi lado desde que llegué a Buenos Aires. Por edad, con Zuttión y Tapia estábamos siempre juntos, además de Tarantini y Gallego. Pero la mención especial se la lleva el Pato Fillol, al cual yo admiraba y admiro. Me llevaba a almorzar, estaba muy pendiente de si necesitaba algo, era un sueño para mí. A ellos y a todo ese plantel les estaré siempre agradecido.

–¿Te tenías fe?

–Sí, mucha fe. Pero codearme con los máximos ídolos de la historia del club… Nunca lo hubiera pensado. Todo esto se lo debo a los jugadores que son parte de este logro. Sólo no se hace nada en el fútbol.

–Al principio fue difícil: te silbaron más de lo que te aplaudieron.

–Sí, mi adaptación al club, a la ciudad, a la vida, a los cambios, fue muy dificíl. Además, el equipo no estaba bien, había muchos conflictos, una huelga de casi dos meses… Fue duro. Pero me dije: “Es la primera vez que sale mal, hay que apretar los dientes y seguir, hay que salir de esta situación. Y hasta que no lo logres, no te podés ir”. A fin de año, cuando me quisieron transferir, me quedé. Estoy seguro de que fue una de las decisiones más importantes de mi vida. Me salió bien.

–¿Qué jugador de River te impresionó más?

–Uy, qué pregunta difícil: he jugado con grandes futbolistas y sería injusto elegir a uno. Pero a mí me impresionó Fillol. Y Hernán Crespo, por la evolución profesional y su capacidad para hacer goles.

–Elegí un partido…

–Tengo un montón de partidos en mi cabeza que recuerdo con gran emoción. Aunque la final de la Libertadores es imborrable: por lo que fue el estadio y por llegar a un final que había ido a buscar después de 10 años. Siempre me dije que debía volver y ganar algo importante para River. Dios me ayudó y pude hacerlo.

–¿Y un técnico?

–He tenido grandes DT. En River debería destacar a dos: Veira, porque me demostró que el vestuario se puede llevar con alegría, y el Tolo: fuimos compañeros en los 80 y supimos llevar muy bien esa amistad. Además, es un gran entrenador por cómo ve el partido y cómo lo prepara.

–¿A cuántos años del debut serás DT de River?

–No lo sé. Siempre dije que si alguna vez decido ser técnico, me encantaría dirigir a River. Pero aún no estoy preparado y no tengo tiempo. Por el momento, soy un hincha más.

–¿Te sorprendió el River de Simeone?

–No, no me sorprendió. River tiene grandes jugadores y más allá de que dije que a Simeone le podía jugar en contra la poca experiencia que tenía al llegar a un club sin conocerlo, y lo mantengo, la va llevando bien y está peleando los dos torneos. Le deseo lo mejor. Yo quiero que gane River, esté quien esté. Lo importante es River, los demás estamos de paso.

Jugó 198 partidos. Dio siete vueltas olímpicas. Gritó 115 goles. A 25 años de su debut, en Núñez sigue siendo el “uruguayo/uruguayo” más endiosado.

22:04 | RIVER: ENZO FRANCESCOLI

“El primer ‘ohhhhh’ me quedó grabado por mucho tiempo”

A 25 años de su debut, el Príncipe recuerda el día que se puso por primer vez la camiseta del Millonario. JORGE LOPEZ | jorgelopez@ole.com.ar

Nunca imaginé llegar a lo que he llegado en River, fue increíble…".

Hace 25 años, Enzo Francescoli comenzaba a escribir su historia como Príncipe del Monumental. Desde Europa, sentado frente a su computadora poco después de participar en un amistoso organizado por Zidane, uno de los próceres de los hinchas de River recordó con Olé el inicio de la etapa más gloriosa de su carrera: su debut con la camiseta de River, el 24 de abril de 1983…

–Enzo, ¿qué te acordás del día de tu debut?

–Lo que más recuerdo es la ansiedad y los nervios de enfrentar al Monumental con toda su
gente. Realmente estaba muy muy nervioso. Tenía sólo 21 años y la expectativa que se había creado era muy grande. Y yo venía de Wanderers, un hermoso pero pequeño club comparado con lo que es River…

–¿Qué pensaste cuando estabas en el vestuario?

–Cuando entré, pensé que de ese vestuario, si podía, no me iba a ir jamás. Era un gran desafío, estaba en unos de los mejores equipos del mundo y debía hacer todo para quedarme.

–Cuando te dieron la camiseta, ¿era más pesada de lo que pensabas?

–Era muy linda y en seguida pensé: “¡Qué suerte tenés de estar acá y ponerte esta camiseta que hasta la semana pasada mirabas por TV desde Uruguay!”. Esto lo comenté con Alberto Bica. Increíble, él me dijo: “Acá la vas a romper”. Yo miraba todo. Me llamaba la atención el orden que había en el vestuario…

–Cuando saliste del túnel y viste tanta gente, ¿qué pasó por tu cabeza?

–En el túnel, lo que más recuerdo es el aliento de mis compañeros. Me decían que me iban a respaldar y que pensara que estaba en la cancha de Wanderers, algo que no era nada fácil.

–¿Cuál es la jugada que más recordás?

–La primera, sobre un costado. Yo me había dicho que en el momento en que pudiera, debía encarar al rival y tratar de hacer algo diferente para tomar confianza. Así que cuando pasé entre un par de jugadores y amagué con tirar el centro, uno siguió de largo. Y escuché el “ohhhhhhhh”, que es algo que me quedó grabado por mucho tiempo. También me acuerdo de que me anularon un gol. ¡Yo ya lo había gritado! Me quería morir, estaba en otro mundo, con la adrenalina al máximo.

–¿Quién fue el que más te aconsejó?

–Me aconsejaron todos, pero Alberto Bica siempre estuvo a mi lado desde que llegué a Buenos Aires. Por edad, con Zuttión y Tapia estábamos siempre juntos, además de Tarantini y Gallego. Pero la mención especial se la lleva el Pato Fillol, al cual yo admiraba y admiro. Me llevaba a almorzar, estaba muy pendiente de si necesitaba algo, era un sueño para mí. A ellos y a todo ese plantel les estaré siempre agradecido.

–¿Te tenías fe?

–Sí, mucha fe. Pero codearme con los máximos ídolos de la historia del club… Nunca lo hubiera pensado. Todo esto se lo debo a los jugadores que son parte de este logro. Sólo no se hace nada en el fútbol.

–Al principio fue difícil: te silbaron más de lo que te aplaudieron.

–Sí, mi adaptación al club, a la ciudad, a la vida, a los cambios, fue muy dificíl. Además, el equipo no estaba bien, había muchos conflictos, una huelga de casi dos meses… Fue duro. Pero me dije: “Es la primera vez que sale mal, hay que apretar los dientes y seguir, hay que salir de esta situación. Y hasta que no lo logres, no te podés ir”. A fin de año, cuando me quisieron transferir, me quedé. Estoy seguro de que fue una de las decisiones más importantes de mi vida. Me salió bien.

–¿Qué jugador de River te impresionó más?

–Uy, qué pregunta difícil: he jugado con grandes futbolistas y sería injusto elegir a uno. Pero a mí me impresionó Fillol. Y Hernán Crespo, por la evolución profesional y su capacidad para hacer goles.

–Elegí un partido…

–Tengo un montón de partidos en mi cabeza que recuerdo con gran emoción. Aunque la final de la Libertadores es imborrable: por lo que fue el estadio y por llegar a un final que había ido a buscar después de 10 años. Siempre me dije que debía volver y ganar algo importante para River. Dios me ayudó y pude hacerlo.

–¿Y un técnico?

–He tenido grandes DT. En River debería destacar a dos: Veira, porque me demostró que el vestuario se puede llevar con alegría, y el Tolo: fuimos compañeros en los 80 y supimos llevar muy bien esa amistad. Además, es un gran entrenador por cómo ve el partido y cómo lo prepara.

–¿A cuántos años del debut serás DT de River?

–No lo sé. Siempre dije que si alguna vez decido ser técnico, me encantaría dirigir a River. Pero aún no estoy preparado y no tengo tiempo. Por el momento, soy un hincha más.

–¿Te sorprendió el River de Simeone?

–No, no me sorprendió. River tiene grandes jugadores y más allá de que dije que a Simeone le podía jugar en contra la poca experiencia que tenía al llegar a un club sin conocerlo, y lo mantengo, la va llevando bien y está peleando los dos torneos. Le deseo lo mejor. Yo quiero que gane River, esté quien esté. Lo importante es River, los demás estamos de paso.

Jugó 198 partidos. Dio siete vueltas olímpicas. Gritó 115 goles. A 25 años de su debut, en Núñez sigue siendo el “uruguayo/uruguayo” más endiosado.

un grande la verdad que es un grande
saludos

YouTube - Enzo Francescoli - inmenzo - by alegamix

eternamente gracias!

enzo querido los hicnhas de RIVER nunca olvidaremos lo que nos diste…eternamente agradecido

El Enzo… Grande!!!

Mi eterno ídolo

El mas grande, lejos.

Un monstruo…
Un grande…
Un fenomeno…
Un Idolo…

uno de mis mayores idolos, lejos…

UN GRANDEE EL ENZOO

ENZO ETERNAMENTE GRACIAS
gracias por lo q le diste a RIVER,
gracias por jugar con el corazon,
gracias por las alegrias,
y mas gracias!!!

el 24 de abril tendria q ser fecha patria, el ENZO fue el mejor de todos sin lugar a dudas

no tengo palabras para describir lo que hizo este FENOMENO por el club…

EL MEJOR… LEJOS