“Ahora quiero que River dé la vuelta olímpica”
Fuente: Olé
Estoy muy feliz. Ahora quiero ganar la Copa de Grecia, el 17 de mayo, contra el Aris Salónica. Y que River también dé la vuelta olímpica". A su alrededor hay humo. Y no de pastizales quemados. Es humo de bengala. De fiesta. De campeón. Fernando Belluschi acaba de ganar el segundo título de su carrera. Y hoy, a poco más de tres meses de haberse instalado a orillas del Egeo, le cuenta a Olé su primera alegría en Europa y, claro, se le hace inevitable hablar de River. “Sé que está primero, que el equipo cambió bastante y que todo está saliendo bien. Me alegra mucho. Ojalá que River salga campeón y, para no olvidarme de mi otro equipo, que Newell’s siga en Primera”.
–Pedís poco…
–Sí, je. Pero es lo que deseo. En Newell’s viví un montón de cosas lindas. El otro día escuché por radio el clásico contra Central y sufrí como un perro. Por suerte ganó. Lástima que River no pudo hacer lo mismo esta semana…
–¿Lo seguís siempre?
–Intento, porque el cable de acá no pasa muchos partidos de Argentina. Y los poco que meten son muy tarde. Así que me entro mucho en la web de Olé o hablo con los chicos.
–¿Con quiénes?
–Con Leo Ponzio estuvimos charlando hace poquito, cuando nació su beba. Y me enteré de varias cosas cuando lo llamé a Paco por el cumpleaños. Los noto muy metidos. Contentos.
–¿Y ahí no te dan ganas de pegar la vuelta?
–Y, es inevitable. Pero estoy muy bien. Acerté al venirme a Grecia. Es un lugar lindo y me tratan bárbaro.
–Pero estar en un River puntero en el Clausura, que va bien en la Copa, dirigido por Simeone…
–Sí, ves, eso hubiese estado bueno… Me hubiera gustado que me dirigiera el Cholo. Es un técnico ganador, que trabaja mucho y eso a mí me encanta. Porque hace crecer al futbolista. Quizá yo hubiese andado bien en este River.
–¿Dónde? ¿De doble cinco o como otro enlace?
–No sé, ni idea.
–Simeone dijo que te veía parecido a Nedved.
–Fue buenísimo. Quiere decir que mi juego no le disgusta. Ojalá pueda alcanzar el nivel de Nedved y ganar tantos títulos como él. O como el Cholo.
–Bueno, para empezar le podés pasar la receta de cómo jugarle a Boca…
–Naaa… La debe tener clara. Es un técnico de lujo.
–Pero vos sos un especialista: jugaste cinco clásicos y nunca perdiste.
–Es verdad. No me puedo quejar. Tengo el mejor recuerdo de esos partidos.
–¿Pensás que los hinchas de River te van a extrañar en el próximo?
–No. Porque el equipo está muy sólido. Y porque voy a estar ahí.
–¿Sí?
–Sí, calculo que en esa fecha voy a andar por la Argentina. Así que si puedo, me voy a dar una vuelta.Ojalá que River vuelva a ganarle y se repita lo del año pasado en el Monumental, con el Enano, el Burrito…
–A propósito, ¿cómo vivís lo que sufre Ortega?
–Me duele. Lamentablemente, no estoy cerca para darle fuerza. Pero si es para ayudarlo, hago lo que sea. En Newell’s y River siempre se portó mil puntos conmigo. Sólo hay que darle tranquilidad.
Por primera vez en la charla, el Pelado hace un silencio largo. Se percibe, la situación del jujeño lo conmueve. Y también el comprobar que estar a más de 10.000 kilómetros de su casa no es fácil. “Las fichas te caen en cosas así. Es inevitable”, trata de justificarse. Aunque no se queja. De ninguna manera. Cuenta que si bien “no hay otro lugar como Los Quirquinchos”, Atenas le abrió las puertas de un mundo desconocido. “Es increíble. Además de vivir en una ciudad pintoresca y muy tranquila, estuve paseando por Acrópolis, el Partenón… Lugares que nunca me hubiera imaginado conocer y que me encantaron. Por eso ahora, cada vez que tengo un rato, con mi novia nos vamos a pasear”.
–¿Ya te sentís local?
–Imposible. Zafo porque Ledesma, Galletti y Núñez me hacen de guía. Me pierdo en todos lados…
–¿No tenés traductor?
–No, me las arreglo como puedo. Uno de los primeros problemas fue la comida. Me ofrecían los platos de la casa, toda comida típica. Pero de eso yo no te como nada. Prefiero el pollo y las pastas.
–¿El asado se extraña?
–A full. Lo bueno, según estuve viendo en Internet, es que acá la carne está más barata que en la Argentina. Es de locos.
–¿Y adentro de la cancha no te hace falta idioma?
–Sé dos o tres palabras, pero es difícil. Igual, ellos hablan más en español que nosotros en griego.
–¿Y Olympiakos juega como equipo argentino o con un estilo europeo?
–Es un fútbol diferente. Se mete mucho y fuerte. No te dejan jugar tanto. Y el nivel de las canchas tampoco te ayuda. Lo bueno es que al jugar en un grande como Olympiakos, el resto te respeta mucho. Son muy pocos los que te juegan de igual a igual.
–Y la gente, ¿cómo es?
–Pasional. Después de perder 4-0 con el AEK, volvimos al club a buscar los autos y el micro tuvo que desviarse porque había como 500 tipos puteándonos. Y la pasamos feo. O de repente el árbitro para un partido porque una de las hinchadas está insultando a él o a un jugador.
–¿Te sentís clave?
–No, voy creciendo. Todavía no estoy como en River. Y encima volví a jugar de 8. Así que me estoy acostumbrando a ocupar ese lugar en la cancha.
–¿Se terminó el Belluschi por adentro?
–Parece que sí. Cuando llegué, fui enganche o doble cinco adelantado, como con Passarella, pero cambió el técnico y me mandó de 8. Y me gusta.
–Nombraste al Kaiser. ¿Te pesó que dijera que valías u$s 40 millones?
–No sé. Fue para motivarme. Y se lo agradecí. Pero quedó atrás. Hoy disfruto de esto. Lo que estaría buenísimo es ir a un recital de una banda argentina. Porque la música griega va para atrás. Es como ambiental. Y no me gusta.
–¿No te llevaste CD?
–Sí, obvio. Pero los escucho en el auto o en casa.
–Y en el vestuario, ¿no?
–No puedo. No se usa poner música. El ambiente es más bien frío. Además, a algunos compañeros les hice escuchar La Renga y por la cara que pusieron, mucho no les gustó, ja, ja. No entienden nada.
Un grande el rasta, ojala vuelva algun día. Con el Cholo la rompía