Grandes jugadores de River no conocidos/reconocidos/ídolos

Abro este tema para hablar sobre jugadores de River que capaz han ganado títulos y fueron importantes en River pero que no son tan reconocidos o si lo son, no son tan conocidos por la mayoría de los hinchas como si pasa con los máximos ídolos, ya que hace un tiempo salio este tema en otro thread, me parece oportuno abrir uno especifico para nuclear historias y demás sobre este tipo de jugadores y que estén todos aca, para no abrir un thread por cada uno de ellos y que tengan pocos comentarios cada uno

En esta pagina una vez por semana suben reseñas sobre este tipo de jugadores, asi que hoy subo la nota que subieron esta semana, pueden aportar datos y cosas de otras fuentes también sobre este u otros jugadores que entren en esta selección

Venini: Un campeón

[i]Julio Luis Venini había nacido en La Plata el 29 de Julio de 1929. Fue un destacado defensor Millonario que supo consagrarse tricampeón con La Banda en la década del 50, ademas, integró la destacada Maquinita de Núñez.

Su carrera como futbolista empezó en Estudiantes, club en el que hizo las inferiores y en el que llegó a debutar en la primera división durante el año 1948, casualmente, contra River para convertirse en profesional. Venini disputó 28 partidos en el club platense, marcando tan sólo un gol.

Tres años después de convertirse en profesional, durante 1951, se produciría el traspaso de Venini a River, institución en la que se convertiría en ídolo.En River se produjo la inversa: pasó del club platense al de los Millonarios por 450.000 pesos de entonces y en su primer partido enfrentó a Estudiantes. Con la camiseta del Más Grande jugó 137 encuentros y, al igual que en el Pincha, anotó un tanto.

Cabe destacar que su cuota goleadora no era muy alta debido a su posición en el campo de juego. Su puesto era el de marcador central, se desempeñaba como 2 pero también supo jugar como volante central. Sin embargo, era un jugador con mucha presencia y buen manejo de la pelota.

En River formó parte de la famosa Maquinita con la que salió campeón en tres ocasiones: 1952, 1953 y 1955. Su primera conquista con la camiseta de River, la logró acompañado de apellidos ilustres de la historia del Más Grande. Por 1953 el equipo formaba con: Amadeo Carrizo en el arco; Pérez y Soria en la defensa; el medio campo lo integraban Yacono, Venini y Ferrari; y en la delantera estaban Vernazza, Prado, el uruguayo Walter Gómez, Angel Labruna y Félix Loustau.

Y fue justamente en 1955 compartió la consagración con otro ídolo del Millonario, nada más ni nada menos, que Enrique Omar Sívori.

Falleció a los 76 años en la ciudad balnearia de Mar del Plata.[/i]

http://www.riverdesdelatribuna.com.ar/notas.php?recordid=6434

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Abro este tema para hablar sobre jugadores de River que capaz han ganado títulos y fueron importantes en River pero que no son tan reconocidos o si lo son, no son tan conocidos por la mayoría de los hinchas como si pasa con los máximos ídolos, ya que hace un tiempo salio este tema en otro thread, me parece oportuno abrir uno especifico para nuclear historias y demás sobre este tipo de jugadores y que estén todos aca, para no abrir un thread por cada uno de ellos y que tengan pocos comentarios cada uno

En esta pagina una vez por semana suben reseñas sobre este tipo de jugadores, asi que hoy subo la nota que subieron esta semana, pueden aportar datos y cosas de otras fuentes también sobre este u otros jugadores que entren en esta selección

Venini: Un campeón

[i]Julio Luis Venini había nacido en La Plata el 29 de Julio de 1929. Fue un destacado defensor Millonario que supo consagrarse tricampeón con La Banda en la década del 50, ademas, integró la destacada Maquinita de Núñez.

Su carrera como futbolista empezó en Estudiantes, club en el que hizo las inferiores y en el que llegó a debutar en la primera división durante el año 1948, casualmente, contra River para convertirse en profesional. Venini disputó 28 partidos en el club platense, marcando tan sólo un gol.

Tres años después de convertirse en profesional, durante 1951, se produciría el traspaso de Venini a River, institución en la que se convertiría en ídolo.En River se produjo la inversa: pasó del club platense al de los Millonarios por 450.000 pesos de entonces y en su primer partido enfrentó a Estudiantes. Con la camiseta del Más Grande jugó 137 encuentros y, al igual que en el Pincha, anotó un tanto.

Cabe destacar que su cuota goleadora no era muy alta debido a su posición en el campo de juego. Su puesto era el de marcador central, se desempeñaba como 2 pero también supo jugar como volante central. Sin embargo, era un jugador con mucha presencia y buen manejo de la pelota.

En River formó parte de la famosa Maquinita con la que salió campeón en tres ocasiones: 1952, 1953 y 1955. Su primera conquista con la camiseta de River, la logró acompañado de apellidos ilustres de la historia del Más Grande. Por 1953 el equipo formaba con: Amadeo Carrizo en el arco; Pérez y Soria en la defensa; el medio campo lo integraban Yacono, Venini y Ferrari; y en la delantera estaban Vernazza, Prado, el uruguayo Walter Gómez, Angel Labruna y Félix Loustau.

Y fue justamente en 1955 compartió la consagración con otro ídolo del Millonario, nada más ni nada menos, que Enrique Omar Sívori.

Falleció a los 76 años en la ciudad balnearia de Mar del Plata.[/i]

http://www.riverdesdelatribuna.com.ar/notas.php?recordid=6434

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Dejo otro !

Roberto el “Mono” Zarate

El “Mono”, una gloria de los 50’

[i]Porteño, de Villa Devoto, había nacido un 15 de diciembre de 1932, integró un equipo de barrio: José Ingenieros, hasta que lo llevaron a la sexta de River e hizo todo el recorrido hasta llegar a Primera. Fue reemplazante de Félix Loustau y un habilidoso wing izquierdo que se destacó por sus gambetas y su capacidad goleadora.

Roberto Zárate, inicio su carrera futbolística en River, club en el que debutó en la primera división durante el campeonato de 1951, siendo alternativa de Loustau aunque con los años y el lógico declive de “Chaplin” se fue adueñando del puesto. Hacía 1955 ya se había afianzado entre los once habituales del Millonario, siendo figura estelar en el tricampeón 55-56-57 , al lado de Angelito y Walter , primero , y de Menéndez y Sivori luego, todos asisitidos por el gran Eliseo Prado .

Vistiendo la camiseta del Más Grande convirtió 61 goles, el primero lo anotó el 8 de julio de 1957, en un 3-0 frente a Gimnasia de la Plata. Durante los nueve años en los que estuvo en el club, entre 1951 y 1960, además de los 61 goles obtuvo cinco títulos. Un bicampeonato 1952, 1953 y el primer tricampeonato durante: 1955, 1956 y 1957. Además, con el último título que ganado, logró la proeza de ser el primero en su posición en convertirse en goleador del campeonato argentino con 22 tantos en un equipo que formaba de la siguiente manera: Amadeo Carrizo; Alfredo Pérez y Federico Vairo; Oscar Mantegari, Néstor Raúl Rossi o Juan Eulogio Urriolabeitia y Gilberto Sola; Héctor De Bourgoing o Miguel Ángel Rodríguez, Eliseo Prado, Norberto Menéndez, Ángel Labruna y Roberto Zárate.

El 8 de diciembre de 1955, La Bombonera fue testigo de la vuelta olímpica de River en la que el “Mono”, como lo llamaban, fue fundamental. River dio vuelta el 0-1, a los 75 minutos Zárate, marcó el gol de la victoria luego de que en una ráfaga de fútbol River anotara el primero a través de otro ídolo como Ángel Labruna.

Siguió en Núñez hasta 1960, torneo en el que al lado de Ermindo Onega fue otra vez goleador de River con 11 tantos. Cuando el presidente Antonio Liberti impulsó la llegada de extranjeros en el denominado “fútbol espectáculo”, Zárate se marchó a Banfield donde jugó, y también fue ídolo, hasta 1969, cuando decidió ponerle fin a su carrera como futbolista profesional.

Además, formó parte de la Selección Argentina, con la camiseta albiceleste disputó 14 partidos e hizo 5 goles.

El delantero falleció el 6 de noviembre del 2013 a los 80 años. Así se fue a la eternidad otro grande que vistió la gloriosa camiseta de La Banda.[/i]

River desde la Tribuna

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LUIS MARÍA RONGO
River Plate 1935 / 1940 - 49 partidos – 53 goles - 2 títulos.

La década del 30 para River Plate puede definirse con un solo nombre: Bernabé Ferreyra. El shock que “La Fiera” causó, conmovió los cimientos de una institución que dejó por esos años de ser importante para ser grande de verdad. Bernabé era como un rockstar, un semidiós magnético – y por ende- irreemplazable. No fueron pocos los que encararon esa patriada titánica de hacer olvidar a Bernabé. Ninguno lo logró. Quien más cerca estuvo de hacerlo, sin dudas, fue Luis María Rongo.
Nacido en Córdoba en el año 1916. Rongo vino a River de pibe y fue una de las estrellas de una camada inolvidable cuyos apellidos más rutilantes fueron Moreno y Pedernera. Ya saltaba a la vista sus cualidades de artillero cuando los seguidores de la cuarta especial atestiguaban los 44 goles que marcó en el año 1933, curiosamente los mismos que Ferreyra había marcado en la temporada anterior, pero en Primera. Rongo era un rusito morrudo, de frente amplia, peinado a la gomina, y no era ninguna luminaria técnica ni mucho menos. Poseía si, una perseverancia a prueba de balas y un admirable remate de derecha, que le permitía anotar seguido desde afuera del área con pelota en movimiento o de tiro libre.

Una lesión de Bernabé le abrió las puertas del debut en Primera justo ante Boca en un superclásico el 1 de septiembre del 35. El estreno no podría haber sido mejor. A los 21 minutos del segundo tiempo un furibundo derechazo suyo estremeció la red de Yustrich y decretó el 1-1 final en Alvear y Tagle. Al mes siguiente jugó su segundo partido y le hizo 3 a Gimnasia de La Plata, y también se anotó con otro tanto más ante Talleres de Remedios de Escalada. Pero cuando sanó Bernabé, Rongo volvió sin chistar a la cuarta especial.

En realidad no fueron muchas las oportunidades que tuvo Rongo de jugar con continuidad, ya que River por esos años era un equipo armónico y ya asentado, que giraba en derredor de la estrella del mortero de Rufino, la sapiencia de Peucelle, y el talento juvenil del Charro y Adolfo. Ese equipo fue campeón en las temporadas del 36 y 37, y el cordobés apenas actuó en 15 partidos.
Luis María Rongo es protagonista de un hecho curioso y excepcional en la historia del fútbol Argentino ya que jugó en la misma temporada (la del 37) en un equipo que fue campeón –River- y en otro que se fue al descenso (Argentinos Juniors, al que fue cedido a mitad de año en calidad de préstamo). Cuando volvió en 1938, la tónica de hacer banco parecía repetirse, hasta que otra lesión de Bernabé le dio nuevas oportunidades. Rongo jugó los últimos 20 partidos de esa campaña y en ese lapso de destapó. Convirtió 33 goles con el espeluznante promedio de 1,58 tantos por partido. Una tarde le hizo 4 a Atlanta. También registró hattricks ante Huracán –ida y vuelta-, Racing Club, Vélez Sarsfield, y varios dobletes, uno de ellos ante Boca.
Los goles de Rongo nunca estuvieron en discusión, pero sí su calidad para el juego asociado. Es por eso que –pese a sus números- nunca le confiaron la titularidad a rajatabla. En el 39 jugó apenas 7 partidos con 10 goles (5 de ellos en una misma tarde, la del 26 de mayo en Caballito ante Ferro). Su último tanto con la banda roja se lo anotó a Vélez, ya en 1940, su único festejo esa temporada.

Tenía 25 años cuando Fluminense de Río de Janeiro, equipo que había conocido su potencia ofensiva en varios amistosos, se lo llevó para jugar y ganar el Estadual Carioca de 1941. Rongo avaló sus pergaminos con ¡36! goles en 25 partidos. El 20 de julio, ante Sao Cristovao, Rongo hizo 6 pepas, y es hasta hoy, el jugador que marcó mas goles en un mismo cotejo vistiendo la tricolor de Laranjeiras.

Volvió a Argentina para jugar en Platense 3 temporadas. En 1945 fue adquirido por Temperley y luego cerró su campaña profesional actuando para Excursionistas y San Telmo en las división de ascenso de nuestro fútbol.
Se preguntarán porque un jugador que posee dos vueltas olímpicas y un record (tal como Bernabé) de mas goles convertidos que partidos jugados no es ídolo en la historia de River?. Quien lo sabe. El hincha tiene razones que la propia razón no entiende.

RIVER LUJO Y PUEBLO: LUIS MARÍA RONGO
Esta página tiene cosas interesantes…

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Grande Ian, asi me gusta, que vayamos poniendo los que tenemos información para este thread y que no se pierda por ahí

Cuando se trata de la historia de River, solo quiero aportar y leer… :mrgreen:

Me leíste la mente Ian, justamente iba a hablar de este jugador. Un grandisimo delantero con un promedio de gol impresionante, pero que nunca fue valorado como corresponde por los monstruos de la época como Bernabe, Moreno y Pedernera, entre otros. Una pena que no haya tenido mas chances en River, después se fue a Brasil y la rompió en el Fluminense.

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Este tiene que ser un buen thread para homenajear a aquellos jugadores que jugaron en la década del 60, hay varios, y ya estuve leyendo sobre ellos: Cap, Matosas, Ermindo, Daniel Onega, Ramos Delgado, Varacka, Artime, Cubillas, Delem.

Eliseo Prado

[i]Eliseo Prado fue una gloria futbolística de River. Durante la década del 50 fue uno de los integrantes de la denominada “Maquinita”, la segunda delantera más recordada de la historia futbolística del club.

Nació un 17 de septiembre de 1929 en Buenos Aires, era apodado “el Doctor” debido a su profesión de odontólogo, aunque también era futbolista. “Me gustaban las dos cosas, y traté de hacerlas juntas. Lo logré haciendo los trabajos prácticos de la facultad a la noche, entrenándome solo a la tarde, y logrando un permiso especial para ir a las concentraciones sólo de noche”. Debutó en el “Más Grande” en 1949, por una huelga de jugadores profesionales que terminó poco tiempo después con la partida de las grandes figuras del fútbol argentino, entre ellas las de River como Di Stéfano y Pedernera, a Colombia.

El día de su primer partido con el Millonario, River igualó 1 a 1 con Platense. Su actuación fue tan buena que, terminado el conflicto, permaneció en el equipo de Reserva, pero un viaje a Italia de los titulares para jugar a beneficio del desastre de Superga lo hizo demostrar sus dotes al ganarle a Racing 3 a 0. Salió campeón de la reserva en 1950 y 1951, año en que se fue de gira a Europa ya como titular, quedando firme en primera división. Fue recién ahí, en 1951, cuando el delantero logró pasar de la Reserva a Primera y comenzó a ganarse el puesto con goles y destacadas actuaciones.

Había llegado a Núñez de la mano de Marcos Boim, quien en ese entonces era masajista de River. Él fue quien lo descubrió y lo llevó del club San Carlos Norte a River. Allí, Peucelle le puso el ojo y lo ascendió de la quinta a la tercera en tiempo record. Ese día River le ganó un partido a Banfield 8 a 1, con 7 goles del recién llegado.

En sus inicios como futbolista se desempeñó como delantero, sin embargo, de apoco con la aparición de otras grandes figuras, tuvo que empezar a ceder su lugar hasta correrse hacia la derecha. Su puesto lo ocupó, y muy bien, Walter Gómez. Junto a él, más Vernazza, Labruna y Loustau se volvió a formar un equipo imparable, que revivió a la mejor delantera de la historia de River.

Fue un jugador que tenía un excelente manejo con las dos piernas, y era un verdadero armador de jugadas, las cuales terminaba con excelentes remates.

Su época de esplendor fue la década del 50 cuando fue parte del equipo que, si es que puede decirse así, reemplazó a la famosa Máquina. Con la banda cruzándole el pecho consiguió cinco títulos y marcó 61 goles, ganándose un lugar indiscutible en la historia grande del equipo de Núñez. Fue bicampeón en 1952 y 1953, en éste último año, también, fue el goleador del equipo con 21 tantos, seguido por Ángel Labruna con 16. Además, ganó el primer tricampeonato de la historia de River entre los años 1955 y 1975.

Podría haber sido aún más grande, cuando estuvo a punto de lograr un récord inalcanzable de 6 títulos en seis años si la racha campeona no se cortaba en 1954.

En Núñez, la gente lo disfrutó durante 147 partidos, en los que marcó 61 goles y dio cinco vueltas olímpicas. Fue una de las banderas del River ganador de aquellos años dorados, en los que el grito de ‘Dale campeón’ era una sana costumbre.

Además de River, donde jugó hasta 1958, tuvo un paso por Gimnasia y Esgrima de La Plata desde donde luego fue primero al Sportivo Italiano, y más tarde a Colón de Santa Fé. Se retiraría en esa institución a los 33 años.

Su habilidad como futbolista lo llevó a vestir la camiseta albiceleste. Vistió los colores de la Selección en el Mundial de Suecia 58, donde disputó tan sólo un partido.[/i]

River desde la Tribuna

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Gran tema. Tengo una devoción especial por Rongo, desde que conocí su historia hace mil años.

En honor a [MENTION=53273]Delem9[/MENTION]; aca va uno un poco mas conocido quizás, pero por si alguno de los mas chicos todavía no lo conoce, aca va una reseña de Vladem Lazaro Ruis Quevedo (Delem)

Ídolo y cazatalento Millonario

[i]Vladem Lazaro Ruis Quevedo, simplemente Delem no sólo fue un recordado delantero de River sino que también fue técnico del Más Grande y un incansable descubridor de talentos en las inferiores del club. Fue quien vio las virtudes futbolísticas de jugadores como Gallardo, Crespo, Saviola y Aimar entre otros.

Algunos lo recuerdan por el penal errado frente al clásico rival, Boca, hace ya más de 50 años en 1962, cuando ambos equipos llegaban al partido con chances de quedarse con el título. El conjunto ganador estaría a un paso de la gloria a falta de dos fechas para la finalización del campeonato. Inclusive todavía se recuerda la anécdota con el árbitro del encuentro, Carlos Nai Foino, quien ante su reclamo por el adelantamiento del arquero, le contestó: “Penal bien pateado es gol”. Sin embargo, Delem fue más que un jugador que erró un penal puede decirse que fue uno de los integrantes de una recordada delantera Millonaria, compuesta exclusivamente por extranjeros: Domingo Pérez (uruguayo), Moacir (brasileño), Pepillo (español) y Roberto (brasileño).

Nació un 15 de abril de 1935 en San Pablo, Brasil. En 1942 empezó a jugar en las divisiones inferiores de Gremio, debutando en 1954 a los 19 años y en 1958 pasó al Vasco de Gama, donde ganó el Torneo brasilero al año siguiente. Algunos años después, durante 1961, Antonio Liberti estaba buscando jugadores del exterior para llevar a River y entre los apellidos que llegaron a Núñez se encontraba el suyo.

Defendió la camiseta de River hasta 1967 donde marcó 35 tantos en 98 partidos. Durante ese período no ganó ningún título ya que le tocó atravesar parte de lo que fue la historia negra del club, cuando entre 1957 y 1975 River estuvo 18 años sin ser campeón. Además, actuó para el seleccionado de su país en 1963, disputando 98 partidos y marcando 35 goles.

Se fue de River en 1967 con rumbo a Chile, para jugar en Universidad Católica y luego volver a su país natal, Brasil, para jugar en el América, donde se retiraría en 1970.

Después de su retiro como jugador fue director técnico. Se desempeñó como DT en River, Huracán, Vélez, Argentinos Juniors y San Lorenzo, aunque siempre será más reconocido por su habilidad para detectar talentos en las inferiores del club Millonario.

Trabajó 15 años en la cantera Millonaria y fue quién descubrió jugadores del talento de Ariel Ortega, Marcelo Gallardo, Hernán Crespo, Pablo Aimar, Javier Saviola, Santiago Solari, Javier Mascherano y Matías Almeyda. Estuvo en el club hasta diciembre de 2001, cuando José María Aguilar asumió la presidencia y lo echó, aunque continuó haciendo su trabajo en otro club, Ferro Carril Oeste. Falleció el 28 de Marzo del 2007 a los 71 años.[/i]

River desde la Tribuna

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Noo!! mira lo q es esa foto! quien es el de la derecha, de rulos?

Minella, un cinco ganador

[i]El estadio mundialista de Mar del Plata le hace honores y lleva su nombre, como consecuencia, es lógico, que muchas veces sea pronunciado o escrito en algún medio de comunicación, sin embargo poco se sabe sobre su historia. José María Minella, un cinco ganador, técnico y DT.

José María Minella fue para River, lo que Ferguson fue para Manchester United, o Arsene Wegner para Arsenal. Más allá de los tiempos en que vivieron unos y otros, Minella edificó en River una campaña irrepetible, estando 13 años al frente del equipo de manera ininterrumpida.

Nació el 6 de agosto de 1909 en Mar del Plata, cerca de La Perla, lugar donde comenzó a pegarle a la pelota. Su primer club fue Independiente de su ciudad natal. Rápidamente, comenzó a brillar con luces propias, por lo que al poco tiempo, en 1929 con 21 años, llegó a Gimnasia y Esgrima de La Plata, destacándose como un mediocampista habilidoso con la pelota.

Jugando en el equipo platense, un día debió cubrir el puesto de Pedro Chalú, quien sufrió una lesión. Y fue entonces, cuando se puso la camiseta número 5 por primera vez, y pasó a formar parte de una exquisita élite de aquellos que pueden ser considerados los mejores de todos los tiempos, de tan bueno que era.

Tras jugar en Gimnasia, Minella pasó a River por 55 millones de pesos que para aquel entonces era una cifra más que considerable, ya era 1935 y así comenzaba un romance que se prolongaría a través de los tiempos. En Núñez, no sólo conformó grandes equipos sino que también ganó títulos: seis en total, los de 1936, 1937 y 1941. Ése último año fue el primer título de La Máquina, Minella formó parte de él aunque jugando pocos partidos. Finalmente, un año después, en 1942, se iría de River para pasar a Peñarol, a préstamo, de ahí fue a Chile, donde decidió terminar su carrera como futbolista.

Su carrera profesional había llegado a su fin pero la relación con el fútbol, y con River, iba a seguir siendo muy exitosa. Así, es que en 1947 se convirtió en entrenador del Más Grande, dando comienzo a un periodo de gloria ganando seis campeonatos, 1947, 1952, 1953, 1955, 1956 y 1957, y adueñándose de un récord que recién sería alcanzado por Ángel Labruna en los '70 y superado por Ramón Díaz en 2002. Volvió a River en 1963 contratado para cortar la sequía de campeonatos. El Millonario llevaba una racha de 5 años sin títulos, sin embargo él tampoco pudo obtenerlos. El equipo comandado en la cancha por Ermindo, Artime y Delém terminó segundo de Independiente tras puntear todo el año. Se fue al término del campeonato, y no volvió más.
También dirigió en Colombia (América de Cali), Uruguay, Newell’s y a la Selección Argentina.

Con la albiceleste, en 1964, obtuvo la Copa de las Naciones, organizada en Brasil, un cuadrangular en donde Argentina se impuso a Brasil, Portugal e Inglaterra, casi en forma impensada y en donde se conformó un plantel de jugadores experimentados (Amadeo Carrizo, Antonio Ubaldo Rattin, José Varacka, Vidal, Ermindo Onega, Alfredo Rojas), con jugadores de escaso roce internacional (Telch, Messiano, Propitti, el marplatense Victorio Casa, Bielli, Rendo) y fue la actuación más destacada de la Selección Argentina hasta el Mundial de 1978. Además, clasificó a la Argentina para el Mundial del 66 y ganó dos títulos sudamericanos, los de 1937 y 1941.

Falleció a los 72 años el 13 de agosto de 1981. 17 años después de su muerte, en 1998 su ciudad natal, Mar del Plata, decidió homenajearlo bautizando con su nombre al estadio mundialista. Fu un jugador fino, un técnico de bajo perfil, un tipo confiable, amable y querido por todos.[/i]

River desde la Tribuna

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Onega, un crack sin suerte

[i]La mayoría de los jugadores se destacan en un club por salir campeones, en River sucedió eso con casi todos ídolos, sin embargo, hay otros que pueden llevar ese título sin necesidad de ganar campeonatos. Ésta, es la historia de Ermindo Onega, “el Ronco”, un delantero de garra, corazón y entrega, que no fue lo suficientemente reconocido por haber estado en un River que no salía campeón.

Ermindo Onega, nació en la localidad santafesina de Las Parejas un 30 de abril de 1940, llegó a Núñez con edad de quinta, tenía solamente 17 años, y muchos lo veían como el sucesor de Enrique Omar Sívori, el gran ídolo Millonario. Fue un jugador talentoso, exquisito, con un gran manejo de la pelota, tanto era así que los hinchas de otros equipos conseguían su entrada para verlo en el Monumental.

Su debut en la primera del Más Grande se produjo el 15 de diciembre de 1957 en el partido correspondiente a la última fecha del campeonato contra San Lorenzo en el Viejo Gasómetro, le tocó entrar en lugar de Labruna. En ese encuentro, los locales le ganaron al Millonario por 5 a 1 pero el resultado era lo de menos, River ya era campeón. Con ese título se completaba una racha histórica de cinco consagraciones en seis años. Durante esa época a Onega, le tocó jugar al lado de grandes nombres como los de Labruna, Loustau o Pipo Rossi entre otros.

Después del título del 57 se iniciaba una racha negra en la historia de River: 18 años sin lograr campeonatos. Si bien, en cada uno de los torneos que disputó Onega era uno de los futbolistas más destacados no lograba la coronación. Tenía velocidad física y mental, fue un jugador atípico para su época. Tenía buen remate, pique corto, era conductor y un delantero eficaz. Tal era su forma de jugar que hasta hoy muchos lo consideran uno de los mejores jugadores de la década del sesenta.

Tan bueno era con la pelota, que llegó a la selección. Con la albiceleste jugó la Copa de Naciones de 1964, en Brasil, que en ese entonces era el bicampeón del mundo. Argentina viajó sin expectativas al país vecino. Sin embargo, en parte gracias a Onega, el equipo venció a los locales en San Pablo: 3 a 0; el primer tanto del encuentro lo hizo Onega. También, disputó el Mundial de 1966 en Inglaterra, dónde mostró parte de su repertorio futbolístico hasta que el seleccionado fue eliminado por los locales. Ese mismo año, River llegaría a la final de la Copa Libertadores. Para ese entonces, Ermindo ya tenía a su lado a Daniel, su hermano menor. En el Estadio Nacional de Santiago, Chile, River perdió un partido increíble frente a Peñarol, en tiempo suplementario por 4-2. De esa forma se le escapaba el título.

Onega vistió la camiseta de La Banda durante once años, dejando una impresionante marca de 98 goles en 222 partidos. Sin embargo, integró siempre equipos que obtenían subcampeonatos, fueron siente en total. Esto no fue bien visto por lo que de algún modo se lo “condenó”. En el ´69 pasó a Peñarol de Montevideo. Estuvo hasta 1971. En el´ 72 pasó a Vélez y al año se fue a Chile donde jugó en Deportivo La Serena.

Junto a su hermano Daniel, Eduardo Solari y Luis Artime, entre otros, acompañó a Jorge Solari, en la creación del Club Renato Cesarini, de la ciudad de Rosario. Murió en un accidente de tránsito, cuando se dirigía desde esa localidad hacia Buenos Aires el 21 de diciembre de 1979, tenía 40 años.
Así era el “Ronco”, un jugador excepcional que no necesitó de títulos para ser un grande.[/i]

River desde la Tribuna

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Hermosa camiseta, o camisa.

---------- Mensaje unificado a las 11:44 ---------- El mensaje anterior habia sido a las 11:44 ----------

Hermosa camiseta, o camisa.

Perfecto tema

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Peucelle: El primer “Millonario”

[i]Carlos Peucelle, fue el primer “Millonario”. En el momento en que “Barullo”, como lo llamaban por su impredecible gambeta y los problemas que le armaba a las defensas rivales, desembarca en Núñez tenía apenas 22 años y venía de jugar el Mundial de 1930 en el que había convertido tres goles. Fue uno de los jugadores que escribió la historia grande del club.

Cuando iniciaba la década del 30, Argentina también iniciaba la etapa del fútbol profesional, fue en ese entonces que River se ganó el apodo de Millonario por dos compras que revolucionaron el mercado de pases de su época. En 1931 la dirigencia decidió pagar 10 mil pesos por el pase de Carlos Peucelle, cifra escandalosa para el momento y, un año más tarde, redobló la apuesta al traer a Bernabé Ferreyra por 35 mil pesos.

Nació un 13 de septiembre de 1908 en el barrio porteño de Barracas. De chico se había probado en Boca y fue aceptado pero como consecuencia de las trabas burocráticas se fue a clubes más chicos e incluso llego a jugar en dos equipos diferentes al mismo tiempo. Como cada asociación jugaba sus partidos en diferentes horarios, Peucelle aprovechaba para hacerlo en San Telmo y en Sportivo Barracas. Era un jugador de buena altura. Su gran estado físico le permitía jugar en alta competencia en distintos equipos pero era muy desaliñado y tenía una gambeta muy rara y endiablada que confundía a los rivales, de ahí que nadie dudó en su apodo. Carlos “Barullo” Peucelle era la imagen del potrero argentino, camiseta fuera del pantalón, medias caídas, pelo desaliñado. Él, sólo tenía una preocupación: su juego.

Su puesto original era por la derecha del ataque, pero su capacidad para leer los partidos y su talento técnico lo llevaban a moverse constantemente por distintos sectores del campo de juego. Era capaz de bajar hasta la mitad de la cancha e incluso terminar en la defensa si notaba que las cosas se ponían complicadas para su equipo. En River, donde vivió su etapa más fructífera, jugó 307 partidos, hizo 113 goles y obtuvo cuatro títulos: 1932, 1936, 1937 y 1941, siendo la figura más destacada del equipo. Se retiró un año más tarde tras ganar su último campeonato. Permaneció en Núñez hasta 1949, período en el que se dedicó a trabajar en las divisiones inferiores del club.

Además de jugador, fue técnico algo que se notaba desde adentro del campo de juego cuando aún no había decidido colgar los botines. Desde afuera de la línea de cal también supo ganar títulos. Obtuvo 3 como técnico auxiliar de Renato Cesarini. Todos reconocen a Cesarini como el técnico de La Máquina pero consideran a Peucelle como su mentor porque fue él quien cambió de posiciones a Félix Loustau y a Adolfo Pedernera. A Loustau lo puso de wing izquierdo y decidió sacar de la punta a Pedernera y tirarlo al medio, como eje del ataque.

Siempre estuvo ligado al fútbol y le regaló a River la formación de jugadores como Di Stéfano, Pipo Rossi, Amadeo Carrizo y Pinino Más.
Carlos “Barullo” Peucelle, un Maestro como lo describieron muchos de los jugadores que lo conocieron, falleció el 1° de Abril de 1990 a los 81 años.[/i]

River desde la Tribuna

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[b]Renato Cesarini

Al Maestro con cariño[/b]

[i]Hubo dos personas importantísimas en la construcción de la Maquina, uno fue Carlos Peucelle, el otro fue el encargado de dar las órdenes fuera del campo de juego: Renato Cesarini. Él, además de dirigir y ser campeón con la Máquina, dejó grabado a fuego su estilo en la formación de jugadores y el buen juego, claves que siguen distinguiendo a la escuela Millonaria.

Renato Cesarini, nació en Ancona, Italia, en 1906. Durante esa época, Argentina se había convertido en un país muy atractivo para aquellos imnigrantes que buscaban un futuro mejor para ellos y su familia. Es por eso que toda la familia Cesarini había decidió trasladarse al país, más precisamente a la Ciudad de Buenos Aires, donde luego nacería el romance con la pelota. El “Tano” cruzó el océano con tan solo 3 meses de vida.

Sus primeros pasos como futbolista los dio jugando en un equipo de barrio, en el Borgata de Palermo, sin embargo su debut como profesional se dio en Chacharita en 1925. Permaneció en el equipo de San Martin dos años, para luego pasar al Club Alvear, a Ferro Carril Oeste y a Midland, quedándose en los tres equipos 1 año. En 1929, decidió volver al equipo en el que había dado su primer paso como profesional, Chacarita. Esto, no fue un retroceso en su carrera sino que por el contrario le permitió dar el salto al fútbol grande del Viejo Continente. El buen campeonato que tuvo ese año hizo que los ojos de uno de los gigantes de Italia se posaran en él, así es que fue transferido a la Juventus.

En la “Vecchia Signora” jugó 129 partidos y convirtió 46 goles, ganando el Quinteto de Oro de la Serie A. En diciembre de 1935 vuelve a Argentina para jugar de nuevo en Chacarita. Jugó 8 partidos y metió 3 goles. En junio de 1936, River compra sorpresivamente a Renato Cesarini. En River disputó 23 partidos y concretó 7 goles en un año. Bicampeón por primera vez en la historia de la Banda (36 y 37), su gran virtud en la delantera fue, más que su capacidad goleadora, el acompañamiento durante los primeros pasos del Charro Moreno y Adolfo Pedernera, que serían el futuro de la Máquina, los cracks de la Máquina.

Fue un futbolista de gran influencia sobre el grupo de jugadores y sus ideas innovadoras, producto de su experiencia europea, lo convirtieron en un referente ineludible, tanto que tras su retiro, en 1937, pasó a ser el guía táctico de ese grupo de jugadores que un tiempo atrás había tenido como compañeros. Dos años después, Cesarini, junto a su compadre Carlos Peucelle, se ponen al frente del equipo. Como técnicos, moldearon La Máquina, tal vez el más maravilloso equipo de fútbol de todos los tiempos. No solo ganaron campeonatos: 3 estando Cesarini al frente, en 1941, 1942 y 1945; año en que José María Minela se ponía al frente del planten Millonario luego de que Cesarini diera un paso al costado, sino que mostraron en nuestras canchas una nueva manera, más veloz, más lujosa, más efectiva y más divertida de jugar al fútbol.

Era un gran táctico y estratega, era un estudioso del fútbol, se interesaba por los problemas tácticos y técnicos del fútbol. Su trabajo se basaba en la docencia y en el continuo consejo a los pibes, no bastaba hacer buenos jugadores que conocieran los secretos del juego sino que había que convertirlos en grandes futbolistas que dejaran el alma por River Plate. Creó un mística, les inculcó ser parte de una historia, ser parte del Más Grande, perdurar en el tiempo a través de sus logros deportivos con “La Banda”. No por casualidad los jugadores le decían Maestro y no por nada, el recuerdo que tiene el fútbol de él están más relacionadas con la dirección técnica que con el glorioso futbolista.

El Tano fue un ganador pero, además de títulos, dejó algo más profundo en River: su identidad. Nueve años después de su muerte, Ermindo Onega (otro apadrinado por el Maestro) cofundó el Club Renato Cesarini en Rosario, escuela amateur dedicada a la formación de futbolistas de primer nivel. Entre sus alumnos, destacan Santiago Solari, Javier Mascherano y Martín Demichelis, tres que a River , también, le dieron mucho.[/i]

River desde la Tribuna

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Walter Gómez

Crack desde la cuna

[i]“…La gente ya no come… por ver a Walter Gómez…”. Ese era el cantito que la hinchada le dedicaba al uruguayo domingo a domingo cuando salía a la cancha para jugar con la camiseta del Más Grande y deleitar a todo el público con su juego.

Walter Gómez, nació en Montevideo, Uruguay, el 17 de diciembre de 1927. Fue un crack desde la cuna. Lo fue siempre desde que empezó a patear las primeras pelotas en los potreros montevideanos, donde su hermano Washington, dos años mayor, lo perseguía para que jugase de centrodelantero hasta que se consagró como futbolista profesional.

La primera vez que viajó a Buenos Aires tenía 17 años. Había cruzado el charco para jugar en el Viejo Gasómetro de Avenida La Plata, con la selección uruguaya, y deslumbró a todos. Tanto, que en aquel duelo contra la Argentina, el 15 de agosto del 45, los argentinos lo ovacionaron de pie cuando fue reemplazado en el segundo tiempo después de recibir un pelotazo en la nariz que le impidió continuar en el partido. Había comenzado a dejar un sello. Él fue el responsable de que en el Monumental se escuchara por primera vez el tradicional grito de “u-ru-guayo, u-ru-guayo” que después se volvió un clásico canto de agradecimiento para cada oriental que supo triunfar en nuestro fútbol.

Llegó a River en 1950 de la mano de Antonio Liberti. El entonces presidente de River tenía la dura tarea de convencer a los dirigentes de Nacional y lograr contratarlo. Una suspensión de un año por haber participado en incidentes en un clásico ante Peñarol le impidió ese año jugar el Mundial de Brasil.

Era un jugador habilidoso que llegó a Núñez justo cuando River decidió transferir a Alfredo Di Stefano, otro fenómeno de la época. El día de su debut con la banda roja, el 2 de abril de 1950, hizo un gol al minuto de juego. Esa tarde River venció a Newell’s por 2 a 0 en Rosario. Todo un presagio de los 74 tantos que vendrían después. Su carrera como futbolista había comenzado como insider derecho (el número 8 actual), pero su mejor producción llegó cuando se ubicó como centrodelantero. Desde esa posición y con un estilo de definidor implacable, logró meterse en la historia del club Más Grande. Es que Walter es el segundo goleador extranjero de la historia de River detrás, nada más ni nada menos, que de otro gran uruguayo como es Enzo Francescoli.

Le tocó formar parte de equipos con grandes jugadores, a su lado había apellidos como el de Prado, Labruna y Loustau pero Gómez nunca decepcionó. Al contrario, demostró siempre lo que era capaz de hacer. Por eso es que esa delantera es recordada como la “Segunda Máquina”.

Entre 1950 y 1955 jugó 140 partidos y convirtió 75 goles, cinco de ellos a nuestro clásico rival, Boca. En el Monumental dio tres vueltas olímpicas, ganó los campeonatos de 1952, 1953 y 1955. Después de eso le tocó pegar el salto al fútbol europeo para jugar en Italia. También llevó su fútbol a Colombia y Venezuela, donde se retiraría en 1964.

Nunca más pudo dejar la Argentina, donde volvió a vivir, para quedarse por siempre en Banfield. Montado en una idolatría que en estos tiempos parece irrecuperable, Gómez se constituyó en el hombre que abrió las puertas del fútbol argentino para la llegada de innumerable cantidad de jugadores uruguayos.

Así era Walter Gómez un jugador que supo enamorar a la gente de River y que falleció un 04 de marzo de 2004 a los 76 años víctima de una afección pulmonar.[/i]

River desde la Tribuna

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