Trezeguet: "River me devolvió la pasión"

“River me devolvió la pasión”

Trezeguet cuenta que está viviendo Emociones que jamás sintió. Por qué lo impactó más Gallardo que Zidane. Su relación con Cavenaghi-Chori. Sus consejos a los pibes. Imperdible.

-¿Con qué Argentina te encontraste, David?
-Acá se vive a otra velocidad. En Europa y Emiratos Arabes estaba acostumbrado a otra cosa, porque viví en ciudades como Montecarlo, Torino, Alicante o Dubai, que no son tan grandes y donde no había caos automovilístico ni piquetes. Recién ahora, después de tres meses, me estoy adaptando al caos de Buenos Aires, ja. Porque encima, en River nos entrenamos en distintos puntos: Benavídez, Ezeiza, Núñez… Pero tengo clara una cosa: vine a jugar al fútbol, independientemente de la situación que se vive en el país, sobre todo en lo social. Y me estoy integrando en perfectas condiciones. Ya pude instalarme en una casa y completar todas las documentaciones.

-¿Trajiste a tu familia?
-No, me vine solo porque todo se dio muy rápido. Para mí fue un cambio importante volver a Argentina y por eso la familia hará ida y vuelta provisoriamente. Fue difícil hacer un cambio ya porque mis hijos, que tienen tres y 11 años, van al colegio en Francia y allá están en plena etapa de clases. Igual, hace unas semanas estuvieron acá con mi esposa por 15 días. Estaba previsto que durante los primeros meses fuera un poco caótico…

-¿Cuántos idiomas habla tu hijo mayor?
-En mi familia siempre se habló castellano, porque mi esposa es española, y en el colegio habla francés. Pero ya tiene el chip en la cabeza y sabe con quién tiene que hablar cada idioma. El tiene buena relación con mi familia y mis amigos de acá, que eso para mí es importante. Siempre tuve como prioridad que mis hijos vengan constantemente a la Argentina para que tengan contacto con parte de su sangre.

-¿Qué familiares tenés hoy en el país?
-Mis padres están radicados en Montecarlo, pero acá están sus familias. Somos de Vicente López y por eso me instalé en la avenida Del Libertador, del lado de Capital y cerca de General Paz, para tener un acceso fácil a ellos y porque me queda cómodo para ir hacia los lugares de entrenamiento. A mí me gusta volver al barrio después de los partidos, estar con mi familia, y viene gente a casa todo el tiempo para que les firme las camisetas, para charlar… Yo sigo haciendo lo normal sin darme cuenta de lo que se puede generar mismo en el barrio, viste. Porque ya no soy el pibe que viene de Europa de vacaciones: ahora ya estoy acá y soy jugador de River.

-¿Quiénes te ayudan en la adaptación?
-Acá tengo a mis mejores amigos, de la escuela y de la adolescencia. Yo crecí entre Florida y Villa Martelli, la escuela Dorrego en primaria y la secundaria en Zufriategui y Paraguay… Hice grandes amigos, sobre todo Cristian Amodeo. El me acompañó cuando me instalé en Italia porque es importante tener alrededor a gente de confianza que te dé una opinión diferente. Ahora se volvió conmigo y además tengo otros amigos a los que conozco desde el jardín de Infantes. Ellos me sirven como compañía y se ocupan de mis cosas personales. Los amigos son pocos pero hay que tenerlos cerca.

-¿Llevás una vida social normal o te recluís?
-Salgo, me gusta. Es importante tener una vida social más allá del fútbol, y más con la presión que se ve hoy en River. Salir a cenar con familiares y amigos, a conocer lugares, ir al cine… Hacer la actividad normal de cualquier persona, seguramente con un poco más de tranquilidad y equilibrio, y sabiendo adónde uno tiene que ir.

-¿Cómo te protegés de la inseguridad?
-Siempre estoy escuchando los consejos de mis compañeros, pero miedo no tengo. También es la tele la que te informa y te aterroriza al mismo tiempo, ¿no? Hay que tener cuidado donde uno se mueve, los horarios. El tema de la inseguridad es tal vez el punto negativo de la Argentina. Pero hay que adaptarse y tratar de prevenir.

-Suena raro que una estrella del fútbol mundial se mueva con tanta naturalidad en este país.
-Es que mis raíces son argentinas. Me terminé de formar en lo futbolístico y humano en Europa, pero crecí acá. O sea que yo sabía a lo que venía y con qué me iba a encontrar.

-¿Te cuesta acostumbrarte a la efusividad del hincha de River?
-Lo único que puede llegar a molestarme, cuando estoy en familia, es el insulto por la rivalidad que hay en el país entre un equipo y otro, o esa especie de invasión o pesadez. Pero de mi parte hay mucha disponibilidad con la gente. Cuando es el momento y está la posibilidad, no hay ningún problema en dar un autógrafo o una foto. Yo siempre tuve una relación muy buena con la gente de Argentina, porque me aprecian por lo que logré afuera. Aunque es verdad que con los hinchas de River se creó una relación muy importante, porque hay un fanatismo total, sobre todo en este año atípico.

-¿Ya te pasó que algún hincha te interrumpiera una cena, por ejemplo?
-Me ha pasado, sí. Pero no es algo nuevo para mí: me pasaba constantemente en Italia, porque allá la gente también es muy efusiva. Lo más raro fue después del partido con Defensa y Justicia, cuando fui a una parrilla cerca de donde estoy viviendo y justo salía la gente del recital de Roger Waters. Se armó un revuelo, pero no hubo ningún inconveniente porque se daba el momento: estaba comiendo algo simple con un amigo, la gente vino e intercambiamos algunas palabras. Bien. En la intimidad a veces puede llegar a molestar, pero hasta ahora va todo bien.

-¿Volver a vivir eso fue el motivo de tu vuelta?
-Sí. Quería volver a sentir esto. Había tenido un año un poco negativo en España y después esos tres meses en Emiratos… Pero también fue una cuestión de hincha. El fútbol es pasión. Y yo en River recuperé la pasión. River me la devolvió. Recuperé levantarme a las 7 de la mañana e ir contento al entrenamiento o vivir los partidos de una manera muy intensa. Me están pasando cosas que, en lo emocional, no había vivido: estoy muy tranquilo hasta que viajamos hacia el estadio y veo la cantidad de gente, los colectivos que están yendo a la cancha, los Borrachos del Tablón que entran… Se crea un ambiente por el que vos decís ‘el fútbol es esto´. Y se vive ese nerviosismo positivo antes de salir a la cancha que creo que es muy importante.

-¿Hacía mucho que no sentías esos nervios?
-Sí, sí. Durante la semana trabajamos con tranquilidad, la gente no nos viene a crear ningún tipo de presión… Pero pasamos de esa tranquilidad al día del partido, que es impresionante porque River moviliza 50 mil personas como si nada y todo eso te genera lo que contaba antes. Y para mí, en lo personal, es muy bueno esto.

-¿Qué te sorprendió del mundo River?
-Si bien siempre lo hubo, pienso que el hecho de estar jugando en la B Nacional generó un fanatismo mayor todavía. Lo hablo con compañeros que tienen experiencia en el club y me dicen que lo que están viviendo en este momento es único. Para mí es nuevo, pero lo que noto es que hay una presión importante y difícil al mismo tiempo. Porque hay muchos pibes que están viviendo una presión diferente a la que se acostumbra en River y porque el objetivo, tratar de volver enseguida a Primera, es diferente.

-¿Y con tu experiencia, cómo vivís esa presión?
-Muy bien. Había perdido eso. Ya empezaba a molestarme tener que ir a entrenarme o tener otras ideas, como empezar el curso de técnico o hablar con un amigo para hacer algo en un futuro inmediato… Ahí me dije que necesitaba cambiar. Y el click fue cuando me invitaron a una fiesta religiosa del mundo árabe en Argentina y acompañé a una gente de Emirates Airlines que vino a firmar el acuerdo por el viaje Dubai-Buenos Aires.

-¿Qué te pasó ahí?
-Fui a ver varios partidos: Defensores de Belgrano-Italiano, Platense-Tristán Suárez, Vélez-Boca… No pude ver a River porque justo jugaba en Jujuy. Ver el ambiente del fútbol en la Argentina y comparar lo que estaba jugando yo… Dije: ‘es una cosa u otra’. Y por eso volví. Entonces, esta presión para mí es positiva, porque era lo que buscaba y necesitaba.

-¿Qué darías por ascender con River?
-Vine para eso. River es un equipo de Primera y tiene que volver a Primera. Esto que esta pasando es algo atípico en su historia y atípico en el fútbol en sí. Nadie está contento de que River esté en la B, porque el fútbol perdió. Hoy, televisivamente, la B Nacional está al mismo nivel que la A y hasta parece más atractivo el campeonato de la B. Por eso hay equipos que tienen que volver de manera urgente, como River, Central, Gimnasia, Quilmes… Son de Primera.

-¿Cómo te llevás con Cavenaghi y el Chori, los referentes del plantel?
-Hay una buena relación. Del grupo eran los que conocía, no en lo personal pero por nombre, porque el Chori jugaba en Valencia y Fernando en Burdeos. Y fueron los jugadores en los que me recosté más en los primeros instantes, pero después de a poco se me fueron acercando todos y yo me fui integrando también, desde los más jóvenes a los más grandes. Hay una buena relación con todos. Veo un grupo unido, un grupo sano. River es un club muy mediático dentro y fuera del fútbol y el grupo creó una caparazón para no dejar entrar las malas ondas. Eso es bueno.

-¿Esperabas un torneo tan parejo?
-Es un campeonato duro, pero siempre pongo como ejemplo la experiencia de jugar con la Juve en la B, donde arrancamos con menos 17 puntos y nuestra idea fue no reflexionar demasiado, tratar de ir a los partidos, jugar sin pensar tanto en los rivales… Eso puede ayudar. Por ahora las cosas están yendo por un rumbo justo, independientemente de lo que se hablaba de que River tendría que estar 20 puntos arriba del resto.

-¿Qué equipos te parecen los mejores?
-Me gustó Defensa y Justicia porque fue el que más propuso. Quilmes me gusta mucho pero contra nosotros no propuso tanto. Y con Instituto, Central y Gimnasia nos vamos a disputar el ascenso.

-¿En Europa eras de hablar de River con tus compañeros?
-Sí, River estaba siempre en las charlas. Además, en el Monaco jugué con Gallardo y teníamos un diálogo constante sobre el club. Y lo mismo con Salas en la Juventus, donde tuve compañeros que jugaron la Copa Intercontinental del 96 contra River, como Del Piero y Deschamps.

-¿Y con Zidane charlaste sobre Francescoli?
-Sí, sí. A Zizou siempre le gustó la calidad del fútbol sudamericano, porque su técnica era más de sudamericano que de europeo. La historia de Enzo lo marcó mucho y cuando te ponés a hablar de eso con Zizou se nota, porque más allá de lo que marcó en el fútbol, a Francescoli lo ve como su ídolo, algo muy similar a lo que me pasó a mí con Gabriel Batistuta.

-¿Y a quién admirabas en tu época de hincha?
-De River, para mí fue muy importante jugar con Gallardo. Porque si bien es apenas un año más grande, a Marcelo lo tenía como ídolo por ese River que ganó todo y era un equipazo. Entonces, cuando vino al Monaco me impresionaba. Marcelo está en mi top ten de jugadores con los que tuve la posibilidad de jugar. Y después estuve muy contento cuando el Matador Salas fue a la Juventus. Me impactó más un Gallardo o un Salas que un Del Piero o el mismo Zidane porque mi relación con ellos era de hincha, de que vestían la camiseta de River. Me impresionaron porque a ellos yo los veía por la tele…

-¿Quién fue el mejor con el que jugaste?
-Hubo varios. En el Monaco me gustó mucho la delantera que armamos con Gallardo, Marco Simone y Giuly. Un cuarteto muy bueno, igual que el de la Juve con Camoranesi, Nedved e Ibrahimovic, quien me sorprendió. Con Del Piero quedamos como los goleadores históricos de la Juventus. Y en Francia, además de Zidane, me gustaba mucho Djorkaeff, y con Henry tuvimos una época muy buena… -¿A quiénes mantenés como amigos? -Tengo una muy buena relación con la generación de Francia del 98 y del 2002. Eran más grandes que yo y hoy la mayoría son entrenadores, como Deschamps, Blanc, Barthez… También mantengo relación con Henry y Vieira a pesar de la distancia, porque éramos los más pibes de ese equipo, crecieron conmigo y se creó una linda amistad.

-¿Alguno te dijo “estás loco” por venir a River?
-No, no, para nada. Ellos sabían y palpaban que River podía ser mi destinación (sic) en algún momento. No les pregunté lo que pensaban, pero no fue sorpresa que viniera a River. Y mismo en Francia: a nivel mediático fue algo normal. Porque con Francia siempre hubo una relación de adopción y de respeto, pero lo mío es Argentina.

-¿A quién traerías de tus ex compañeros?
-El único que una vez me dijo que le hubiese gustado tener la experiencia fue Edgar Davids. Es un apasionado del fútbol argentino y brasileño, y le hubiese gustado venir a River. Pero al resto no creo.

-¿Sos el libro de los movimientos del 9, como dijo Almeyda?
-Aprendí mucho. Me fui con una base importante de Argentina y la terminé de desarrollar en Europa. Pero aprendí mucho porque trabaje mucho también. Mi consejo más importante para los jóvenes es el del entrenamiento, el de quedarse un rato más, perfeccionarse cada uno en lo suyo, en lo que más le gusta y en lo que más sabe. Esa fue siempre mi línea. Yo tuve la posibilidad de jugar con gente como Henry o Anelka, que uno iba a 200 por hora y el otro, a 250. Y yo voy a 50. Pero me perfeccionaba en lo mío, adentro del área, de zurda, de derecha, de cabeza, en tratar de encontrar la velocidad en la cabeza que no tenía en las piernas. En Italia también fue lo mismo y lo sigo haciendo, porque pienso que eso es fundamental en un jugador de un equipo grande.

-¿Qué técnico te enseñó más de tu puesto?
-En mis primeros pasos como profesional en Platense tuve la suerte de encontrar a Ricardo Rezza como técnico, que fue uno de los primeros en aplicar lo que después conocí en Europa: el trabajo individual, dividido entre delanteros, defensores y mediocampistas… También me gusta mucho visualizar. De chico visualizaba lo bueno de cada jugador, pero después empecé a visualizar también lo malo, y de eso se aprende. Cuando fui a Francia, que tiene una escuela de formación importantísima, conocí a (Jean) Tigana, que me hacía quedar todos los días después del entrenamiento. Y lo bueno era que había disponibilidad de todos; yo me quedaba pero el que tiraba los centros me decía “yo me quedo con vos”, y el arquero también… Entonces era algo grupal, no era un peso quedarse sino que era lindo. En Italia era peor porque cada uno se perfeccionaba más en lo suyo: Del Piero se quedaba con 100 pelotas a patear tiros libres, pero sin arquero y se ponía una barrera, Zidane hacía lo mismo y tres o cuatro nos quedábamos a tirar adelante del arco… Por ahí era menos de amigo pero más profesional. De una manera o de otra, eso siempre es bueno.

-¿Acá falta eso?
-Falta, falta. De a poco lo estamos empezando a hacer, este cuerpo técnico está empezando a trabajar en forma individual. Es algo que hay que implementar y ponerles en la cabeza a los más chicos que esto es parte del trabajo, que sea una costumbre. Mi consejo es para el después, porque cuando uno de estos chicos tenga la posibilidad de ir a jugar a Europa, a un equipo grande, no hay tiempo. Ahí te esperan un partido y si no estás bien, te mandan a préstamo a otro lado o de vuelta para acá. En Europa te pagan para hacer lo que ya tenés que saber. Después esta la perfección, pero hay mucho menos paciencia que acá.

-¿Qué te parece Funes Mori como delantero?
-Lo veo muy bien. Para un delantero central es importante un jugador de sus características, porque se mueve mucho, es bueno técnicamente. Está en pleno crecimiento y pienso que tiene armas para ser en un futuro el 9 o la segunda punta de River.

-¿Tenés charlas futbolísticas con él?
-Hablo, sí, hablo, le doy ciertos consejos. Aunque tanto él como el hermano son muy callados, muy serenos. Mis puertas siempre estuvieron y están abiertas para cualquier consejo o intercambio que pueda haber en lo futbolístico.

-¿Cómo te cuidás afuera de la cancha?
-Vengo una horita antes a trabajar con los kinesiólogos todo lo que es rodilla y tobillo, y me gusta quedarme después de los entrenamientos. En la alimentación trato de variar, siempre tuve esa línea. Y a medida que va pasando el tiempo, es fundamental descansar.

-¿Comés asados?
-Sí, claro, pero no los hago yo, ja. Me gusta que me los hagan. Pero sí, nos juntamos a comer asados, es algo tradicional argentino. Acá la alimentación es muy diferente: se come más fuerte, ja.

-¿Debés controlarte?
-Estuve atento apenas vine, y fue importante hacer una buena pretemprada para perder unos kilos de más. Por lo que mido y por mi edad debo tener cuidado, pero tampoco es que me esté privando mucho porque nunca tuve problemas de peso.

-¿En Francia cantabas la Marsellesa? Porque a Messi acá se lo criticó por no cantar el Himno.
-No, no. Mi caso era distinto porque yo crecí 18 años en Argentina y no sentía cantar La Marsellesa, pero no era una falta de respeto. Me parecía más hipócrita cantarla sin un sentimiento que no cantarla. Esto fue respetado en Francia. Igual en cuanto a lo que es el juego, esto del himno es indiferente, y en eso Messi es indiscutible.

-¿Qué es lo que más te sorprende de Messi?
-Que es el mejor del mundo, ganó tres balones de oro, tiene 800 goles (sic), y agarra la pelota y queda mano a mano contra el arquero seis o siete veces por partido. Se destaca entre otros diez cracks. Barcelona es un equipo brillante, tanto que hoy el Real Madrid es uno de los mejores del mundo y vive en la oscuridad del Barcelona. Si no hubiese estado el Barsa, Mourinho hubiese ganado diez veces más de lo que ganó. El Barcelona es el karma de Mourinho.

-¿Conocés a Mourinho?
-No. Pero todos me hablaron muy bien de él: los jugadores del Porto, del Chelsea, del Real… Hace su pretemporada todo con pelota, tiene mucho diálogo con los jugadores y es un gran motivador. Después su táctica de exponerse con la prensa para absorber la responsabilidad él, se fue descubriendo con el tiempo. Mourinho es un ganador, cuyo único objetivo es ganar la Liga de campeones o un Mundial, lo mismo que Guardiola.

-¿Has hablado con Pep?
-Sí, con Guardiola hablé mucho porque estuve dos veces a punto de ir a Barcelona. La primera, cuando fue Eto’o: tenía todo arreglado pero Capello llegó a la Juve y me convenció de quedarme. Tres años después surgió otra posibilidad y aunque tenía como prioridad a Adebayor, me dijo si quería ir y la Juve no quiso. No se dio. Pero Guardiola se adaptó a un equipo espectacular, es un tipo que habla cinco idiomas, abierto, joven… Hoy eso es muy importante en el fútbol, la gente joven, por el recambio de mentalidad. Hay que evolucionar.

-¿Almeyda se parece a Guardiola o Mourinho?
-No, a Matías lo veo muy a la italiana por sus métodos de trabajo. Divide las tareas por grupos, trabaja mucho el aspecto táctico, la pelota parada. Eso lo fue asimilando en Italia, pero lo bueno es que no limita la libre expresión del jugador técnico, lo deja jugar, no le está dando indicaciones todo el tiempo. Y es importante que no sea todo tan medido.

-¿Lo ves como futuro DT de la Selección?
-En los últimos tiempos, en Argentina no se siguió una línea con el entrenador. Se cambió constantemente tratando de encontrar soluciones que nunca llegaron. Para llegar a la Selección, Matías necesita títulos. Y ojalá que pronto en River logre el primero. Es el objetivo de todos.

“River me devolvió la pasión” | Olé | Diario Deportivo

“River me devolvió la pasión”

Trezeguet cuenta que está viviendo Emociones que jamás sintió. Por qué lo impactó más Gallardo que Zidane. Su relación con Cavenaghi-Chori. Sus consejos a los pibes. Imperdible.

-¿Con qué Argentina te encontraste, David?
-Acá se vive a otra velocidad. En Europa y Emiratos Arabes estaba acostumbrado a otra cosa, porque viví en ciudades como Montecarlo, Torino, Alicante o Dubai, que no son tan grandes y donde no había caos automovilístico ni piquetes. Recién ahora, después de tres meses, me estoy adaptando al caos de Buenos Aires, ja. Porque encima, en River nos entrenamos en distintos puntos: Benavídez, Ezeiza, Núñez… Pero tengo clara una cosa: vine a jugar al fútbol, independientemente de la situación que se vive en el país, sobre todo en lo social. Y me estoy integrando en perfectas condiciones. Ya pude instalarme en una casa y completar todas las documentaciones.

-¿Trajiste a tu familia?
-No, me vine solo porque todo se dio muy rápido. Para mí fue un cambio importante volver a Argentina y por eso la familia hará ida y vuelta provisoriamente. Fue difícil hacer un cambio ya porque mis hijos, que tienen tres y 11 años, van al colegio en Francia y allá están en plena etapa de clases. Igual, hace unas semanas estuvieron acá con mi esposa por 15 días. Estaba previsto que durante los primeros meses fuera un poco caótico…

-¿Cuántos idiomas habla tu hijo mayor?
-En mi familia siempre se habló castellano, porque mi esposa es española, y en el colegio habla francés. Pero ya tiene el chip en la cabeza y sabe con quién tiene que hablar cada idioma. El tiene buena relación con mi familia y mis amigos de acá, que eso para mí es importante. Siempre tuve como prioridad que mis hijos vengan constantemente a la Argentina para que tengan contacto con parte de su sangre.

-¿Qué familiares tenés hoy en el país?
-Mis padres están radicados en Montecarlo, pero acá están sus familias. Somos de Vicente López y por eso me instalé en la avenida Del Libertador, del lado de Capital y cerca de General Paz, para tener un acceso fácil a ellos y porque me queda cómodo para ir hacia los lugares de entrenamiento. A mí me gusta volver al barrio después de los partidos, estar con mi familia, y viene gente a casa todo el tiempo para que les firme las camisetas, para charlar… Yo sigo haciendo lo normal sin darme cuenta de lo que se puede generar mismo en el barrio, viste. Porque ya no soy el pibe que viene de Europa de vacaciones: ahora ya estoy acá y soy jugador de River.

-¿Quiénes te ayudan en la adaptación?
-Acá tengo a mis mejores amigos, de la escuela y de la adolescencia. Yo crecí entre Florida y Villa Martelli, la escuela Dorrego en primaria y la secundaria en Zufriategui y Paraguay… Hice grandes amigos, sobre todo Cristian Amodeo. El me acompañó cuando me instalé en Italia porque es importante tener alrededor a gente de confianza que te dé una opinión diferente. Ahora se volvió conmigo y además tengo otros amigos a los que conozco desde el jardín de Infantes. Ellos me sirven como compañía y se ocupan de mis cosas personales. Los amigos son pocos pero hay que tenerlos cerca.

-¿Llevás una vida social normal o te recluís?
-Salgo, me gusta. Es importante tener una vida social más allá del fútbol, y más con la presión que se ve hoy en River. Salir a cenar con familiares y amigos, a conocer lugares, ir al cine… Hacer la actividad normal de cualquier persona, seguramente con un poco más de tranquilidad y equilibrio, y sabiendo adónde uno tiene que ir.

-¿Cómo te protegés de la inseguridad?
-Siempre estoy escuchando los consejos de mis compañeros, pero miedo no tengo. También es la tele la que te informa y te aterroriza al mismo tiempo, ¿no? Hay que tener cuidado donde uno se mueve, los horarios. El tema de la inseguridad es tal vez el punto negativo de la Argentina. Pero hay que adaptarse y tratar de prevenir.

-Suena raro que una estrella del fútbol mundial se mueva con tanta naturalidad en este país.
-Es que mis raíces son argentinas. Me terminé de formar en lo futbolístico y humano en Europa, pero crecí acá. O sea que yo sabía a lo que venía y con qué me iba a encontrar.

-¿Te cuesta acostumbrarte a la efusividad del hincha de River?
-Lo único que puede llegar a molestarme, cuando estoy en familia, es el insulto por la rivalidad que hay en el país entre un equipo y otro, o esa especie de invasión o pesadez. Pero de mi parte hay mucha disponibilidad con la gente. Cuando es el momento y está la posibilidad, no hay ningún problema en dar un autógrafo o una foto. Yo siempre tuve una relación muy buena con la gente de Argentina, porque me aprecian por lo que logré afuera. Aunque es verdad que con los hinchas de River se creó una relación muy importante, porque hay un fanatismo total, sobre todo en este año atípico.

-¿Ya te pasó que algún hincha te interrumpiera una cena, por ejemplo?
-Me ha pasado, sí. Pero no es algo nuevo para mí: me pasaba constantemente en Italia, porque allá la gente también es muy efusiva. Lo más raro fue después del partido con Defensa y Justicia, cuando fui a una parrilla cerca de donde estoy viviendo y justo salía la gente del recital de Roger Waters. Se armó un revuelo, pero no hubo ningún inconveniente porque se daba el momento: estaba comiendo algo simple con un amigo, la gente vino e intercambiamos algunas palabras. Bien. En la intimidad a veces puede llegar a molestar, pero hasta ahora va todo bien.

-¿Volver a vivir eso fue el motivo de tu vuelta?
-Sí. Quería volver a sentir esto. Había tenido un año un poco negativo en España y después esos tres meses en Emiratos… Pero también fue una cuestión de hincha. El fútbol es pasión. Y yo en River recuperé la pasión. River me la devolvió. Recuperé levantarme a las 7 de la mañana e ir contento al entrenamiento o vivir los partidos de una manera muy intensa. Me están pasando cosas que, en lo emocional, no había vivido: estoy muy tranquilo hasta que viajamos hacia el estadio y veo la cantidad de gente, los colectivos que están yendo a la cancha, los Borrachos del Tablón que entran… Se crea un ambiente por el que vos decís ‘el fútbol es esto´. Y se vive ese nerviosismo positivo antes de salir a la cancha que creo que es muy importante.

-¿Hacía mucho que no sentías esos nervios?
-Sí, sí. Durante la semana trabajamos con tranquilidad, la gente no nos viene a crear ningún tipo de presión… Pero pasamos de esa tranquilidad al día del partido, que es impresionante porque River moviliza 50 mil personas como si nada y todo eso te genera lo que contaba antes. Y para mí, en lo personal, es muy bueno esto.

-¿Qué te sorprendió del mundo River?
-Si bien siempre lo hubo, pienso que el hecho de estar jugando en la B Nacional generó un fanatismo mayor todavía. Lo hablo con compañeros que tienen experiencia en el club y me dicen que lo que están viviendo en este momento es único. Para mí es nuevo, pero lo que noto es que hay una presión importante y difícil al mismo tiempo. Porque hay muchos pibes que están viviendo una presión diferente a la que se acostumbra en River y porque el objetivo, tratar de volver enseguida a Primera, es diferente.

-¿Y con tu experiencia, cómo vivís esa presión?
-Muy bien. Había perdido eso. Ya empezaba a molestarme tener que ir a entrenarme o tener otras ideas, como empezar el curso de técnico o hablar con un amigo para hacer algo en un futuro inmediato… Ahí me dije que necesitaba cambiar. Y el click fue cuando me invitaron a una fiesta religiosa del mundo árabe en Argentina y acompañé a una gente de Emirates Airlines que vino a firmar el acuerdo por el viaje Dubai-Buenos Aires.

-¿Qué te pasó ahí?
-Fui a ver varios partidos: Defensores de Belgrano-Italiano, Platense-Tristán Suárez, Vélez-Boca… No pude ver a River porque justo jugaba en Jujuy. Ver el ambiente del fútbol en la Argentina y comparar lo que estaba jugando yo… Dije: ‘es una cosa u otra’. Y por eso volví. Entonces, esta presión para mí es positiva, porque era lo que buscaba y necesitaba.

-¿Qué darías por ascender con River?
-Vine para eso. River es un equipo de Primera y tiene que volver a Primera. Esto que esta pasando es algo atípico en su historia y atípico en el fútbol en sí. Nadie está contento de que River esté en la B, porque el fútbol perdió. Hoy, televisivamente, la B Nacional está al mismo nivel que la A y hasta parece más atractivo el campeonato de la B. Por eso hay equipos que tienen que volver de manera urgente, como River, Central, Gimnasia, Quilmes… Son de Primera.

-¿Cómo te llevás con Cavenaghi y el Chori, los referentes del plantel?
-Hay una buena relación. Del grupo eran los que conocía, no en lo personal pero por nombre, porque el Chori jugaba en Valencia y Fernando en Burdeos. Y fueron los jugadores en los que me recosté más en los primeros instantes, pero después de a poco se me fueron acercando todos y yo me fui integrando también, desde los más jóvenes a los más grandes. Hay una buena relación con todos. Veo un grupo unido, un grupo sano. River es un club muy mediático dentro y fuera del fútbol y el grupo creó una caparazón para no dejar entrar las malas ondas. Eso es bueno.

-¿Esperabas un torneo tan parejo?
-Es un campeonato duro, pero siempre pongo como ejemplo la experiencia de jugar con la Juve en la B, donde arrancamos con menos 17 puntos y nuestra idea fue no reflexionar demasiado, tratar de ir a los partidos, jugar sin pensar tanto en los rivales… Eso puede ayudar. Por ahora las cosas están yendo por un rumbo justo, independientemente de lo que se hablaba de que River tendría que estar 20 puntos arriba del resto.

-¿Qué equipos te parecen los mejores?
-Me gustó Defensa y Justicia porque fue el que más propuso. Quilmes me gusta mucho pero contra nosotros no propuso tanto. Y con Instituto, Central y Gimnasia nos vamos a disputar el ascenso.

-¿En Europa eras de hablar de River con tus compañeros?
-Sí, River estaba siempre en las charlas. Además, en el Monaco jugué con Gallardo y teníamos un diálogo constante sobre el club. Y lo mismo con Salas en la Juventus, donde tuve compañeros que jugaron la Copa Intercontinental del 96 contra River, como Del Piero y Deschamps.

-¿Y con Zidane charlaste sobre Francescoli?
-Sí, sí. A Zizou siempre le gustó la calidad del fútbol sudamericano, porque su técnica era más de sudamericano que de europeo. La historia de Enzo lo marcó mucho y cuando te ponés a hablar de eso con Zizou se nota, porque más allá de lo que marcó en el fútbol, a Francescoli lo ve como su ídolo, algo muy similar a lo que me pasó a mí con Gabriel Batistuta.

-¿Y a quién admirabas en tu época de hincha?
-De River, para mí fue muy importante jugar con Gallardo. Porque si bien es apenas un año más grande, a Marcelo lo tenía como ídolo por ese River que ganó todo y era un equipazo. Entonces, cuando vino al Monaco me impresionaba. Marcelo está en mi top ten de jugadores con los que tuve la posibilidad de jugar. Y después estuve muy contento cuando el Matador Salas fue a la Juventus. Me impactó más un Gallardo o un Salas que un Del Piero o el mismo Zidane porque mi relación con ellos era de hincha, de que vestían la camiseta de River. Me impresionaron porque a ellos yo los veía por la tele…

-¿Quién fue el mejor con el que jugaste?
-Hubo varios. En el Monaco me gustó mucho la delantera que armamos con Gallardo, Marco Simone y Giuly. Un cuarteto muy bueno, igual que el de la Juve con Camoranesi, Nedved e Ibrahimovic, quien me sorprendió. Con Del Piero quedamos como los goleadores históricos de la Juventus. Y en Francia, además de Zidane, me gustaba mucho Djorkaeff, y con Henry tuvimos una época muy buena… -¿A quiénes mantenés como amigos? -Tengo una muy buena relación con la generación de Francia del 98 y del 2002. Eran más grandes que yo y hoy la mayoría son entrenadores, como Deschamps, Blanc, Barthez… También mantengo relación con Henry y Vieira a pesar de la distancia, porque éramos los más pibes de ese equipo, crecieron conmigo y se creó una linda amistad.

-¿Alguno te dijo “estás loco” por venir a River?
-No, no, para nada. Ellos sabían y palpaban que River podía ser mi destinación (sic) en algún momento. No les pregunté lo que pensaban, pero no fue sorpresa que viniera a River. Y mismo en Francia: a nivel mediático fue algo normal. Porque con Francia siempre hubo una relación de adopción y de respeto, pero lo mío es Argentina.

-¿A quién traerías de tus ex compañeros?
-El único que una vez me dijo que le hubiese gustado tener la experiencia fue Edgar Davids. Es un apasionado del fútbol argentino y brasileño, y le hubiese gustado venir a River. Pero al resto no creo.

-¿Sos el libro de los movimientos del 9, como dijo Almeyda?
-Aprendí mucho. Me fui con una base importante de Argentina y la terminé de desarrollar en Europa. Pero aprendí mucho porque trabaje mucho también. Mi consejo más importante para los jóvenes es el del entrenamiento, el de quedarse un rato más, perfeccionarse cada uno en lo suyo, en lo que más le gusta y en lo que más sabe. Esa fue siempre mi línea. Yo tuve la posibilidad de jugar con gente como Henry o Anelka, que uno iba a 200 por hora y el otro, a 250. Y yo voy a 50. Pero me perfeccionaba en lo mío, adentro del área, de zurda, de derecha, de cabeza, en tratar de encontrar la velocidad en la cabeza que no tenía en las piernas. En Italia también fue lo mismo y lo sigo haciendo, porque pienso que eso es fundamental en un jugador de un equipo grande.

-¿Qué técnico te enseñó más de tu puesto?
-En mis primeros pasos como profesional en Platense tuve la suerte de encontrar a Ricardo Rezza como técnico, que fue uno de los primeros en aplicar lo que después conocí en Europa: el trabajo individual, dividido entre delanteros, defensores y mediocampistas… También me gusta mucho visualizar. De chico visualizaba lo bueno de cada jugador, pero después empecé a visualizar también lo malo, y de eso se aprende. Cuando fui a Francia, que tiene una escuela de formación importantísima, conocí a (Jean) Tigana, que me hacía quedar todos los días después del entrenamiento. Y lo bueno era que había disponibilidad de todos; yo me quedaba pero el que tiraba los centros me decía “yo me quedo con vos”, y el arquero también… Entonces era algo grupal, no era un peso quedarse sino que era lindo. En Italia era peor porque cada uno se perfeccionaba más en lo suyo: Del Piero se quedaba con 100 pelotas a patear tiros libres, pero sin arquero y se ponía una barrera, Zidane hacía lo mismo y tres o cuatro nos quedábamos a tirar adelante del arco… Por ahí era menos de amigo pero más profesional. De una manera o de otra, eso siempre es bueno.

-¿Acá falta eso?
-Falta, falta. De a poco lo estamos empezando a hacer, este cuerpo técnico está empezando a trabajar en forma individual. Es algo que hay que implementar y ponerles en la cabeza a los más chicos que esto es parte del trabajo, que sea una costumbre. Mi consejo es para el después, porque cuando uno de estos chicos tenga la posibilidad de ir a jugar a Europa, a un equipo grande, no hay tiempo. Ahí te esperan un partido y si no estás bien, te mandan a préstamo a otro lado o de vuelta para acá. En Europa te pagan para hacer lo que ya tenés que saber. Después esta la perfección, pero hay mucho menos paciencia que acá.

-¿Qué te parece Funes Mori como delantero?
-Lo veo muy bien. Para un delantero central es importante un jugador de sus características, porque se mueve mucho, es bueno técnicamente. Está en pleno crecimiento y pienso que tiene armas para ser en un futuro el 9 o la segunda punta de River.

-¿Tenés charlas futbolísticas con él?
-Hablo, sí, hablo, le doy ciertos consejos. Aunque tanto él como el hermano son muy callados, muy serenos. Mis puertas siempre estuvieron y están abiertas para cualquier consejo o intercambio que pueda haber en lo futbolístico.

-¿Cómo te cuidás afuera de la cancha?
-Vengo una horita antes a trabajar con los kinesiólogos todo lo que es rodilla y tobillo, y me gusta quedarme después de los entrenamientos. En la alimentación trato de variar, siempre tuve esa línea. Y a medida que va pasando el tiempo, es fundamental descansar.

-¿Comés asados?
-Sí, claro, pero no los hago yo, ja. Me gusta que me los hagan. Pero sí, nos juntamos a comer asados, es algo tradicional argentino. Acá la alimentación es muy diferente: se come más fuerte, ja.

-¿Debés controlarte?
-Estuve atento apenas vine, y fue importante hacer una buena pretemprada para perder unos kilos de más. Por lo que mido y por mi edad debo tener cuidado, pero tampoco es que me esté privando mucho porque nunca tuve problemas de peso.

-¿En Francia cantabas la Marsellesa? Porque a Messi acá se lo criticó por no cantar el Himno.
-No, no. Mi caso era distinto porque yo crecí 18 años en Argentina y no sentía cantar La Marsellesa, pero no era una falta de respeto. Me parecía más hipócrita cantarla sin un sentimiento que no cantarla. Esto fue respetado en Francia. Igual en cuanto a lo que es el juego, esto del himno es indiferente, y en eso Messi es indiscutible.

-¿Qué es lo que más te sorprende de Messi?
-Que es el mejor del mundo, ganó tres balones de oro, tiene 800 goles (sic), y agarra la pelota y queda mano a mano contra el arquero seis o siete veces por partido. Se destaca entre otros diez cracks. Barcelona es un equipo brillante, tanto que hoy el Real Madrid es uno de los mejores del mundo y vive en la oscuridad del Barcelona. Si no hubiese estado el Barsa, Mourinho hubiese ganado diez veces más de lo que ganó. El Barcelona es el karma de Mourinho.

-¿Conocés a Mourinho?
-No. Pero todos me hablaron muy bien de él: los jugadores del Porto, del Chelsea, del Real… Hace su pretemporada todo con pelota, tiene mucho diálogo con los jugadores y es un gran motivador. Después su táctica de exponerse con la prensa para absorber la responsabilidad él, se fue descubriendo con el tiempo. Mourinho es un ganador, cuyo único objetivo es ganar la Liga de campeones o un Mundial, lo mismo que Guardiola.

-¿Has hablado con Pep?
-Sí, con Guardiola hablé mucho porque estuve dos veces a punto de ir a Barcelona. La primera, cuando fue Eto’o: tenía todo arreglado pero Capello llegó a la Juve y me convenció de quedarme. Tres años después surgió otra posibilidad y aunque tenía como prioridad a Adebayor, me dijo si quería ir y la Juve no quiso. No se dio. Pero Guardiola se adaptó a un equipo espectacular, es un tipo que habla cinco idiomas, abierto, joven… Hoy eso es muy importante en el fútbol, la gente joven, por el recambio de mentalidad. Hay que evolucionar.

-¿Almeyda se parece a Guardiola o Mourinho?
-No, a Matías lo veo muy a la italiana por sus métodos de trabajo. Divide las tareas por grupos, trabaja mucho el aspecto táctico, la pelota parada. Eso lo fue asimilando en Italia, pero lo bueno es que no limita la libre expresión del jugador técnico, lo deja jugar, no le está dando indicaciones todo el tiempo. Y es importante que no sea todo tan medido.

-¿Lo ves como futuro DT de la Selección?
-En los últimos tiempos, en Argentina no se siguió una línea con el entrenador. Se cambió constantemente tratando de encontrar soluciones que nunca llegaron. Para llegar a la Selección, Matías necesita títulos. Y ojalá que pronto en River logre el primero. Es el objetivo de todos.

“River me devolvió la pasión” | Olé | Diario Deportivo

me ganaste de mano!.


“Matías lo veo muy a la italiana por sus métodos de trabajo. Divide las tareas por grupos, trabaja mucho el aspecto táctico, la pelota parada.”
:roll::roll:

-¿Cómo te protegés de la inseguridad?
-Siempre estoy escuchando los consejos de mis compañeros, pero miedo no tengo. También es la tele la que te informa y te aterroriza al mismo tiempo, ¿no? Hay que tener cuidado donde uno se mueve, los horarios. El tema de la inseguridad es tal vez el punto negativo de la Argentina. Pero hay que adaptarse y tratar de prevenir

Voy a tatuarme a este tipo. Ahí vengo.

Que bien declara. Lo quiero como presidente del país.

Primera vez que leo una entrevista entera sin aburrirme o molestarme. Genio.

Me parece correcto hablando, pero acá le salió algo de cassette, hace 30 partidos (incluyendo amistosos de verano) que estoy esperando que de sus frutos el TRABAJO EN EL ASPECTO TÁCTICO.

La otra vez mantuve una discusión con un pibe en el foro sobre David, que no se apuren idolotrándolo pero la verdad que no se puede. Lo vés en la cancha con esa sonrisa contagiosa, esas ganas, ese compañerismo, esa diferencia técnica por sobre el resto, el olfato goleador y la verdad que uno se rinde. Encima hasta declarando da cátedra.

Existe el amor a primera vista??? Yo creo que si…

trabaja la pelota parada :lol:

La verdad que si tenes razón debe ser un lujo tenerlo como compañero se ve que ademas de jugar bien ,de declarar bien también transmite mucho optimismo al grupo.

Un crack Trezegol, ojala lo disfrutemos un par de años.

Este tipo esta sacando todos los numeros para ser una personalidad muy importante y recordada en River, le falta mucho para idolo pero esta en el camino correcto!!!

Parece mentira que esta clase de jugador esté en ESTE River, festejando goles al lado de Vella, JM Díaz, Arano, entre tantos re contra nombrados.

Ah! una perlita

En mi próxima vida quiero ser DAVID SERGIO TREZEGUET :mrgreen:

Amo que este en River!!! Graaciias por darnos este gusto y el placer de verte en River y gritando tus goles! Nunca me imagine que esto sucederia! Al menos,no en ESTE River!

Ya salieron a putearlo por que dijo que Almeyda trabaja tacticamente en la semana?:twisted:

Gracias por todo David, sos un maestro y un EJEMPLO.

EL TREZEAMORRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRR

Impecable declarando , todo un señor.

No podes preguntarle si Almeyda se parece a Mourinho o a Guardiola :lol: Dejate de joder, el periodista le tiro un piano encima con esa pregunta, que a su vez es imposible de esquivar.

En Europa y Emiratos Arabes estaba acostumbrado a otra cosa, porque viví en ciudades como Montecarlo, Torino, Alicante o Dubai, que no son tan grandes y donde no había caos automovilístico ni piquetes.

La pasó mal David :mrgreen:

Por la forma de declarar, te das cuenta que el tipo es un distinto, uno que se distingue por encima del resto. Un tipo que aprendió tanto del fútbol le hace muchísimo bien al plantel. La parte más interesante es en la que relata lo que aprendió en Europa, la manera que tienen de trabajar individualmente, defensores, volantes y delanteros, y como se practica de una manera en Francia y de una mucho más individualista en Italia. Tiene muchísimo recorrido y se nota que en Europa se forjó y se pulió como un jugador que, como dijo Almeyda, tiene el manual del 9 incorporado.