Restringen el ingreso de libros y revistas

La restricción al ingreso de bienes de origen extranjero llegó a los libros, las revistas y todo material impreso, desde folletos hasta cajas de cartón corrugado y etiquetas.

A tal punto que la costumbre de traer por courier (prestador de correo expreso por vía aérea) un libro comprado por Internet, por ejemplo, se verá afectada de manera sustancial: ya no llegará a la puerta de un domicilio, sino que habrá que ir personalmente a Ezeiza, al área de cargas, buscar la ventanilla de “Particulares”, y retirarlo allí.

Pero la restricción a la entrada de materiales impresos no termina allí: el mismo régimen de courier -utilizado por las compañías para envíos que no superen los 50 kilos ni tengan un valor superior a US$ 1000- no puede ser más utilizado por editoriales o librerías, que ahora deberán recurrir a los servicios de un despachante de aduana y tramitar la ya famosa declaración jurada anticipada de importación (DJAI), y esperar la autorización para poder recién ordenar la compra o importación del material, según dispuso la Secretaría de Comercio Interior. Guillermo Moreno está frenando en la Aduana un amplio universo de bienes importados, preocupado por la salida de divisas del país, y, en este caso, echó mano a una exigencia de orden técnico

El objetivo oficial es resguardar la “seguridad de la población” mediante “mecanismos de control tendientes a eliminar los peligros derivados del uso de tintas con altos contenidos de plomo en productos gráficos”, tal como señala la resolución 453/2010. Tal norma obliga a certificar que las tintas que se utilicen en productos gráficos no contengan “más de 0,06% de plomo”.

Asimismo, establecía su entrada en vigor a los 180 días. Pero la instrumentación llegó recién con la disposición 26/2012 de Comercio Interior, del 28 de febrero. Y la aplicación de hecho arrancó el 12 de este mes, fecha a partir de la cual debe presentarse “previo a su comercialización o ingreso al país, según corresponda, una declaración jurada”.

“A partir de estas normas, todo material impreso está sometido a un tratamiento fiscal o aduanero especial, destinado en este caso a controlar la cantidad de plomo en tintas. Hasta el 12 de marzo, no había restricción alguna, por ejemplo, para traer libros por courier . Ahora, un editor deberá proceder a realizar una despacho común”, explicó un abogado especializado en comercio exterior y derecho aduanero.

“El régimen de courier tenía hasta ahora tres limitaciones: el peso autorizado para importar y exportar por vía aérea, de 50 kilos por bulto como máximo; el valor del paquete, que no podía superar los 1000 dólares, y el régimen aduanero correspondiente. Este último punto es el que cambia al establecer la obligación de certificación y autorización previa a la importación”, amplió.

Los pasos, entonces, arrancan con la presentación de una nota en la Dirección de Comercio Interior declarando que la mercadería que se importa no contiene tintas con tal proporción de plomo en su composición. Luego, con la constancia de presentación, se debe gestionar la DJAI. “Esto, siempre y cuando se trate de importaciones realizadas por compañías, que deberán conseguir del fabricante extranjero el dato con la cantidad de plomo en tinta del producto impreso”, agregó.

Desde DHL, el courier que más mercadería mueve en el país en cuanto a envíos postales expresos por vía aérea, confirmaron los cambios operativos. “Lo que antes hacíamos nosotros ahora requiere un despacho formal, en un número importante de posiciones arancelarias, alrededor de 25”, indicaron, tras aclarar que “al tratarse los productos de papel de mercadería pesada, el volumen que se mueve por vía aérea no es importante porque el costo por kilo encarece mucho el flete”.

“Supongo que ahora, para evitar cierto tipo de certificaciones, comenzarán a imprimir cierto tipo de libros acá”, arriesgó a modo de interpretación un despachante que trata con editoriales. No obstante, advirtió que la mayoría de los impresos que provienen de la Unión Europea y de los Estados Unidos “no usan tintas con alto contenido de plomo”.

Eso sí, las tintas de seguridad usadas en la impresión de papel moneda están exentas “de cualquier tramitación”, dispone Moreno.

Restringen el ingreso de libros y revistas - 23.03.2012 - lanacion.com

Alpargatas no, libros tampoco?

La restricción al ingreso de bienes de origen extranjero llegó a los libros, las revistas y todo material impreso, desde folletos hasta cajas de cartón corrugado y etiquetas.

A tal punto que la costumbre de traer por courier (prestador de correo expreso por vía aérea) un libro comprado por Internet, por ejemplo, se verá afectada de manera sustancial: ya no llegará a la puerta de un domicilio, sino que habrá que ir personalmente a Ezeiza, al área de cargas, buscar la ventanilla de “Particulares”, y retirarlo allí.

Pero la restricción a la entrada de materiales impresos no termina allí: el mismo régimen de courier -utilizado por las compañías para envíos que no superen los 50 kilos ni tengan un valor superior a US$ 1000- no puede ser más utilizado por editoriales o librerías, que ahora deberán recurrir a los servicios de un despachante de aduana y tramitar la ya famosa declaración jurada anticipada de importación (DJAI), y esperar la autorización para poder recién ordenar la compra o importación del material, según dispuso la Secretaría de Comercio Interior. Guillermo Moreno está frenando en la Aduana un amplio universo de bienes importados, preocupado por la salida de divisas del país, y, en este caso, echó mano a una exigencia de orden técnico

El objetivo oficial es resguardar la “seguridad de la población” mediante “mecanismos de control tendientes a eliminar los peligros derivados del uso de tintas con altos contenidos de plomo en productos gráficos”, tal como señala la resolución 453/2010. Tal norma obliga a certificar que las tintas que se utilicen en productos gráficos no contengan “más de 0,06% de plomo”.

Asimismo, establecía su entrada en vigor a los 180 días. Pero la instrumentación llegó recién con la disposición 26/2012 de Comercio Interior, del 28 de febrero. Y la aplicación de hecho arrancó el 12 de este mes, fecha a partir de la cual debe presentarse “previo a su comercialización o ingreso al país, según corresponda, una declaración jurada”.

“A partir de estas normas, todo material impreso está sometido a un tratamiento fiscal o aduanero especial, destinado en este caso a controlar la cantidad de plomo en tintas. Hasta el 12 de marzo, no había restricción alguna, por ejemplo, para traer libros por courier . Ahora, un editor deberá proceder a realizar una despacho común”, explicó un abogado especializado en comercio exterior y derecho aduanero.

“El régimen de courier tenía hasta ahora tres limitaciones: el peso autorizado para importar y exportar por vía aérea, de 50 kilos por bulto como máximo; el valor del paquete, que no podía superar los 1000 dólares, y el régimen aduanero correspondiente. Este último punto es el que cambia al establecer la obligación de certificación y autorización previa a la importación”, amplió.

Los pasos, entonces, arrancan con la presentación de una nota en la Dirección de Comercio Interior declarando que la mercadería que se importa no contiene tintas con tal proporción de plomo en su composición. Luego, con la constancia de presentación, se debe gestionar la DJAI. “Esto, siempre y cuando se trate de importaciones realizadas por compañías, que deberán conseguir del fabricante extranjero el dato con la cantidad de plomo en tinta del producto impreso”, agregó.

Desde DHL, el courier que más mercadería mueve en el país en cuanto a envíos postales expresos por vía aérea, confirmaron los cambios operativos. “Lo que antes hacíamos nosotros ahora requiere un despacho formal, en un número importante de posiciones arancelarias, alrededor de 25”, indicaron, tras aclarar que “al tratarse los productos de papel de mercadería pesada, el volumen que se mueve por vía aérea no es importante porque el costo por kilo encarece mucho el flete”.

“Supongo que ahora, para evitar cierto tipo de certificaciones, comenzarán a imprimir cierto tipo de libros acá”, arriesgó a modo de interpretación un despachante que trata con editoriales. No obstante, advirtió que la mayoría de los impresos que provienen de la Unión Europea y de los Estados Unidos “no usan tintas con alto contenido de plomo”.

Eso sí, las tintas de seguridad usadas en la impresión de papel moneda están exentas “de cualquier tramitación”, dispone Moreno.

Restringen el ingreso de libros y revistas - 23.03.2012 - lanacion.com

Alpargatas no, libros tampoco?

El objetivo oficial es resguardar la “seguridad de la población” mediante “mecanismos de control tendientes a eliminar los peligros derivados del uso de tintas con altos contenidos de plomo en productos gráficos”, tal como señala la resolución 453/2010. Tal norma obliga a certificar que las tintas que se utilicen en productos gráficos no contengan “más de 0,06% de plomo”.

Si, claro… ahora nos cuidan de la tinta con plomo.

Calzoncillos sí, libros no. Se repite un poco modificada la consigna del viejo gral después de más de 50 años.
Y claro, los libros españoles son para adinerados que pueden pagar 180 mangos un libro. Ja, qué locura. Qué muestra de elitismo este, cómo vamos a dejar entrar al país libros de editorial trotta, o de cabaret voltaire, quién lee a jean cocteau? o a klauss mann? solamente alguien que no tiene conciencia social. Si quieren leer compren zonceras argentinas que lo imprimen acá, o algún libro de jauretche, como el medio pelo argentino.

Me parece una estupidez la medida, pero pregunto, a qué creen que obedece ?

Y, nos están cuidando de que no nos hagan concha los ojos la tinta con plomo. :smiley:

Ja, no, dale, en serio, posta no se me ocurre un motivo válido.

[quote=“Millonario80, post:7, topic:97105”]

Ja, no, dale, en serio, posta no se me ocurre un motivo válido
[/QUOTE]Te parece poco?

:slight_smile:

Realmente no se a qué puede responder. ¿A comenzar a editar mas títulos en el país? Es lo único noble que se me ocurre sino un negocio del que no tengo idea.
Personalmente me parece una terrible cagada, si ya se me hace imposible conseguir muchos títulos con esta medida las librerías especializadas van a empezar a vender lavaropas como Musimundo.

A mi personalmente me caga mal… ya que al ser consultor SAP si o si tengo que conseguir el material afuera porque aca no se imprime nada de nada sobre el tema, y lo que hay ya es viejo. Tengo que traerme libros comprados en SAPPRESS y ahora no solo tengo que pagar fortunas en los gastos de envio sino que ademas tengo que viajar desde salta a ezeiza para retiralos???..

La medida no tiene demasiado sentido. Bueno, sí lo tiene en relación a la política oficial, pero si apelo al sentido común, un despacho de 1000 dólares o menos implica una ganancia para las librerías pero habría que ver si a las editoriales locales les cierran los números, porque en el precio final también hay que incluir los derechos de autor, que muchos se olvidan que hoy en día son empresas las que manejan la propiedad intelectual y como esta se reparte por el mundo. No es que una PYME se va a comunicar con el escritor para fijar un canon, sino con una empresa.

Si, se van a editar aca con tintas sin plomo y controlados por el Estado, que cumple un rol eficiente en ese sentido. Por eso los libros van a ser mas caros.

Hace cuánto laburás en SAP ? Si paga bien ahí ? Acá están cobrando una fortuna esos delincuentes :stuck_out_tongue:

EDTA para todos…
La excusa de que no importaban termos de china era el arsenico, mercurio.:lol:

¿Esto está confirmado? Porque es como señala Nicklas, adquirir derechos de autor es al menos oneroso. Por ejemplo la negociación para sacar las Obras completas revisadas de Borges de hace dos años, fue millonaria. Emecé que le había editado en vida quedó totalmente fuera de la conversación.

En PAMI estan entregando EDTA(para curar el envenamiento con Plomo)

Esta nota es del año pasado, como siempre el turco adelantadose a todos. La vuelvo a pegar acá, ya que explica los motivos de la restricción de la entrada de libros al país.

[b]Calzoncillos sí, Libros no[/b]

ASIS CULTURAL: Un millón y medio de libros secuestrados en la Aduana.
escribe Carolina Mantegari
Editora del Asís Cultural,
especial para JorgeAsísDigital
Lo que patrióticamente se propone Guillermo Moreno, el admirable Secretario de Comercio Interior, es equilibrar el déficit de la balanza comercial. Cuenta con el riguroso aval de la señora Presidente. Moreno tiene licencia para pegar.
El libro, para la cuestión comercial, es, en definitiva, un producto como cualquier otro.
Aquí la diferencia, a favor de los libros que se importan, de los que se exportan, es de 60 millones de dólares.
Entonces Moreno tiene la abnegada faena de equiparar. Empatarle.
Con el objetivo de evitar el desequilibrio, con lejanas influencias ideológicas de Procusto, Moreno tomó la vibrante determinación de amontonar, indefinidamente, los libros que desembarquen.
Desde hace algo más de un mes, un millón y medio de libros, y de primorosos fascículos, se encuentran secuestrados en los depósitos fiscales de la Aduana. En Ezeiza.
Los importadores, editores de ramos generales, tienen que pagar, aparte, el estacionamiento por tenerlos inútilmente depositados.
El alboroto trasciende la marginalidad de las cámaras respectivas. Y los importadores, con su negocio paralizado, no logran destrabar el conflicto.
La más larga

Cuentan que Jorge Coscia, el meritorio secretario de Cultura, intentó mediar, inspirado en su enorme prestigio. Pero-según la indagación- le corresponde no meterse.
“En el Comercio -para el morenismo-, la Cultura nada tiene que ver”.
Es otra pugna para saber quién tiene más larga influencia en el gobierno.
Pero detrás de la patriada de Moreno se encuentra, según nuestras fuentes, el eficaz lobby de los impresores locales. Nucleados en la Federación Argentina de Industriales Gráficos. La FAIGA.
“Es la banda de Morvillo, la que mete presión”, confirma otra Garganta.
Significa que FAIGA la tiene más larga que la CAP (es la Cámara Argentina de Publicaciones).
Para que se entienda: abundan los libros, amontonados en Ezeiza, que proceden de España, y que inspiran la acción constante del Embajador Estrella.
“Libros que jamás nadie va a publicar aquí”, confirman.
Consolidan la oferta cultural de detectadas librerías que trafican la vocación universalmente elitista.
Pero también hay centenas de miles de libros que proceden de Colombia, de Chile, de Uruguay. Y consta que algunas miles de publicaciones, con ilustraciones adorables, llegaron primorosamente impresas desde China. Se trata de otra vuelta de tuerca. La lícita ventajita de los editores argentinos. Los que prefieren imprimir, razonablemente, en el exterior. Por una cuestión de precio y, duele admitirlo, también de calidad.
“Es un 40 por ciento más barato imprimir en España, en Colombia, que aquí”, nos confirma otra Garganta.
Se entiende entonces la presión sectorial de FAIGA. Influye en el patriotismo editorial de Moreno. Y de su larga influencia.
Listas negras

“Ustedes traiganmé un proyecto de equiparación y dejen de quejarse y de j…”, les dijo Moreno, según nuestras fuentes, a los pudorosos representantes de las distintas Cámaras embocadas. Como la citada Cámara Argentina de Publicaciones. La CAP. la que nuclea a los editores valientes que suelen jugarse, fervorosamente, por la libertad de comercio. Pero que se suelen resistir, ante los atropellos, a “hacer denuncias” individuales. O unas miserables declaraciones. Por el temor a que Morenito les estalle de furia y les mande la AFIP. A través de la vía solidaria (y también patriótica) del recaudador Echegaray. Con el reflejo condicionado de una irritante “integral”.
O por el temor a que no puedan efectuar, en adelante, ningún embarque, nunca más. Ni para enviar o recibir.
Otros, más pragmáticos, van a los bifes, y no denuncian los atropellos, ni declaran nada, porque temen ingresar a la virtual lista negra. Les imposibilitaría el deporte cómodo de hacer negocios con el Estado. Venderles libros para los ministerios. O salvarse con las bibliotecas populares de la CONABIP.
“Por mí, vayan y compren calzoncillos en La Salada para exportarlos”, les dijo Morenito, inspirado para encontrar la solución. “Y exporten los calzoncillos, para compensar, como sea”.
Sostuvo Moreno, con su cuestionable hilaridad. Y ante la severa perplejidad, según nuestras fuentes, de camaristas venerables. De la magnitud de Di Marco. O del distante Ligtower. Incluso del distinguido señor Rubinzal.
Sistema Barter

Hasta el cierre del despacho, que se sepa, los importadores por conveniencia aún no optaron por adoptar la ética febril de los calzoncillos. O por algún otro mecanismo que determinado diplomático, de la zona euro, que toma a los argentinos con equivocada seriedad, denomina técnicamente “Sistema Barter”.
“Modalidad del viejo trueque que gustaba, Carolina, en los países del área soviética. Y también le gustaba a Hitler, pero no sirve para nada”.
Sin considerar aún el recurso de los calzoncillos de La Salada, nuestros importadores prefieren limitarse a la escenografía menos íntima del libro. Se disponen a preparar el proyecto que conforme, en parte, al hiperactivo Moreno. Y a los localistas confabulados de FAIGA.
Pero se tensó excesivamente el conflicto. Trasciende hacia la indolencia del ámbito diplomático.
Para impresionarlo al impenetrable Moreno, se pone en movimiento la acción conjunta de los embajadores de la Unión Europea. Están unificados, según nuestras fuentes, alrededor del embajador Estrella. Es el lúcido blogger de España. Y sobre todo alrededor de su activo consejero comercial, al que difícilmente logren cercarlo con las “integrales” de la AFIP de Echegaray.
“No es casualidad que Estados Unidos avance más”, confirma otra Garganta. “Que veten la renovación de créditos a la Argentina, en instituciones multilaterales”.
Sin embargo, el proverbial sentido de la diplomacia no alcanza, aún, para convencerlo a Moreno.
Fuentes anónimas, de la burbuja editorial, transmiten, en voz sigilosamente baja, que, de continuarse con las trabas comerciales, prospera la idea de abstenerse, en bloque, de participar en la próxima Feria del Libro de Buenos Aires.
Los camaristas se esfuerzan, temerosamente, en complacer a Morenito. Sugieren, a los editores, abandonar la conveniencia de imprimir los productos en el exterior. Los gráficos de la patria necesitan “defender sus fuentes de trabajo”.
Otra fórmula, aún en estudio, para equiparar la balanza comercial, consiste en incentivar las extraordinarias ventas de libros de los autores de la causa. Promover a los escritores subsidiados, para la exportación. Textos liminares de Osvaldo Bayer, Ricardo Forster, Aníbal Fernández, Horacio González, Vicente Battista, Sandra Russo, Orlando Barone, José Pablo Feinmann o Mario Goloboff. Y hasta del viajero frecuente Noe Jitrik. Y de otros choripaneros ligeramente conmovidos con la agencia de turismo que la señora Magdalena Faillace supo instalar en la cancillería de Timerman.
Son autores canónicos que, aparte de equilibrar la balanza comercial, pueden perfectamente imponerse entre los lectores europeos, hoy necesitados de conocer las claves secretas del modelo transformador. Para aplicarlas en regiones menos aventajadas del universo.

Soy consultor freelance , hace ya casi 10 años que estoy en sap y cobro por hora, pero un laburo en relación de dependencia acá esta pagando cerca de 9000 pesos que es buena guita para el costo de vida en salta. Ah! Y no somos delincuentes jeje cobramos caro porque mantenernos al día sale caro como podrás ver (cualquier cursito de sap esta en 500 usd por tres días de entrenamiento). Además tenes consultores baratos, pero son pesimos!!

Insisto, este tipo es una reverenda basura, un demente. Está arruinando todo. ¿Tinta con plomo? ¿Ésa es la razón? Que manera de restringirle a la gente el acceso a valiosas herramientas de trabajo y a la cultura.

Gente ignorante? de qué hablás? vos tenés el tupé de decir que nos quieren volver a los argentinos más brutos de lo que somos? por eso tantas medidas cirqueras? y por eso restringen la importación de libros? Todo falso emulo de pagni, te reditamos el medio pelo argentino de aquel gran escritor, injustamente ignorado y olvidado, que es jauretche. Y editorial planeta te edita todos los libros sobre el kirchnerismo, el de barone, sandra russo, y la larga lista de obsecuentes, digo de aliados. Así que no jodás, ahí tenés cultura para rato.