Las 12 sex dudas que no te animás a plantear en voz alta

Hay asuntos que, por más evolucionada que seas, seguro no te animás a discutir ni con tus amigas ni con tu ginecóloga ni, ¡menos!, con tu chico. Pero ya se sabe: algunas intrigas pueden llegar a ser bastante molestas. Por eso, pedimos ayuda a los especialistas en materia de sexo, quienes se ocuparon de resolver todas nuestras inquietudes. ¡Despedite de las tuyas!

La duda: “¿No seré muy grande ahí abajo?”

La respuesta: No todas las vaginas son exactamente iguales, pero sí muy parecidas. Traducción: no existe algo así como las XXL y las XS. “La vagina promedio mide siete centímetros de circunferencia y, como el pene promedio mide cerca de 15, digamos que siempre la va a sentir pequeña”, detalla el sexólogo Adrián Helien, de Tu Sexólogo - Dr. Adrián Helien - www.tusexologo.com.ar. Primer dato crucial: por mucho sexo que hayas tenido, sabé que el uso no la dilata. “Como la vagina es un espacio que se contrae o se dilata según el caso, siempre va a poder ‘abrazar’ al pene que entra. Sólo en el caso de madres múltiples o en el de mujeres postmenopáusicas puede haber una dilatación importante de la zona”, explica Helien.

De todos modos, nunca está de más practicar los ejercicios Kegel. Contrayendo y aflojando más de tres veces al día tus músculos pubococcígeos (ésos que fruncís cuando querés retener el pis), vas a poder tonificar la zona y estrecharla a gusto cuando lo necesites, “potenciando así no sólo el placer del hombre sino también el propio”, agrega Helien. ¿Un consejo hot? Hacelo en el momento de la penetración. Además de esto, hay algunas poses que favorecen la sensación de estrechez de tu tesoro. ¿La más power? Acostada de lado y con las piernas juntas, pedile a él que te penetre desde atrás: te aseguramos que se sentirá un gigante dentro de un dedal. ¿Apostamos?

La duda: “¿Es normal que me diga ‘perra’ mientras lo hacemos?”.

La respuesta: Convengamos que, cuando una está en plena sesión hot, por lo general no sólo pierde el corpiño, sino también el control. Y una de las expresiones más claras pasa, precisamente, por animarse a hacer y a decir cualquier cosa. “De algún modo, las palabras pierden su valor habitual y ganan una dimensión erótica: se dicen pura y exclusivamente para excitar”, comenta Helien. “Entre las sábanas no corren ciertas etiquetas ni protocolos: debe ser un espacio lúdico, en gran medida no regido por las leyes que sí valen para el resto de nuestra vida fuera de la cama. Caso contrario, el sexo se vuelve previsible y reprimido. Uno tiene que poder mostrarse audaz”.

Entonces, todo lo que se diga en ese contexto viene con esa referencia y casi siempre busca lo que se persigue en esa situación: más placer. ¿Y si empezás a disfrutar de sus frases? Es más: ¡podés usarlas vos!

La duda: “¿Por qué a veces pienso en mi ex cuando tengo sexocon mi actual novio?”

La respuesta: Porque a la hora de erotizarnos recurrimos a cualquier imagen que nos excite. Según la psiquiatra Graciela Moreschi (BIENVENIDA Dra. Graciela Moreschi:), autora de Lo que les faltó aprender a Adán y Eva, “el problema es que a las mujeres nos han convencido de que amor y erotismo van juntos, cuando eso no es así. De hecho, no siempre podemos estimularnos con quien tenemos a nuestro lado y por eso mentalmente aparecen desconocidos, famosos o bien gente que nos es familiar, como un ex. Un episodio como ése es ‘normal’, sólo que los hombres lo tienen más incorporado que las mujeres”, precisa.

La duda: “¿Y si mi técnica oral le parece mala?”

La respuesta: En realidad nada en materia de sexo puede evaluarse en términos de “bueno” o “malo”. Todo depende de los gustos de cada quien y –dato clave− también de la actitud que se le ponga a cada instancia. Porque si, supongamos, él antes se mostraba entusiasmadísimo con la idea de que vos bajaras y de repente parece que no le hace ni fu ni fa, quizá te hayas vuelto un tanto “robótica”. Como señala Helien, “la clave para no fallar en un caso como éste es que exista una comunicación intensa, fluida y profunda en la pareja. Si el varón pierde la erección o se queja porque la estimulación es demasiado intensa o agresiva, la mujer debería pedirle que la guiara: nadie mejor que el dueño de los genitales para decirnos qué y cómo hacerlo”. Y a eso, desde ya, sumale lo de siempre: una actitud sexy y provocativa, más una buena dosis de auténtico entusiasmo. Esto es todo lo que se necesita para hacer delirar a un varón en la cama.

“Tampoco hay que olvidar que el hecho mismo de hablar seductoramente en la cama se vuelve altamente afrodisíaco porque es como cumplir un sueño: hay ahí, conmigo, otro dispuesto a concretar mis fantasías y deseos en ese mismo instante. Y eso siempre excita muchísimo”, sostiene el especialista.

La duda: “Me gusta que él me tire del pelo y me pegue chirlos. ¿Soy una freak?”.

La respuesta: Si para vos tu preferencia es rara, entonces el 70% de nuestras lectoras lo son. En uno de nuestros últimos sondeos declararon su interés por las prácticas ligeramente bizarras, como las ataduras o los chirlos.Además, durante el sexo, el cuerpo libera endorfinas que aumentan tu resistencia al dolor, por lo que un par de palmadas en la cola hasta pueden sentirse como excitantes. ¿Te da vergüenza decirle a tu chico que te gusta esta clase de cosas? “Los modos de excitación de cada quien son totalmente únicos y personales, y si el compañero sexual acepta y también logra estimularse con ese juego, no hay por qué censurarse”, explica Moreschi.Para entusiasmarlo con el tema, dale una muestra gratis del asunto, por ejemplo, pegándole en la cola o tirándole un poco del pelo mientras lo besás apasionadamente. Va a captar la “indirecta”.

La duda: “Adoro tener sexo con mi hombre, pero tuve un sueño hot con una chica”.

La respuesta:“Antes que nada: eso no significa que seas gay. Además, se trata de una fantasía que excita tanto a los varones como a las mujeres: algunos de ellos les piden a sus parejas ‘jugar’ con esa imagen”, detalla Moreschi. Entonces, no te reprimas y usá tu sueño cachondo para ponerle un poco de pimienta a tu vida sexual. Si no querés compartirlo con él, disfrutalo en privado, en tu propia mente, cuando estés sola.

La duda: “Siento que me hago pis cuando acabo. ¿Puede ser?”.

La respuesta:“Lo más probable es que no se trate de pis, sino de un líquido que segrega el famoso Punto G cuando es estimulado”, detalla la sexóloga Virginia Verdier, de Presentacion Sexuar.com.ar. “Como esa zona tiene tejidos similares a los del pene, es capaz de producir esta clase de emisiones de líquido que, sin ser semen, se le aproxima bastante”, agrega. Esta liberación de un flujo blancuzco (bautizada alguna vez como “eyaculación femenina”) no tiene que ser motivo de vergüenza, sino más bien de orgullo porque significa que a) tenés un Punto G, b) diste con él y c) vos y tu chico supieron cómo usarlo. Así que nada de reproches de tu parte ni burlas de él. El 10% de las mujeres lo tiene y los estudios revelan que los varones encuentran esta clase de episodios de lo más halagadores. “Otra cosa importante es no reprimirlo, ya que muchas mujeres –como creen que se van a hacer pis encima– impiden la liberación del líquido y suprimen así el orgasmo”, advierte la experta. ¡A tenerlo en cuenta!

La duda: “¿Me puedo volver adicta a mi vibrador?”.

La respuesta: La buena noticia es que “darte una manito” todos los días, por excesivo que pueda parecer, no te hará mal y casi seguro te va a dejar con una sonrisa de oreja a oreja. La noticia no tan buena es que apelar sí o sí a un chiche de plástico y a pilas para alcanzar el clímax puede, a la larga, terminar limitando tus modos de alcanzar el orgasmo. “Muchas mujeres se vuelven aficionadas al ritmo constante y perfecto del vibrador y sienten que no pueden llegar al clímax sin él. En estos casos, el rol del varón es clave, ya que si la relaja y la estimula adecuadamente, ella podrá llegar al orgasmo sin necesidad de ayuda extra”, precisa Verdier.

¿Nuestra sugerencia? Recurrí a los mimos de tu pareja o bien a tus manos en el momento final, y eventualmente suspendé tu sexo a solas en vísperas de un encuentro con tu chico. De ese modo, vas a acumular “ganas” y llegarás al Gran Oooh sí o sí.

La duda: “¿Una mujer realmente puede disfrutar del sexo anal?”.

La respuesta: ¿Sabés que sí? La zona del ano está llena de terminaciones nerviosas que –al menos potencialmente– pueden terminan haciéndote disfrutar. Pero no menos cierto es que, como indica el psiquiatra y sexólogo Adrián Sapetti, “si hay hemorroides o fisura anal, esta clase de prácticas debe evitarse porque pueden generar un gran dolor. Nunca hay que intentarlo por la fuerza ni presionar, porque la relajación es clave para el sexo anal”. Hay que ir muy de a poco, estar realmente con ganas de probar esta variante e intentarlo sólo con alguien con quien te sientas francamente muy cómoda y segura. ¿Te preocupa que su miembro termine “manchado”? En ese caso tenés la opción de higienizarte internamente, con ayuda del bidet, antes de ir a la acción. Para tener en cuenta: ojo con pasar directamente de tu puerta trasera a tu vagina: su pene puede convertirse en el mejor transmisor de enfermedades y bacterias propias del intestino a tu área genital.

La duda: “¿Se puede usar cualquier cosa como sex toy?”.

La respuesta: Todo depende de qué entiendas por “cualquier cosa”. “Los humanos usamos todo tipo de enseres domésticos y de frutas como elementos sexuales”, explica Helien. “Pero como eso nos deja muy expuestos en nuestros gustos y deseos, rara vez hablamos del tema”. El problema es que la tentación de recurrir a una banana o una berenjena, por ejemplo, no es la mejor idea que puedas tener. Porque, para comenzar, cualquiera de esos elementos puede generar desde reacciones alérgicas hasta contagios e infecciones de diverso tipo. Habiendo semejante variedad de juguetes sexuales diseñados para oficiar como tales, dejá las verduras para el momento del almuerzo o la cena. ¿Queda claro?

La duda: “¿Cómo le cuento una fantasía a mi chico sin que se horrorice o se ponga mal?”.

La respuesta:“En muchos casos, la que suele asustarse es una misma –que no avala sus propias fantasías− y no, nuestra pareja. Pero en materia de deseos sexuales, lo primero que hay que entender es que no tienen nada que ver con el amor, y por eso a veces las vivimos como amenazantes en lugar de disfrutarlas”, aclara Moreschi. Pedile entonces a tu chico que sume ideas, imágenes y hasta objetos: un par de esposas, algo con qué vendarte o cualquier otra cosa que ayude a concretar tu plan. A lo largo del día, pueden intercambiar mensajitos de texto y e-mails, discutiendo el asunto. Así, cuando llegue la noche y finalmente pongan manos a la obra, habrá tanta expectativa en el aire que el final superará tooodo lo que imaginaste.

La duda: “¿A él pueden deserotizarlo los ‘ruidos molestos’ que hago durante el sexo?”.

La respuesta: Están en plena acción y de repente, ¡zas! Eso que Alessandra Rampolla denomina con mucha gracia “una cornetita vaginal” irrumpe en escena y vos, claro, te querés morir. “Digamos que el resultado de un episodio como éste depende en gran medida de cuán estructurado sea ese varón, porque lo cierto es que el erotismo entre humanos incluye ruidos, fricciones y sonidos que pueden no resultar gratos pero son, además de perfectamente naturales, hasta cierto punto inevitables”, precisa Helien.

“Mi sugerencia, entonces, es una sola: desdramatizar. Un ruidito inesperado puede, por caso, ponerle carcajadas al sexo, volverlo menos ceremonioso y más divertido”, explica. Lo más importante es que vos no te inhibas frente a una situación así. ¡Seguí adelante!

[LEFT]Fuente: Cosmopolitan [/LEFT]

Hay asuntos que, por más evolucionada que seas, seguro no te animás a discutir ni con tus amigas ni con tu ginecóloga ni, ¡menos!, con tu chico. Pero ya se sabe: algunas intrigas pueden llegar a ser bastante molestas. Por eso, pedimos ayuda a los especialistas en materia de sexo, quienes se ocuparon de resolver todas nuestras inquietudes. ¡Despedite de las tuyas!

La duda: “¿No seré muy grande ahí abajo?”

La respuesta: No todas las vaginas son exactamente iguales, pero sí muy parecidas. Traducción: no existe algo así como las XXL y las XS. “La vagina promedio mide siete centímetros de circunferencia y, como el pene promedio mide cerca de 15, digamos que siempre la va a sentir pequeña”, detalla el sexólogo Adrián Helien, de Tu Sexólogo - Dr. Adrián Helien - www.tusexologo.com.ar. Primer dato crucial: por mucho sexo que hayas tenido, sabé que el uso no la dilata. “Como la vagina es un espacio que se contrae o se dilata según el caso, siempre va a poder ‘abrazar’ al pene que entra. Sólo en el caso de madres múltiples o en el de mujeres postmenopáusicas puede haber una dilatación importante de la zona”, explica Helien.

De todos modos, nunca está de más practicar los ejercicios Kegel. Contrayendo y aflojando más de tres veces al día tus músculos pubococcígeos (ésos que fruncís cuando querés retener el pis), vas a poder tonificar la zona y estrecharla a gusto cuando lo necesites, “potenciando así no sólo el placer del hombre sino también el propio”, agrega Helien. ¿Un consejo hot? Hacelo en el momento de la penetración. Además de esto, hay algunas poses que favorecen la sensación de estrechez de tu tesoro. ¿La más power? Acostada de lado y con las piernas juntas, pedile a él que te penetre desde atrás: te aseguramos que se sentirá un gigante dentro de un dedal. ¿Apostamos?

La duda: “¿Es normal que me diga ‘perra’ mientras lo hacemos?”.

La respuesta: Convengamos que, cuando una está en plena sesión hot, por lo general no sólo pierde el corpiño, sino también el control. Y una de las expresiones más claras pasa, precisamente, por animarse a hacer y a decir cualquier cosa. “De algún modo, las palabras pierden su valor habitual y ganan una dimensión erótica: se dicen pura y exclusivamente para excitar”, comenta Helien. “Entre las sábanas no corren ciertas etiquetas ni protocolos: debe ser un espacio lúdico, en gran medida no regido por las leyes que sí valen para el resto de nuestra vida fuera de la cama. Caso contrario, el sexo se vuelve previsible y reprimido. Uno tiene que poder mostrarse audaz”.

Entonces, todo lo que se diga en ese contexto viene con esa referencia y casi siempre busca lo que se persigue en esa situación: más placer. ¿Y si empezás a disfrutar de sus frases? Es más: ¡podés usarlas vos!

La duda: “¿Por qué a veces pienso en mi ex cuando tengo sexocon mi actual novio?”

La respuesta: Porque a la hora de erotizarnos recurrimos a cualquier imagen que nos excite. Según la psiquiatra Graciela Moreschi (BIENVENIDA Dra. Graciela Moreschi:), autora de Lo que les faltó aprender a Adán y Eva, “el problema es que a las mujeres nos han convencido de que amor y erotismo van juntos, cuando eso no es así. De hecho, no siempre podemos estimularnos con quien tenemos a nuestro lado y por eso mentalmente aparecen desconocidos, famosos o bien gente que nos es familiar, como un ex. Un episodio como ése es ‘normal’, sólo que los hombres lo tienen más incorporado que las mujeres”, precisa.

La duda: “¿Y si mi técnica oral le parece mala?”

La respuesta: En realidad nada en materia de sexo puede evaluarse en términos de “bueno” o “malo”. Todo depende de los gustos de cada quien y –dato clave− también de la actitud que se le ponga a cada instancia. Porque si, supongamos, él antes se mostraba entusiasmadísimo con la idea de que vos bajaras y de repente parece que no le hace ni fu ni fa, quizá te hayas vuelto un tanto “robótica”. Como señala Helien, “la clave para no fallar en un caso como éste es que exista una comunicación intensa, fluida y profunda en la pareja. Si el varón pierde la erección o se queja porque la estimulación es demasiado intensa o agresiva, la mujer debería pedirle que la guiara: nadie mejor que el dueño de los genitales para decirnos qué y cómo hacerlo”. Y a eso, desde ya, sumale lo de siempre: una actitud sexy y provocativa, más una buena dosis de auténtico entusiasmo. Esto es todo lo que se necesita para hacer delirar a un varón en la cama.

“Tampoco hay que olvidar que el hecho mismo de hablar seductoramente en la cama se vuelve altamente afrodisíaco porque es como cumplir un sueño: hay ahí, conmigo, otro dispuesto a concretar mis fantasías y deseos en ese mismo instante. Y eso siempre excita muchísimo”, sostiene el especialista.

La duda: “Me gusta que él me tire del pelo y me pegue chirlos. ¿Soy una freak?”.

La respuesta: Si para vos tu preferencia es rara, entonces el 70% de nuestras lectoras lo son. En uno de nuestros últimos sondeos declararon su interés por las prácticas ligeramente bizarras, como las ataduras o los chirlos.Además, durante el sexo, el cuerpo libera endorfinas que aumentan tu resistencia al dolor, por lo que un par de palmadas en la cola hasta pueden sentirse como excitantes. ¿Te da vergüenza decirle a tu chico que te gusta esta clase de cosas? “Los modos de excitación de cada quien son totalmente únicos y personales, y si el compañero sexual acepta y también logra estimularse con ese juego, no hay por qué censurarse”, explica Moreschi.Para entusiasmarlo con el tema, dale una muestra gratis del asunto, por ejemplo, pegándole en la cola o tirándole un poco del pelo mientras lo besás apasionadamente. Va a captar la “indirecta”.

La duda: “Adoro tener sexo con mi hombre, pero tuve un sueño hot con una chica”.

La respuesta:“Antes que nada: eso no significa que seas gay. Además, se trata de una fantasía que excita tanto a los varones como a las mujeres: algunos de ellos les piden a sus parejas ‘jugar’ con esa imagen”, detalla Moreschi. Entonces, no te reprimas y usá tu sueño cachondo para ponerle un poco de pimienta a tu vida sexual. Si no querés compartirlo con él, disfrutalo en privado, en tu propia mente, cuando estés sola.

La duda: “Siento que me hago pis cuando acabo. ¿Puede ser?”.

La respuesta:“Lo más probable es que no se trate de pis, sino de un líquido que segrega el famoso Punto G cuando es estimulado”, detalla la sexóloga Virginia Verdier, de Presentacion Sexuar.com.ar. “Como esa zona tiene tejidos similares a los del pene, es capaz de producir esta clase de emisiones de líquido que, sin ser semen, se le aproxima bastante”, agrega. Esta liberación de un flujo blancuzco (bautizada alguna vez como “eyaculación femenina”) no tiene que ser motivo de vergüenza, sino más bien de orgullo porque significa que a) tenés un Punto G, b) diste con él y c) vos y tu chico supieron cómo usarlo. Así que nada de reproches de tu parte ni burlas de él. El 10% de las mujeres lo tiene y los estudios revelan que los varones encuentran esta clase de episodios de lo más halagadores. “Otra cosa importante es no reprimirlo, ya que muchas mujeres –como creen que se van a hacer pis encima– impiden la liberación del líquido y suprimen así el orgasmo”, advierte la experta. ¡A tenerlo en cuenta!

La duda: “¿Me puedo volver adicta a mi vibrador?”.

La respuesta: La buena noticia es que “darte una manito” todos los días, por excesivo que pueda parecer, no te hará mal y casi seguro te va a dejar con una sonrisa de oreja a oreja. La noticia no tan buena es que apelar sí o sí a un chiche de plástico y a pilas para alcanzar el clímax puede, a la larga, terminar limitando tus modos de alcanzar el orgasmo. “Muchas mujeres se vuelven aficionadas al ritmo constante y perfecto del vibrador y sienten que no pueden llegar al clímax sin él. En estos casos, el rol del varón es clave, ya que si la relaja y la estimula adecuadamente, ella podrá llegar al orgasmo sin necesidad de ayuda extra”, precisa Verdier.

¿Nuestra sugerencia? Recurrí a los mimos de tu pareja o bien a tus manos en el momento final, y eventualmente suspendé tu sexo a solas en vísperas de un encuentro con tu chico. De ese modo, vas a acumular “ganas” y llegarás al Gran Oooh sí o sí.

La duda: “¿Una mujer realmente puede disfrutar del sexo anal?”.

La respuesta: ¿Sabés que sí? La zona del ano está llena de terminaciones nerviosas que –al menos potencialmente– pueden terminan haciéndote disfrutar. Pero no menos cierto es que, como indica el psiquiatra y sexólogo Adrián Sapetti, “si hay hemorroides o fisura anal, esta clase de prácticas debe evitarse porque pueden generar un gran dolor. Nunca hay que intentarlo por la fuerza ni presionar, porque la relajación es clave para el sexo anal”. Hay que ir muy de a poco, estar realmente con ganas de probar esta variante e intentarlo sólo con alguien con quien te sientas francamente muy cómoda y segura. ¿Te preocupa que su miembro termine “manchado”? En ese caso tenés la opción de higienizarte internamente, con ayuda del bidet, antes de ir a la acción. Para tener en cuenta: ojo con pasar directamente de tu puerta trasera a tu vagina: su pene puede convertirse en el mejor transmisor de enfermedades y bacterias propias del intestino a tu área genital.

La duda: “¿Se puede usar cualquier cosa como sex toy?”.

La respuesta: Todo depende de qué entiendas por “cualquier cosa”. “Los humanos usamos todo tipo de enseres domésticos y de frutas como elementos sexuales”, explica Helien. “Pero como eso nos deja muy expuestos en nuestros gustos y deseos, rara vez hablamos del tema”. El problema es que la tentación de recurrir a una banana o una berenjena, por ejemplo, no es la mejor idea que puedas tener. Porque, para comenzar, cualquiera de esos elementos puede generar desde reacciones alérgicas hasta contagios e infecciones de diverso tipo. Habiendo semejante variedad de juguetes sexuales diseñados para oficiar como tales, dejá las verduras para el momento del almuerzo o la cena. ¿Queda claro?

La duda: “¿Cómo le cuento una fantasía a mi chico sin que se horrorice o se ponga mal?”.

La respuesta:“En muchos casos, la que suele asustarse es una misma –que no avala sus propias fantasías− y no, nuestra pareja. Pero en materia de deseos sexuales, lo primero que hay que entender es que no tienen nada que ver con el amor, y por eso a veces las vivimos como amenazantes en lugar de disfrutarlas”, aclara Moreschi. Pedile entonces a tu chico que sume ideas, imágenes y hasta objetos: un par de esposas, algo con qué vendarte o cualquier otra cosa que ayude a concretar tu plan. A lo largo del día, pueden intercambiar mensajitos de texto y e-mails, discutiendo el asunto. Así, cuando llegue la noche y finalmente pongan manos a la obra, habrá tanta expectativa en el aire que el final superará tooodo lo que imaginaste.

La duda: “¿A él pueden deserotizarlo los ‘ruidos molestos’ que hago durante el sexo?”.

La respuesta: Están en plena acción y de repente, ¡zas! Eso que Alessandra Rampolla denomina con mucha gracia “una cornetita vaginal” irrumpe en escena y vos, claro, te querés morir. “Digamos que el resultado de un episodio como éste depende en gran medida de cuán estructurado sea ese varón, porque lo cierto es que el erotismo entre humanos incluye ruidos, fricciones y sonidos que pueden no resultar gratos pero son, además de perfectamente naturales, hasta cierto punto inevitables”, precisa Helien.

“Mi sugerencia, entonces, es una sola: desdramatizar. Un ruidito inesperado puede, por caso, ponerle carcajadas al sexo, volverlo menos ceremonioso y más divertido”, explica. Lo más importante es que vos no te inhibas frente a una situación así. ¡Seguí adelante!

[LEFT]Fuente: Cosmopolitan [/LEFT]

Tenes problemas sexuales?Que hacias en esa pag?

Lo saqué de Taringa, jaja.

Igual te la habi dejado picando eh jajaja

A más de 1 o alguna mina le servira :twisted::twisted:

Saludos, David

Hay fran, fran jaja la proxima juntada, te llevo una amiga :lol::lol::lol::lol:

Una amiga que se hace estas preguntas? :mrgreen:

nooo, ya se las saco :lol::lol::lol:

Groso, a todos nos sirve saber que pasa por la mente/cuerpo de las mujeres.

Franchu, te estás perdiendo en contabilidad. :lol: