Desde México, Cuevas alienta para que River siga recuperándose y sueña con su regreso. “Ahora juego con la banda, pero celeste”, cuenta con la camiseta del Puebla puesta.
En España estaba bien, pero me hicieron una buena oferta y por eso decidí volver a México. Estoy en Puebla, con Gaby Pereyra. Por ahora entro en los segundos tiempos, pero tengo ganas de ganarme pronto un lugar en el equipo. El sábado (por mañana) jugamos con Querétaro, necesitamos ganar para tratar de clasificarnos a la Liguilla”. Al simple “¿qué hacés, Pipino, cómo andas?”, Nelson Cuevas hace un rápido repaso de su actualidad, casi sin respirar. Ya con 31 años y más de seis lejos de Núñez, el delantero se transformó en un trotamundos del fútbol. México, Paraguay, Brasil, Chile y España fueron los destinos de su currículum. Pero entre tanta vorágine hay algo que no se borra, que sigue marcado a fuego en su corazón. Su paso por la Argentina le dejó una identificación con River que le trae recuerdos, anéctodas y un deseo repetido: “Siempre digo que me encantaría volver a ese coloso. Me pone muy contento que esté recuperándose de a poco. Ojalá siga así y vuelva a ser el de antes, el que peleaba los campeonatos y las copas”.
-Venís cambiando seguido de club. ¿Hasta cuándo firmaste en Puebla?
-Es un préstamo por un año. Después veremos qué pasa. Acá volví a usar la banda, pero celeste, je.
-Entonces, podrías volver en el 2012 para retirarte en River.
-Eso sería cumplir un sueño. Volver para jugar la Copa Libertadores. ¿No sería lindo? Imaginate, que River se clasifique a la Copa y Pipino esté ahí otra vez en el ataque.
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-¿Extrañás a River?
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-Sí, fue mi primer gran club, le debo todo a esa institución por la formación que me dio como futbolista y como persona. Quisiera retribuirle un poco de todo eso que me dio.
-¿Siempre lo seguís?
-Sí, por supuesto. Y hago fuerza para que le vaya bien. Un club así, con la historia que tiene y con los hinchas maravillosos que lo acompañan, no merece tener que estar pensando en el promedio.
-¿Cuál fue la mayor locura que hiciste en River?
-Miles, ja. Imaginate que el día que llegué a la concentración en Mendoza no me conocía nadie, terminó la cena, agarré la guitarra y me puse a cantar adelante de Ramón, Enzo y todos los demás. Un día llegué tarde al entrenamiento y el Tolo me echó de la práctica. Yo le quería explicar por qué me había retrasado y el Tolo me gritaba “fuera, fuera”, ja, ja.
-Hasta tu vieja ayudó a alimentar tu personaje.
-Hay que encontrar una vieja como la que tengo yo. Buscá la historia de todos los jugadores a ver si hay un padre o una madre como la mía. Se les plantaba a los técnicos, a los dirigentes, una cosa de locos. Ella me llevó a River: fue, pidió audiencia y se sentó con Davicce a negociar.
-Igual, más de una vez la habrás querido matar con las cosas que decía.
-Uh, cada bomba… Juntaba firmas para echarlo al Maño Ruiz de la selección porque no me convocaba. Hizo muchas cosas que a los técnicos no les gustaba, pero es mi mamá y ¿qué le iba a decir?